sábado, 28 de enero de 2017

El Ricino no se Pega

La plazoleta del Rosario es uno de ésos lugares que es y no es. Me explico, tiene uno de los claustros más antiguo de la ciudad, nido de ratas e ilustres investigadores como José Celestino Mutis. Prueba viviente que el conocimiento no nos libra de la estupidez. Está rodeada de anticuarios, de esmeralderos que hacen transacciones astronómicas en efectivo a una cuadra. También hay un restaurante, quizás de los mejores de pastas. Al norte colinda con el Banco de la República, donde conviven la política ponzoñosa, la burocracia y la genialidad.

No es un lugar exclusivo de aire prístino. Tiene la densa atmósfera del centro pero un profundo cielo azul. Si bien ha sido testigo de conflictos en la ciudad pues su "Café Ciudad" fue espectador de primera banca del Bogotazo, a nadie se le ocurriría una muerte como la que los pordioseros tuvieron que presenciar. Sé que aún no he llegado a la verdad porque allí nunca se llega pero estoy muy cerca.

Don Gabriel se levantó a las 5:30 PM y apagó el cucú señoritero. Se bañó con su ducha eléctrica, la cual al parecer emitió un par de chispitas que quemaron su hombro derecho. Aplicó menticol al cuello, donde horas después las zorras lo morderían. Pasó toda la tarde ejerciendo como funcionario público en el Ministerio de Agricultura que si nos dejamos de eufemismos pendejos, simplemente se dedicó a jugar ping pong y a mirar trajes en Internet para su gata Ágata.

En la tarde ante la inclemente lluvia corrió a un paradero donde un joven de unos 23 años, lo golpeó con una sombrilla. Tras follar con la grandísima puta de la décima que es el sobrenombre tierno que le han puesto a Maritza Bernal, se dirigió a su casa en el Centro Internacional. Cuando abrió la puerta de cedro, notó sus ojos rojos. Se recostó a medida que su pierna tomaba un tono rojizo. 

Los síntomas no se detuvieron, tras un día de espera, Don Gabriel intentó atravesar la Plaza del Rosario. Cuatro mendigos le pedían insistentemente monedas. Cayó de rodillas y una vendedora de dulces alcanzó a oír: "puta Maritza, me prendiste el SIDA". Sus compañeros de trayecto desocuparon sus bolsillos y muertos del miedo insistían en su inocencia cuando la policía los interrogó.


sábado, 21 de enero de 2017

Aura O las Violetas - José María Vargas Vila (4/100)


Fuente de la Imagen: http://www.panamericana.com.co/images/Caratula/Grandes/9789583001086.jpg

"Aura O las Violetas" fue una novela de José María Vargas Vila en cuyo prólogo deja entrever el profundo amor por sus hermanas y por su recientemente fallecida madre. Escrita en primera persona y en un castellano tal vez barroco, recuerda la literatura romántica de Silva por las atmósferas oníricas y la de Jorge Isaacs por los amores imposibles.

El narrador, describe una zona vecina a un bosque inmenso y nativo. Allí es donde se desarrolló el amor entre él y Aura. Unos niños que se obsequiaban flores y besos. Y es precisamente en ese espacio, donde yacen las violetas que de alguna forma son la misma Aura.

El protagonista debe despedirse de su amada quien recientemente había fabricado una corona de violetas. La abandona con el corazón roto y una vez en su casa, éstas se han marchitado. Su destino es estudiar en Bogotá, ciudad natal de su madre.

Cuando el narrador sale a vacaciones, se alegra de encontrar a Aura. Sin embargo, ella intenta evadirlo. De rodillas le pide una explicación y ella le confiesa que se la dará después. Mediante una carta, Aura le escribe al día siguiente que ha debido casarse con alguien más ante lo cual el protagonista se siente defraudado y la insulta.

La madre del narrador, le explica que ha debido hacerlo porque su padre murió en la guerra, sus hermanos dependen de ella y su madre tiene un estado delicado de salud en el hospital. Un hombre de una ciudad cercana le pidió que se casaran y ella sin otra opción, aceptó.

No sólo se rompió el corazón del protagonista sino que también su salud se deterioró. Su madre y hermanas lo cuidaron pues en esa época, un hombre era el único sustento de un hogar. 

Sin rendirse, decide ir a caballo a la iglesia con tan mala fortuna que tras dirigirse al altar, descubre que ya se han casado. Vuelve a su casa destruido e intenta suicidarse con un arma. Su madre que ya a estas alturas no puede tolerar ni un drama más cae inconsciente. 

Cuando ella despierta, él le promete no volver a pensar en Violeta. Y de hecho lo intenta, con tan mala suerte que cuando va al teatro, la ve hermosamente vestida y cruzan sus mirada. Luego ella se marcha con su esposo.

Un tiempo después el protagonista le escribe una carta a Aura en la que le expresa su amor a lo que ella responde diciéndole que eso no está bien en una mujer casada y que "no se van a entrevistar", ni a "intercambiar correspondencia".

Tras la decepción de ese escrito, pasado un tiempo, la carta del marido de Aura lo sorprende. Solicita su presencia. Cuando el narrador llega a la casa, descubre que Aura está muerta y que el último en pronunciar fue el de su amado. Ve como la entierran y a pesar de intentar irse con ella al fondo de la tierra, su amigo lo detiene. 

El autor parece dedicarle una nota final al protagonista, a quien llama amigo y de quien indica, no murió al lado de la tumba de Aura sino en un río desconocido, con una cruz de guadua que señala su lugar de descanso y espinos rodeándolo.

Quise leer este libro después de verlo en "Confesión a Laura", desde mi punto de vista, una de las mejores películas colombianas. Si bien es cierto en nuestra época el excesivo detalle y el lenguaje de metáforas puede despertar suspicacias, es importante comprender que es una trama de finales del siglo XIX. Según leí en las páginas que precedían el prólogo, fue prohibido en la parroquiana Bogotá. A pesar de que su forma de relatar los paisajes y las tristezas, inevitablemente me recuerda a José Asunción Silva y parte de la trama, especialmente la muerte de Aura y la cruz en la tumba, me remiten a la María de Jorge Isaacs, debo reconocer que la creación de las atmósferas me pareció genial, especialmente la referencia al personaje oculto "Las Violetas": Un bosque, o un claro, donde dos niños se besan, ocultos del mundo y plagado de violetas.


miércoles, 18 de enero de 2017

300 Días en Afganistán - Natalia Aguirre Zimerman (3/100)

"300 Días en Afganistán" nace de los correos que enviaba Natalia Aguirre Zimerman desde Afganistán. Compilados y enviados a la revista "El Malpensante" despertaron el interés editorial de más de uno de sus miembros. Natalia es una gineco obstetra antioqueña, que estuvo en misión en el oriente medio en misión con la organización "Médecins Sans Frontièrs" (Médicos Sin Fronteras).

Su misión consiste en brindar servicios propios de su especialidad y en algunas ocasiones, en contribuir a la constitución de las clínicas especializadas de la mano de una ONG alemana. A menudo se debe enfrentar a la concepción de la maternidad de la gente de Afganistán, al pudor de las mujeres frente al cuerpo, a la división entre sexos de la sociedad, a las restricciones que impone la guerra y la ausencia de personal calificado para reconstruir un país que durante dos décadas se enfrentó a la destrucción.

De Afganistán los medios occidentales han escrito demasiado. Han mostrado la guerra de mil formas, expuesto el régimen talibán y denunciado el maltrato femenino. Sin embargo, en el afán de repetir noticias de guerra, no ha sido fácil tener acceso a relatos que profundicen en la complejidad de un país que es más que minas y mutilados.

No conozco mucho el mundo pero creo que las primeras cosas que uno percibe de un lugar al visitarlo es el olor o el color. Natalia dice que todo en Afganistán está tiznado de un color grisáceo. Efecto que hace a las rosas especialmente únicas puesto que florecen rápidamente y llenan los jardines de cromatismo, al igual que los ojos inquisitivos de sus ciudadanos.

Natalia se hospeda en la residencia para expatriados, que en otras épocas fue propiedad de un hombre rico. Está rodeada de franceses que lloran cuando descubren que tienen parásitos y que de vez en cuando se abstraen en viajes narcóticos. Ella también afirma que no les gusta mucho bañarse.

En el texto se describe una Afganistán pluricultural puesto que conviven diversas etnias con visiones singulares del mundo. Una nación que más allá de lo que muchos corresponsales muestran, está plagada de pistachos y albaricoque, personas con la "malicia indígena" colombiana y el humor negro local.

Es durante su estadía cuando lleva a reflexionar al lector dos veces acerca de los mitos occidentales respecto al oriente medio. Por ejemplo, las mujeres afganas, dibujadas en la desidia absoluta, se permiten estar completamente desnudas en los baños de vapor. A los niños los describe como gente de 40 años en cuerpos de 5 o 3.Y es que crecer en la guerra debe fortalecer el carácter de maneras insospechadas.

Los niños precisamente, cuidan a sus hermanos menores y tienen la suficiencia para llegar al servicio de urgencias con una cortadura en la cara, tolerar el procedimiento y pagar con un billetico. Las mujeres se liberan cuando están solas y se dan el lujo de hablar de todos los temas; sin embargo, su papel a menudo se concentra en parir hijos (ojalá hombres) y tolerar los insultos y golpes de sus suegras.

Los hombres, descritos como los más violentos, a menudo cargan rosas en sus labios, cultivan los jardines y se reclinan a recitar poesía. Y me detengo en este detalle. Borges en uno de sus poemas decía que la lengua de los persas era de rosas y de aves ¿es acaso un carácter de esta cultura que ha subsistido los milenios?

Es un libro polifónico, que trata diferentes temas, desde los ojos intensos de los niños, la guerra que inicia en Irak, la situación de los repatriados, hasta la condición de la maternidad en un país estereotipado por la prensa.

Me gustó la franqueza de la autora, libre gracias al formato de la publicación y sin la necesidad de acudir a un lenguaje políticamente correcto. A menudo me sorprende el pragmatismo que transmite cuando cuenta escenas trágicas; sin embargo, como ella dice, viene de un país en guerra.

Compararía a los afganos de Natalia con los escorpiones de primavera, que a pesar de la rudeza del desierto, florecen junto a las rosas.


  

sábado, 14 de enero de 2017

Ximénez- Andrés Ospina (2/100)


Fuente de la foto: http://www.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/2013/11/jose-joaquin-jimenez.jpg

Ximénez es un periodista de la Bogotá de principios del siglo XX. A cuestas carga haber sido hijo fuera del matrimonio pero no por una infidelidad de alguno de sus progenitores sino porque en esa época, la ciudad consideraba contra el mandato divino que una pareja no sellara su comunión en una iglesia. Y ese hecho explica porque tuvo que disimular ser unos cuantos años menor para que la unión tardía de sus padres no le impidiera desenvolverse en una sociedad tan católica como lo era la ciudad de esos decenios.

En la huída de su padre a la Intendencia de San Andrés Islas de las huestes conservadoras que lo ahogaban por su matrimonio tardío, partió con Jose Joaquín Jiménez (Ximénez). A pesar de los deseos de persistir ante el dedo señalador de una sociedad paquiana, no pudo escapar de la cita ineludible que todo hombre tiene con la muerte. Debido a su enfermedad pancreática y a la pérdida de la comida durante un viaje en lancha a Old Providence, en un par de horas, perdió el conocimiento y durmió para siempre.

Allí Ximénez descubrió el amor con una isleña hija de un mandarín. Y el desamor, cuando ella prefirió a un hombre adulto como esposo que prometía llevarla junto con su familia a recorrer las islas del Caribe.

Pasó a ser un aventurero que tomaba cualquier profesión mientras vagaba por el país. Ximénez logró emplearse en el periódico El Tiempo gracias a la recomendación que le dio el expresidente, amigo de su padre, Marco Fidel Suárez. Logró ascender hasta convertirse en un columnista. Todo gracias a la publicación de un poema que no le reconocía la autoría. Frente a la insistencia de Ximénez, Enrique Santos (Calibán) no tuvo otra que contratarlo en una labor técnica en el periódico.

Amante de las historias, describía los asesinatos que ocurrían en la ciudad, perfilaba a los traficantes y creaba en algunas ocasiones, personajes imaginarios. Entre ellos le dio vida a un poeta llamado Rodrigo de Arce. Y con astucia, publicaba sus poemas en los bolsillos de algunos suicidas para no restarle credibilidad.

Conoció Estados Unidos gracias a la necesidad que dicho país tenía de hacerse conocer como una nación menos imperialista y más desarrollada de lo que el imaginario colectivo permitía. 

Dada la muerte de su madre, debió trasladarse a Madrid, Cundinamarca, donde conoció a Blanca, hija de una familia acaudalada. Y bueno, la historia es un poco más de lo mismo. Que el suegro no quiere que su amada hija se case con un reporterito, que la seduce y que un día terminan por casarse y tener un hijo.

Posteriormente durante una de las visitas al salto del Tequendama, cuando parecía tener la vida resuelta, el protagonista sufre un resfriado que lo conduce hasta la muerte.

La historia se cuenta en un castellano barroco y lleno de detalles halagadores para los protagonistas. Algo que desde mi punto de vista quiere retratar el tono periodístico de la época y el aura humorística de Ximénez; sin embargo, a pesar de la justicia que debería hacerse con las investigaciones lingüísticas y sus experimentos, los gustos personales son a menudo impredecibles. Y a mí no me gustó el tono, me hacía sentir como si una vieja chismosa me estuviera contando la historia. Y para ser sincero, la obsesión por hacer de todos los detalles algo único y esplendoroso, inclusive de personajes tan aburridos como una secretaria con cara de escopeta, me dejó un sinsabor ¿cómo decirlo? Creo que una historia no es fantástica porque todo en ella sea divertido sino porque es audaz, inteligente y a menudo contundente.

No obstante, ésta fue la ópera prima de Andrés Ospina. Considero que tiene un talento investigativo importante y la historia de Ximénez es más que fascinante. En una ciudad tan aburrida como Bogotá, es muy agradable comprender que hay personas que han vivido biografías únicas.

martes, 10 de enero de 2017

Magallanes - Salvador del Solar (2015)



Caminaba por el centro de Bogotá y como cuando no tengo mucho que hacer entro a la Cinemateca Distrital.

"Magallanes" se ambienta en Perú. El nombre de la película corresponde al del protagonista, un chófer de un coronel retirado. Una de las primeras escenas corresponde al desenlace. El ex coronel en silla de ruedas mira al mar y a través del horizonte al lado de su ex subalterno. Le pide a gritos a un vendedor de helados que muestre lo que trae entre manos. Le ordena a su chófer que lo requise. Lo toma de la camisa, lo zarandea y como un soldado obediente, el protagonista procede.

Magallanes conserva una fotografía, prueba del abuso al que fue sometida una niña de quince años. Decide, con la voz y la letra de su hermana, extorsionar al hijo político del coronel. Es designado para atrapar a los extorsionistas por el encargado de la Policía. Logra obtener el dinero, no obstante, es timado con billetes de periódico.

Posteriormente secuestra al político. Logra cobrar el dinero correspondiente a la extorsión. Y se lo lleva a la joven que fue hecha esclava sexual por el coronel. Ella lo rechaza porque no sólo fue víctima del alto cargo, a cambio de su libertad, debió entregarse al protagonista.

Me pareció una película con excelentes tomas, con paisajes interiores que recuerdan el neorrealismo y una trama que revela el machismo latinoamericano, la corrupción del estado y la vulnerabilidad de la mujer.

Una de las escenas, a mi gusto, mejor logradas es cuando la protagonista recuerda lo ocurrido en Ayacucho y corre por las montañas, mientras entre las sombras se revelan las luces de Lima.


domingo, 8 de enero de 2017

La Mala Hierba

Veo unos retoños florecer entre las grietas del andén con una fuerza vital que me cuesta entender. Abundan en los jardines que un desesperado jardinero quiere mantener. No son amapolas o rosas genéticamente modificadas para no tener espinas. Son flores rojo escarlata, dientes de león, tréboles rojos y una infinita variedad de plantas que no se rinden.

Hace 3 milenios en la Grecia helénica, cuando nacía un 
bebé deforme, era condenado a ser arrojado por sus padres a un río. En la actualidad, unos cuantos grados al norte, en las ciudades de la costa Estadounidense caminan mexicanos ilegales, chinos e indios que se rehúsan a hablar un idioma que no les pertenece. Adolescentes homosexuales bailan de manera erótica para los magnates al norte de Afganistán donde se supone está prohibido todo lo que no indica el corán.

En el mundo hay tres categorías: las plantas cultivables, los jardineros y la mala hierba. Las plantas cultivables viven plenamente con nuestro sistema económico darwiniano, lloran la muerte de los dictadores, follan como lo dicen los libros sagrados y cuando sienten que algo fuera de la norma vibra en sus entrañas, toman una copita de algún licor, que podría ser cualquiera, absenta, aguardiente, jerez, sake, chicha, qué se yo.

Los jardineros son los que saben que deben cuidar el jardín. A menudo acuden a la violencia porque es una de las formas más efectivas de anular la realidad. Disparan a mansalva, ejecutan planes antimigración, cogen a golpes a los miembros de la alteridad, inventan formas creativas de burla y a menudo se refugian en la importancia de mantener la integridad de las "plantas cultivables" ¿qué será de ellas si no nos dedicamos a exterminar la mala hierba? 

Y en la última categoría, está la mala hierba. Habitan la penumbra a la que han sido confinados voluntaria o involuntariamente. Algunos caminan con miedo, otros niegan su origen, su forma y sus raíces. Y están en todas partes. Son los transexuales afganos, los opositores de la guerra norteamericanos, los gitanos bogotanos, los punkeros, los rockeros, los bisexuales (que sí existen), los antifascistas, los birraciales y otros tantos, que no podría incluir en esta lista.

Y la dinámica es la misma que en un jardín. Las plantas cultivables, a menudo crecen y son admiradas. El jardinero las riega, las cuida y las encierra. La mala hierba es tozuda, terca, persistente y crece por entre las grietas, al lado de las rosas, enredándose en algún lirio y sin que alguien lo sospeche, florece. Sus pétalos pueden ser de un rojo intenso, más que el de cualquier rosa que hubiera soñado un persa. Y un jardinero estúpido la corta, porque puede ahogar a las demás.


jueves, 5 de enero de 2017

Moon Palace (El Palacio de la Luna) - Paul Auster (1/100)


"Moon Palace" is a novel that was published in 1989. Paul Auster, its author, has been awarded with Prince of Asturias (2006), National Endowment of the Arts and Morton Dauwen Zabel Award (1990). He is also the author of "The Brooklyn Follies", "Timbuktu", "Mr. Vertigo", "Leviathan", "The Music of Chance, In The Country of Last Things", "City of Glass" and "Ghosts and The Locked Room".

The main character is Marco Stanley Fogg that prefers being called M.S Fogg who lost his mother in chilhood and never knew his father. His mother told him he was product of an affaire with a married man. Hence, he started to live with uncle Victor, ex member of the Cleveland Orchestra. He understood he might not behave like a father, so he decided to have a friendship with his nephew. 

Victor had a promising career at the begining but it started to deteriorate joining worse orchestras. In Chicago, he gave personal lessons of clarinet. He married Dora Shamsky, a secretary that did not laugh at Victor's jokes and whose drunkenness made him suffer. After Fogg had been sent to a boarding school in New Hampshire, the relationship deteriorated and Victor showed signs of diminished health.

Howie Dunn and Victor disbanded the Moonlight Moods and started another group: The Moon Men. In fact, they got a contract in Los Angeles. After the graduation of M.S Fogg, they must separate as the young man starts his academic life in Columbia University. Victor has a particular inheritance, around 1400 books that without possibility to not agreeing, he would send his nephew once he was in New York. 

When the young man turns 20, ucle Victor writes a letter which explains him that the Moon Men had been hit by hard times. He got a job like door to door encyclopedia salesman in Boise, Idaho. Foog invited him to go to New York but he never did. He died of a heart attack. 

M.S Fogg is living alone in an apartment. He is completely distorted. He decides to avoid looking for a job and  starts to live of his savings. After he loses his money, he decides to read each book of Uncle Victor before selling it to an book trader expert in getting better prices from his providors.

The situation unavoidably leads him to eat one meal per day and after some months he is unable to pay the rent. He meets by mistake to Kitty Wu before experiencing misery. Once he has not any place to live in, any food to eat, he decides to go to the Central Park. He looks for food in the trash cans and survives sleeping in public spaces. 

One day M.S Fogg takes refuge in a cave. He finally is found by his best friend, Zimmer and Kitty Wu. They decide to help him. Zimmer that has a scholarship offers him protection. After understanding Kitty's feeling, Fogg starts a relationship with her and tries to find a job. 

He gets a job with Mr Effing a blind, sarcastic and unpredictable old man. He hires Fogg to read books and describe reality. One day, the elder confess his story. He was obssessed with Tesla after watching what he did with energy and he realized he wanted to be an artist when watching into the eyes of the scientific. In an expedition to the West, Effing is abandoned by the guide Scoresby and is witness of the death of a parter called Byrne. He takes refuge in a cave where he finds water and a dead man. 

An indian takes him by the hermit and tells him about the Gresham Brothers. A group of bandits that assault people and take a rest in the cave. He realizes they were the killers of the hermit. When they arrive to the hiding place, he kills them and take a good amount of money they brought.

After that, he changes his identity and in California makes a good fortune. A friend of his father recognizes him and suggests some link with the dead of Byrne. An unknown accident paralyzes him. An fact he takes as divine justice. He leaves to France where he meets Pave Shumansky, a Russian man, great reader and his friend he dies and Effing requires a new friend (MS Fogg).

Once, Shumansky finds a text written by  Effing's son. That is how he realizes about his existence and it is the main reason because he wants Fogg to write his life experience. His desire is to transmit his life to his son and leave some money after death. 

Effing takes a mount of money and asks Fogg to give it to unknown people in different places. It is a way to look for forgiveness for taking money from Gresham brothers. It was stolen from unknoen inocent people.

Effing asks to go to the rain on purpose. He gets sick and plans the date of his death. He dies the day planned and leaves some money to the woman that took care of him and to M. S Fogg.

Fogg is living with Katty Wu in the Chinese Town. He contacts Barber (Effing's son) and they agree to see each other. They gather and Baber asks him if he is son of Emily Fogg. Fogg assented. After a while Barber tells him, he might be his lost father. He slept once with Emily which destroyed her academic life and separated them for ever.

He told Fogg how was his life, how he travelled along USA being teacher in different colleges, some of them of low category. He grew up without his father, thinking he died in a cliff. He wrote stories about moon men that lived in the desert. Indians that became wild animals and sad stories about how a father killed his beloved son because he was under the form of an animal. His mother was crazy and died in a convalescent home. His aunt Clara kept the house under the condition to do it with her only black friend.

Katty Wu told Fogg, she was pregnant and gave him reasons to avoid having the baby. Fogg was not able to understand a reason and when she aborted he left her and went to live with Solomon. 

Barber proposed Fogg to search for the Effing's cave. In the road the stopped in the place where Emily and Victor were buried. Solomon cried deeply and Fogg became crazy because he understood the deep love Baber felt and the real possibility of their biological link. He pushed him to a hole and Solomon got ill.

In the hospital, Solomon lost his titanic shape. And when he recovered a natural expression in his face, Fogg realized they were really similar. 

Afterwards, Solomon died. Fogg tried to contact Katty but she had someone else in her life. He tried to continue the road to find Effing's cave. He was told it might have been covered by water. Fogg felt anger and watched the gigant moon of that night.

I do not cry with books but this one made me cry. A moon book about moon men. It makes me remember the stories of Murakami. I was born in 90's, it is interesting to how important was the arrival of men to the moon.