sábado, 31 de octubre de 2015

Hombre en la ciudad

El huracán innoble lo perturba,
la bicicleta vibra al son del viento masculino.

La calle tan variable y la pared zurda,
motivan esquivar sociedades de instinto felino.

Hombre de imaginación corta,
cuyos sueños no pasan de los cerros.
Caminante con cuentas en ceros,
bolsillos nostálgicos, presión en la aorta.

Un elaborado camino hacia el infierno,
le depara al trabajador matutino,
hijo de Adam y Quesada sempiternos.

La confusión y la mirada al cielo,
instinto de buscar a dioses primitivos.
Ciudad que se quedó sin águilas,
no hay cóndores que desgarren el miedo.

4 comentarios:

Blackmount dijo...

Y, muerto el verde, sólo el hierro crecerá

Abril Sampere dijo...

La ciudad es muy amedrentadora, para cualquiera.......... besote

mario dijo...

...suspensivos

Vicky dijo...

Black mount, sólo el hierro crecerá, si es que las lluvias de octubre no lo oxidan. Un abrazo.

Abril, la ciudad es un monstruo madre, como los padres de los dioses griegos.

Mario, las ciudades tendrán su pinto final.