viernes, 20 de abril de 2018

Yo Soy Simón


Hace mucho una película no me conmovía. Por lo menos tanto. "Yo Soy Simón", la vi por casualidad. Acompañaba a mi amigo cincuentón a verse con su exnovio de veintitantos, con su novio de otros veintitantos y de paso a ver una película. 

No esperaba mucho. Generalmente en el cine hay mucha basura. Me encontré con una obra de temática gay que a diferencia de las demás, no se enfocaba morbosamente en relaciones tóxicas. De hecho el protagonista es alguien cool y muy guapo, y bastante adaptado.

Básicamente, la película se trata sobre un chico que secretamente revela ser gay y deja su email. Entonces el protagonista le escribe, se destapa con él y a medida que avanza la conversación se enamora. Intenta reconocerlo entre sus conocidos y siempre termina equivocándose.

No sé si es porque ando muy sensible o porque nunca había visto una película para adolescentes, romántica y así de dulce. Quizás sea porque sé qué significa estar en el clóset y tener miedo a perderlo todo.

De adolescente, imaginaba historias de amor imposibles y con finales felices. Nunca ocurrieron, soñé demasiado. En cambio, en la película el protagonista es insistente en afirmar "yo también me merezco una historia de amor".

Precisamente estos días estoy intentando dejar de relacionarme a nivel superficial con otros hombres y a dejar de frecuentar lugares donde uno no es más que un objeto para los demás. Estoy intentando hablar con las personas, intentando entenderlas. Quizás porque yo también merezco una historia de amor.

Por cierto, me encantó la banda sonora.



"...I will find any way to your wild heart..."


Lados Opuestos

Tu mente y la mía,
son como dos amantes
caminando a lados opuestos de una larga muralla.

lunes, 16 de abril de 2018

El Lugar

Me pregunto dónde estás
y si en la multitud de diez millones que me rodea
esperas parado en alguna esquina de la ciudad.

Si quizás, como yo, te sientes incompleto
y si tal vez como tú, estoy destinado a reunirme.

En los sueños nos habremos de ver
como futuro o como pasado,
como memoria o progresión.

Y nuestras raíces que se conocen hace años
nos dirán que hay algo en el otro
más familiar que el desierto de diez millones que nos rodea.

Quizás sean nuestros ojos
los que reconozcan el púrpura del alma,
o nuestras manos que al contacto básico,
estallen de emoción.

Hemos recorrido largos caminos,
sin percatarnos, que nos buscábamos
y que paso a paso, éramos el sendero.

domingo, 15 de abril de 2018

Una Confesión

A los 12 años comencé a experimentar depresiones. Y las cosas con los años empeoraron, hasta que me sometí a un tratamiento intensivo, en el que cooperé demasiado y logré desterrarla. Hace poco, sentí el coqueteo de la tristeza y recordé cómo había sido mi vida. Pero la intención de este post no es hablar de mí, ella es la protagonista.

Tampoco busco preocuparlos. Ni más faltaba, en la actualidad la considero cosa del pasado pero pienso que publicaciones sinceras (y a veces jocosas) contribuyen a eliminar el tabú frente a la enfermedad mental.

Diurna

Una de las cosas que más curiosidad me causó de la depresión es que me daba intensamente por el día y de noche, mi mente entraba en un estado de "éxtasis y alegría". Además me cansaba mucho porque tendía a tener pensamientos negativos de manera excesiva, al punto de despertarme a las 4 de la mañana pensando sin parar.

Sin Salida

Amo en parte a Borges porque considero que el universo y especialmente la mente, es un laberinto. Y es que precisamente en eso consiste otro de los síntomas que experimenté durante años. Los pensamientos negativos son tan intensos y tan repetitivos que a menudo me desesperaba y se me desorbitaban los ojos.

Pies Congelados

La logorrea (risas) es cuando hay una congestión de pensamientos. En mi caso ocurría durante largos períodos y a veces iba y en el momento menos pensado, volvía. En esos instantes, sentía un frío apabullante en los pies y en las manos, similar al vértigo.

Mi Habilidad para la Imitación

En otra vida creo que fui actor: Me fijo en los detalles de las personas y a veces logro copiar sus gestos. Eso lo traigo a colación porque una de las cosas que me ocurría durante mis depresiones era la obsesión de imitar a mi hermano mayor. Quizás porque es equilibrado y todo le sale bien. La cosa fue tan en serio que a los 12 años durante mis etapas histriónicas hasta pensaba en ser heterosexual (¿yo heterosexual? Jamás). 

A raíz de esto debo reconocer que perdí mucha espontaneidad. Yo era alguien extrovertido en mi niñez y con motivo de mis intensas imitaciones de alguien introvertido, voilá, me volví alguien silencioso y reservado.

Ser un Bebé

Cuando me daban profundas tristezas quería refugio, similar al de un bebé y no precisamente para mamar. La sensación de impotencia y fragilidad es tan grande que uno busca que lo protejan y lo cuiden como a un pequeñín.

Ángeles

Sí, mi vida ha estado llena de ángeles. De gente hermosa que estuvo dispuesta a escucharme. Que aunque no entendían lo que sucedía, me prestaban sus oídos y su corazón. A veces una persona con una desesperación extrema sólo necesita que la oigan con mucha atención. Ni siquiera lástima, sólo absoluta atención.

Dentro de esos ángeles hubo terapeutas. Recuerdo que la sensación al entrar al consultorio, era como llegar al cielo. Había algo roto y sabía que debía solucionarlo.

jueves, 12 de abril de 2018

El Ángel Esmeralda, Don DeLillo (18/100)

Fotografía: Scott Palmer

"El Ángel Esmeralda" es una compilación de cuentos de Don DeLillo. Se divide en tres partes. Incluye cuentos con descripciones cortas y sencillas. Diálogos directos entre los personajes y desde mi punto de vista tiende más al realismo mediante el cual elabora metáforas. 

Las temáticas de los cuentos son amplias, desde una pareja estadounidense y una alemana que coinciden en un aeropuerto en una isla del Caribe en plena guerra hasta una monja obsesionada con la limpieza que se ve involucrada en un "milagro" en las calles del Bronx.

La primera parte incluye entre otros, un relato sobre la guerra: Dos personas que tienen un affaire cuando la esposa del hombre parte de un aeropuerto desde una isla del Caribe. Éste, involucra personajes en relaciones asfixiantes, nacionalidades y experiencias íntimas que catapultan el relato fuera de la geopolítica de entonces y lo conducen a percibir a los protagonistas como seres humanos.

La segunda parte incluye mi cuento favorito, que precisamente le da el título al cuento. Es sobre una monja en el Bronx que está obsesionada con los rituales y la limpieza. Que apoya una misión a las calles más pobres y oscuras de Nueva York y sin querer, se encariña con un ser salvaje de unos cuantos años, una niña que luego es violada y asesinada. Poco a poco el relato lleva a la monja inflexible hacia lo que según las multitudes de la zona es un milagro: El rostro de Esmeralda se aparece en una pancarta justo cuando la iluminan las luces del tren. Después, sor Edgar, vuelve a su rutina llena de movimientos, penitencias e indulgencias.

La tercera parte, fue la que menos me gustó. Percibo cierta pretensión intelectual en conversaciones interminables y casi filosóficas entre personajes un tanto aburridos. Y hechos que se traducen en reflexiones sobre el deseo de pasar de la ficción a la "realidad". Por ejemplo, dos chicos que conversan durante varias páginas cuál es el nombre de la prenda que lleva un desconocido y le crean una historia. Para que al final, uno de ellos salga averiguar su verdadera historia mientras el otro persiste escéptico desde la barrera.

Me agradó de este título la verosimilitud de los personajes. El manejo de un punto medio para la ficción el cual no pretende generar fantasías hiperbólicas, ni degradar la realidad a su punto más bajo. Al contrario, no disgustó el uso de metáforas y recursos que he visto suficientemente en la metaliteratura, que en su elucubración pueden llegar a ser herméticos, inclusive recalcitrantes.

Soy sincero cuando digo que aún no puedo digerir muy bien a Don DeLillo. Que a menudo me resultan aburridos algunos de sus relatos y me parece poco transparente el uso de hechos forzados para reflexionar sobre algún concepto. Me resulta insoportable su búsqueda de elucubrar profundas preguntas metafísicas sobre la vida y los personajes mediante hechos como el palpar la próstata irregular de un empresario perfeccionista (léase Cosmópolis). Quizás no tengo el ojo suficiente para captar el grandioso talento que sus colegas le reconocen.

domingo, 8 de abril de 2018

El Derecho a Estar Cansado

Tienes derecho a cansarte de lo que has construido
y mirar con suficiencia la exuberancia de la vida,
a criticar sin tregua las grietas del camino
y a mirar con angustia el horizonte mal teñido.

Tienes derecho a preguntarle a tus sábanas
por qué cada mañana atraviesas mundos
que nadie te ha explicado.
A reclamarle a tu sueño algo de paz
y a tu día algo de alegría.

Te entiendo...

También tienes derecho a sufrirlo todo,
a amplificar el sonido del tráfico
y a detestar las emisoras,
cual histérico a menospreciar
hasta aquello que antes amabas.
A olvidar el valor de las cosas
y además, a olvidar el tuyo propio.

Tienes derecho a tener un límite,
al silencio,
a no tolerar las vocesitas tóxicas que te rodean,
a no querer figurar como el bueno,
a saltar del barco,
a abandonar la lucha,
a retroceder,
a desear menos fragor y más tranquilidad,
a gritar irracionalmente lo que no se puede explicar,
a lucir tus alas,
que no han podido despegar.