Me ama... no me ama... me ama... no me ama...
Cuantas flores no han sido asesinadas en nombre del amor.
jueves, 26 de noviembre de 2009
lunes, 23 de noviembre de 2009
Si ha de ser el punto final de mi historia... quiero decir que fui feliz, con lágrimas, dramas, tristezas, amarguras, fui feliz a mi modo. Fui feliz cuando miraba atardeceres, fui feliz cuando mi mami me acariciaba el cabello, fui feliz cuando mi papi me hacía sentir amado, fui feliz con mis hermanos, y al mayor ya lo perdoné. Fui feliz amando y creo que es mi único camino... fui feliz en mis mentiras, porque viví un mundo alterno, paralelo en mi cabeza, donde era posible cualquier fantasía romántica. Fui feliz con mis peluches, fui feliz mientras estuve con mi tortuga, fui muy feliz...
El viento sopla entre las ramas, y ellas señoriales se desplazan, cayendo de una forma débil... hojas del otoño que fueron verdes en primavera... hojas que creyeron que crecieron, hojas que fueron. Cual fotosíntesis escondía aquel verde que en plena temporada de rayos lumínicos irradiaba alegría a todo el bosque...
Hojas que se van, hojas que caen, pero no caerán nunca más... hojas que renacen, polvo de la tierra, polvo de estrellas, de este árbol me he de caer para ser su alimento. He de ser hoja que abona la vida en las entrañas de la misma... he de ser otoño... la alegría.
Gracias cosmos, son pocas las palabras para lo mucho que amé, lo mucho que me sentí amado y lo muy feliz que fui... y que seré.
El viento sopla entre las ramas, y ellas señoriales se desplazan, cayendo de una forma débil... hojas del otoño que fueron verdes en primavera... hojas que creyeron que crecieron, hojas que fueron. Cual fotosíntesis escondía aquel verde que en plena temporada de rayos lumínicos irradiaba alegría a todo el bosque...
Hojas que se van, hojas que caen, pero no caerán nunca más... hojas que renacen, polvo de la tierra, polvo de estrellas, de este árbol me he de caer para ser su alimento. He de ser hoja que abona la vida en las entrañas de la misma... he de ser otoño... la alegría.
Gracias cosmos, son pocas las palabras para lo mucho que amé, lo mucho que me sentí amado y lo muy feliz que fui... y que seré.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Historias de hombres sólo para mujeres
Una vez en un programa de televisión escuché algo que en principio me pareció algo poco inteligente: "la vida es como un partido de fútbol, hay quienes juegan y quienes ven jugar tras la barra" ahora esta frase cobra tanta fuerza en mi vida...
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Monarcas
lunes, 9 de noviembre de 2009
Etapas
Hay momentos en la vida en la que es confuso el camino.
Veo, o sospecho del futuro como un camino oscuro. Todo ha sido tan pesado, incomprensivo, incoherente y exigente que no sé de dónde saqué fuerzas para asumir tan grande misión.
Algo en mí, quizás la obstinación, me llama a continuar ¿por qué? no lo entiendo aún, sólo tengo la certeza del poder que he descubierto en mí, a pesar de que a veces camino entre dunas, a pesar de no tener nada seguro, he aprendido a lanzarme al vacío. Como los cobardes gatos que desde su cobardía de espacios cerrados un día decide saltar.
He llorado lo suficiente como para dejar de sentir autocompasión. He aceptado suficientes retos como para empezar a confiar en mí, he estado tan ansios que aprendía a amarme en medio de la guerra del medio, en medio de un mundo de cabeza aprendí a caminar.
Hoy con una confianza extraña como mañana húmeda, decido caminar sin certezas, sin saber a donde llegaré.
jueves, 5 de noviembre de 2009
...
Es tan difícil darse cuenta de la ceguera. ceguera deambula por charcos, por rios, por calles largas y con extrañas penumbras... ceguera no sabe dónde está y a dónde va.
Volteamos a mirar, la gente pasaba mientras un perrito estaba recostado sobre la calle enladrillada. La candelaria llena de sollozos y estudiantes muy ocupados se movía en sí misma, revolucionaba sus entrañas. Comprendí por un instante el poema de aquella mujer "yo no quiero vivir en una ciudad de plástico" y en efecto, el perrito y nosotros nos encontrabamos sobre el plástico...
Cuantas vidas no hemos pasado derecho?
Volteamos a mirar, la gente pasaba mientras un perrito estaba recostado sobre la calle enladrillada. La candelaria llena de sollozos y estudiantes muy ocupados se movía en sí misma, revolucionaba sus entrañas. Comprendí por un instante el poema de aquella mujer "yo no quiero vivir en una ciudad de plástico" y en efecto, el perrito y nosotros nos encontrabamos sobre el plástico...
Cuantas vidas no hemos pasado derecho?
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