domingo, 26 de julio de 2009

Mi cama y yo...

Cuando era menor, pensaba que las camas por la noche volaban, a pesar de que sospechaba que no era cierto, me gustaba imaginar que algún día en medio de la noche me levantaría y estaría enfrentando al viento nocturno. Con muchas camas a mi alrededor.



Anoche no podía dormir bien, de modo que siguiendo los consejos de la piedra esmeralda, esta noche dormiría hacia al sur. Hay una hermosa estrella que se asoma por mi ventana, creo que es venus, la vi más pequeña, entonces creo que sí, porque venus dicen que tiene faces como la luna.



Mi cama a la que ahora la miro con cierta suspicacia, ha guardado muchos secretos míos, la mayoría de ellos, parte de mis sueños, de lo que en algún momento de la vida he querido, a veces mi cama se entristece y sabe que la historia se repetirá de eso yo ya no me preocupo, pues parte de esa repetición es que mi cama estará conmigo por un buen tiempo.



Recuerdo que una vez, suspiré profundamente y me lancé hacia ella, mirando el techo sabía bien que estaba pasando (o eso creía) a veces el sol de la tarde pega en su costado.



Mi cama ha guardado mi imaginación...



Poco a poco, con el tiempo he dejado de creer en su capacidad de volar, pero quien sabe, tal vez algún día me sorprenda suspendida en el espacio aéreo de la ciudad, quizás algún día cuando decida volver a soñar, a dejarme llevar por ella, por ella y nada más, quizás en ese momento podré volver a volar.



Hay quienes ven en las camas un significado sexual, yo creo que más que eso, son la guarida de los sueños, de las lágrimas, de los soliloquios, de los insomnios y por qué no de la alegría... me tomará tiempo para volver a decir te quiero cama, pero estoy seguro un día lo volveré a hacer.

jueves, 16 de julio de 2009

...quizás a Dios no lo puedas probar, en cambio el amor no necesita probar nada, su sóla existencia ya lo ha probado todo...

lunes, 13 de julio de 2009

Teléfono

que triste... lo cruel que puedo llegar a ser por orgullo, lo que oculta este orgullo... cuanto me odio a veces...

Me dolió tanto colgar el teléfono, en realidad ni sé por qué lo hice, me dolió mucho, me dolió más que volvieras a llamar, me dolió la humildad con la que te querías reivindicar, y me duele más que intente encontrar motivos para excusar mi actitud.

La verdad quería decirte que no importaba, dejar que todo continuara igual, pero ¿sería eso lo que yo verdaderamente quería?, no lo sé pero me dolió mucho dejarte con la palabra en la boca, tratarte tan mal, y acabar una amistad de tantos años con un muchas gracias, ahora que recuerdo una vez tú la acabaste con una moneda de quinientos, pues no es por nada, pero de una u otra forma, es como si una parte de mi alma te estuviera devolviendo las cosas. Pero me duele, y me dolió mucho tener que hacerlo, más de esa manera tan ruín, pero hasta cierto punto siento que aguanté mucho, soporté demasiado, en parte sí, mi rabia estaba llena de sentimientos mezquinos tal vez porque a veces me es difícil reconocer la genialidad en otros seres, tal vez porque quizás aún no me convenso de que soy genial y único, quizás envidiaba que cada momento de tu vida lo vivieras con tanta sensibilidad e intensidad, que vivieras tu vida, que la apreciaras, quizás en el fondo te admiraba, quizás... mi vida se llena de quizás te das cuenta. Quizás tú eras el ser genial, y quería sacarte de mi panorama para no reconocer que te apreciaba, que te querí de verdad que te valoraba y que me lastiamaba mucho que me trataras tan mal, que me fastidiara que me dijeras mentiras, mentiras que yo hubiera querido decir, porque no las digo no porque aprecie la sinceridad, sino porque me da miedo no ser suficiente ante mí mismo, porque me duele tratarme mal, juzgarme y a demás tener motivos para eso, pero creeme que me duele, y me tocó retener las lágrimas mientras te decía eso y fingir un tono de tranquilidad. ¿De qué me sirve decírtelo por acá?, ¿qué busco escribiendo?, exorcizar, que concepto más absurdo cuando debería ser la realidad la que exorcise las letras... bueno sólo sé que hay un gran sentimiento hacia ti y es que te quiero mucho y que te quiero perdonar, pero por alguna razón me vengo cansando de la gente que me trata mal, y es como si pusieras en una balanza el amor propio por el amor ajeno, antes el resultado hubiera sido previsible, pero ahora apesar de mi dolor dije adiós, y me duele mucho, es más creo que ni te lo mereces, pero bueno ¿qué más puedo hacer?, lo sé, lo sé, puedo hacer muchas cosas, pero estoy tan dolido que llorar ahorita me dolería aún más, lo lamento tanto, no te lo merecías... cuanto lo siento, cuanto siento cargarte mis problemas y mis traumas mis complejos de edipo de mentiras, cuanto lamento haberte tratado así, tómalo como una venganza, pero me duele. Me duele tanto que todo el in de semana estuve pensando en eso, quería que repercutiera en ti y sufrieras, pero sabes, te convertiste en mi amigo y curiosamente en contra de todo pronóstico, me dolió mucho o quien sabe más que a ti...

lo siento, espero que la vida me perdone, y te de todo lo que sueñes querido amigo, no sé si decir adiós fue lo mejor, pero espero que tu vida si sea la mejor como la de todos los seres que amo, te quiero muchísimo

domingo, 12 de julio de 2009

Yo soñé atardeceres, soñé amores. No imaginas cuantos soles heridos soñé destilando el rojo en las nubes, cuando moho en el cielo imaginé con la caída del sol, soñé de veras que lo hice.

Cosí alas para no sufrir con el suelo a veces pesado y agreste, las cosí con mis sueños rotos, con mis deseos.

Ahora que me ves caminando por la calle, ves a un personaje que en vez de ojos tiene botones, y ves mi rebelde cabello jugando con el viento, enamorándose de una fantasía, de un reloj...

No imaginas lo que este cabello color azabache ha tenido que recorrer. Esquinas que hice mías, a las que le puse experiencias mías para que no me olvidaran, para que las alcantarillas lloraran mi nombre, para que los robles atardecieran con mis pupilas. Para que los ojos color miel de los girasoles declinaran ante mis penas, me volví un dictador de emociones... llené de papeles viejos mi boca para poder soportar la soledad, avidrié mis ojos con retratos y vitrales eclesiásticos.

Puse formol a cada rincón de mi memoria para poder invocar a mis muertos, para hacer mitología con cada uno de los seres que me abandonó, hice de mí mismo una escultura de papel, para que cuando lloviera todo el piso llorara mi pena, llorara mi ser, para que los restos quedaran chorreados por charcos dignos de poemas eternos, charcos que en medio de ese gris muerte son capaces de reflejar el cielo y creer con amaneceres mortales.

Comencé a caminar recto, para no perderme en un mundo que abre la boca para devorarme, para hacerme etiqueta de sus células, un mundo que devora en bares y casas de la cultura.

Cuando sigas mis pasos, llenos de cuarzos y de símbolos extraños para ser un poco más feliz, mis memorias de niño delfín. Recuerdos con acercamientos ajenos, de una cámara ajena, con personajes terciarios que baticinan entre el odio y el estupor.

Hoy mi corazón ha cedido, y ha dejado que la vida crezca, las plantas crecen, mientras los suicidas diluvian de grandes monumentos a la sociedad, mientras yo diluvio entre pensamientos, tronantes y poco lógicos, pensamientos indignos de un botón de oro, de una rosa silvetre, pensamientos indignos del aroma de un manzano, de la sonrisa de un niño...

Los hombros se me han vuelto de piedra, y el mundo mi cabeza pesa, pesa mucho, tanto que se me tuerce y retuerce, como lámpara de lava caé en colores halógenos mientras la hierba lo disocia.

Estoy solo eso bien lo sé, estoy muy solo, soy un desconocido en un cuerpo conocido, un foráneo que pretende disfrazar con piel lo que construyó con huesos, un foráneo de siglos desconocidos, de viajes astrales de un ciego. Soy foráneo de caricias, de besos y de halagos. Personaje de cuento de hadas con sombrero de hongo, con sombrero de hongo negro, soy quizás o tal vez el que piensa en sí mismo, perfectamente calcinaría metal para erigir en el mundo un monumento a mi grandeza, grandeza que esconde mi falta de autoestima, mi rencor, mi envidia, mis celos, mis inseguridades, mi miedo a no ser suficiente... que esconde experiencias de la niñez que esconde peluches y profesores que odio, profesores que mi lado más oscuro apuñalaría sólo con la mirada, muñecos budú etiquetados en facebook, máquinas de contestar en msn...

Todo esto para decir que simplemente estoy triste, que cada vez que la vida avanza me saca las entrañas y las pone a secar, para luego cuando estén por dentro, con trocidos de cristal incrustados, tomar mucha agua para llorar y sacar volando las desgracias de los eternos veranos europeos, de las eternas primaveras tropicales, de los susurros cetáceos, de las miradas marítimas, de los sueños montañeros, de las águilas polares, para decir... que estoy muy triste y necesito que me abracen que me digan que no debo tener miedo, que me cuiden como a un niño pra que nada me pase, necesito un Dios que cuide el cosmos, necesito un guardian inter espacial, necesito saber que de nuevo como en la memoria lactante tal vez todo está bien y mirar a las estrellas no sea más que cuestión de suerte y casualidad, donde la luna se encante en velos santos y de nuevo me haga llorar y pensar que todo está bien...

Amor...

sábado, 11 de julio de 2009

Los amigos invisibles.

Es cierto que cuando dos personas se llevan mal, es porque ambos lo han decidido así en algún nivel de su ser.

Pero últimamente lo que siento es cansancio, es como cuando vas a entrar a una nueva era y todos los viejos hábitos quieren continuar, pero se les olvida algo, que tú ya no eres igual.

Lo triste es que esto se le olvide a los que con orgullo se autodenominan amigos, que quieren seguir yendo por la vida con sus hábitos. Y lo peor quieren que los compartas.

No sé si tengo algo de rareza, o simplemente soy un ser extraño, antisocial, o con problemas mentales.

Pero las relaciones de cualquier tipo con seres humanos siempre han sido muy complicadas para mí, de pronto por eso porque les es imposible entenderme, o porque simplemente soy muy difícil de tratar y el corazón se me ha ido cerrando al punto de no soportar más, no soportar más de nadie; he aprendido que el sacrifico, como tal la palabra significaba sacralizar. Para mí cosas como soportar, aguantar, tolerar etc, son definiciones de un estado de resignación. Creo que cuando Jesucristo cargó su cruz, no lo hizo por sacrifico, lo hizo porque era muy inteligente y quería cumplir citas con varias cosas a través de sus contemporaneos. La teoría la confirmé cuando me tendí en el piso en forma de cruz e imaginé la multitud oyende del discurso de la sangre; al contrario de lo que la mayoría pensaría dejé de sentir tanta compasión por su condición, al hacer esto me entró una sensación de paz, de unidad, de conexión. Creo que si algo sintió este hombre fue una profunda conexión con cada uno de aquellos que lo rodeaban, con el cielo, con el viento, con la humedad y consigo mismo.

Bien simplemente me comienzo a dar cuenta que mi camino, al contrario de lo que algún día pensé debe ser un camino ermitaño, simplemente me ha comenzado a aburrir la imagen de un amor ideal, aquella imagen que antes me hacía suspirar y lanzarme a la cama con las manos en el pecho me dejó de agradar, aquella imagen y fantasías de una vida llena de elixires de almendras me dejó de gustar, quizás porque me he vuelto más autónomo, quizás porque me amo aún más.

Este camino de tristezas aguantadas y reprimidas, me comienza a cansar, y llevaré el teatro hasta donde mi paciencia lo permita, pero no lo puedo llevar muy lejos porque me voy a intoxicar. Intoxicar con un país que se desbarata por puro gusto, con la gente que cree que me puede botar sus problemas toda una vida, como sintiendo placer por el hecho de tenerlos. Ya no, esto se comienza a acabar y el aguador ya se dio cuenta que la campana comienza a sonar.

Me cansé de la manipulación emocional, de que pretendan hacerme sentir culpa, de que me usen y para colmo dependan de mí. Si tienes un hábito destructivo que incluya a alguien más, ten cuidado porque en el momento en el que evolucione, esa persona, tú o la vida tomarán decisiones. Y es que no es lo mismo ser guiado mientras uno esta ciego, a ser guiado cuando uno abre los ojos.

Y sí aunque sé que no es la mejor forma, me cansé, de intentar solucionarlo todo, de intentar solucionarme a mí, de cubrir mis grietas con telarañas, me canse de las personas que se quieren autodestruir y disfrutan devorando la compasión ajena y sobretodo me cansé de mí, me cansé de tener el corazón tan cerrado, de esperar abrazos, de esperar en una silla, de pretender ser normal, de pretender encajar, de pretender entender a unos seres que viven para morir, me cansé... sobre todo me cansé, de no pertenecer a esta realidad e intentar hacerlo.

Por eso, y quizás sea lo mejor, me entrego a los amigos invisibles, de pronto cuando tenemos la posibilidad de verlos, y somos los pocos o los únicos que lo hacen es porque tal vez, son eso nuestros "amigos", son los amigos que soplan suavemente en la nuca mientras atardece, son los amigos que mientras tienes los ojos entreabiertos te sonrien y al parpadear parecen esfumase, son los amigos que cuando cierras los ojos en la cama te observan aún parados, son aquellos los mismos que como decía mi profesor de gramática: están al otro lado del silencio.

"que hay amigos al otro lado del silencio"