sábado, 11 de julio de 2009

Los amigos invisibles.

Es cierto que cuando dos personas se llevan mal, es porque ambos lo han decidido así en algún nivel de su ser.

Pero últimamente lo que siento es cansancio, es como cuando vas a entrar a una nueva era y todos los viejos hábitos quieren continuar, pero se les olvida algo, que tú ya no eres igual.

Lo triste es que esto se le olvide a los que con orgullo se autodenominan amigos, que quieren seguir yendo por la vida con sus hábitos. Y lo peor quieren que los compartas.

No sé si tengo algo de rareza, o simplemente soy un ser extraño, antisocial, o con problemas mentales.

Pero las relaciones de cualquier tipo con seres humanos siempre han sido muy complicadas para mí, de pronto por eso porque les es imposible entenderme, o porque simplemente soy muy difícil de tratar y el corazón se me ha ido cerrando al punto de no soportar más, no soportar más de nadie; he aprendido que el sacrifico, como tal la palabra significaba sacralizar. Para mí cosas como soportar, aguantar, tolerar etc, son definiciones de un estado de resignación. Creo que cuando Jesucristo cargó su cruz, no lo hizo por sacrifico, lo hizo porque era muy inteligente y quería cumplir citas con varias cosas a través de sus contemporaneos. La teoría la confirmé cuando me tendí en el piso en forma de cruz e imaginé la multitud oyende del discurso de la sangre; al contrario de lo que la mayoría pensaría dejé de sentir tanta compasión por su condición, al hacer esto me entró una sensación de paz, de unidad, de conexión. Creo que si algo sintió este hombre fue una profunda conexión con cada uno de aquellos que lo rodeaban, con el cielo, con el viento, con la humedad y consigo mismo.

Bien simplemente me comienzo a dar cuenta que mi camino, al contrario de lo que algún día pensé debe ser un camino ermitaño, simplemente me ha comenzado a aburrir la imagen de un amor ideal, aquella imagen que antes me hacía suspirar y lanzarme a la cama con las manos en el pecho me dejó de agradar, aquella imagen y fantasías de una vida llena de elixires de almendras me dejó de gustar, quizás porque me he vuelto más autónomo, quizás porque me amo aún más.

Este camino de tristezas aguantadas y reprimidas, me comienza a cansar, y llevaré el teatro hasta donde mi paciencia lo permita, pero no lo puedo llevar muy lejos porque me voy a intoxicar. Intoxicar con un país que se desbarata por puro gusto, con la gente que cree que me puede botar sus problemas toda una vida, como sintiendo placer por el hecho de tenerlos. Ya no, esto se comienza a acabar y el aguador ya se dio cuenta que la campana comienza a sonar.

Me cansé de la manipulación emocional, de que pretendan hacerme sentir culpa, de que me usen y para colmo dependan de mí. Si tienes un hábito destructivo que incluya a alguien más, ten cuidado porque en el momento en el que evolucione, esa persona, tú o la vida tomarán decisiones. Y es que no es lo mismo ser guiado mientras uno esta ciego, a ser guiado cuando uno abre los ojos.

Y sí aunque sé que no es la mejor forma, me cansé, de intentar solucionarlo todo, de intentar solucionarme a mí, de cubrir mis grietas con telarañas, me canse de las personas que se quieren autodestruir y disfrutan devorando la compasión ajena y sobretodo me cansé de mí, me cansé de tener el corazón tan cerrado, de esperar abrazos, de esperar en una silla, de pretender ser normal, de pretender encajar, de pretender entender a unos seres que viven para morir, me cansé... sobre todo me cansé, de no pertenecer a esta realidad e intentar hacerlo.

Por eso, y quizás sea lo mejor, me entrego a los amigos invisibles, de pronto cuando tenemos la posibilidad de verlos, y somos los pocos o los únicos que lo hacen es porque tal vez, son eso nuestros "amigos", son los amigos que soplan suavemente en la nuca mientras atardece, son los amigos que mientras tienes los ojos entreabiertos te sonrien y al parpadear parecen esfumase, son los amigos que cuando cierras los ojos en la cama te observan aún parados, son aquellos los mismos que como decía mi profesor de gramática: están al otro lado del silencio.

"que hay amigos al otro lado del silencio"

1 comentario:

JP dijo...

Autoreconocerse es el primer paso para saber que dirección tomar... no?