martes, 2 de diciembre de 2008

Según agosto

Era jueves, lo recuerdo. El día de Júpiter, el nombre romano de Zeus.
Era jueves lo repito. Era temprano, aunque era una de esas mañanas en las que me suelo despertar con ganas de callarme, de que nadie me hable.
Me fui en el amado transporte público de esta ciudad. Muchos dicen que uno se va como una "sardina", pero para personajes como yo, suele ser gratificante sentir que hay otros humanos, que no soy el único. Creo que a eso se referían a calor humano.
Sonará extraño pero siempre me han gustado las multitudes, porque me siento pequeñito (como siempre claro) pero este caso tiene una excepción, siento que estoy protegido. Es divertido a decir verdad, como la gente frota suavemente sus cuerpos, en medio de ese ambiente tibio, de una forma tan insconsciente, como si fueran completamente desconocidos de su cuerpo. No me gusta que me froten, pero el estar ante todos estos cuerpos custodiándome me hace sentir protegido. No sé si es así pero lo he notado, las mujeres son más frías que los hombres, no sé si la medicina tendrá explicación para esto, o la psicología tal vez; todos ríen y sonríen, como si no pasara nada, siguen en sus vidas-tren: derecho y sin mirar atrás... en cambio yo, si siento cada movimiento como una ventana al cariño colectivo, quizás lo que pierden los famosos es su oportunidad de inmiscuirse en una incomodidad tan pública pero tan dulce para los que somos realmente solitarios. Los hombres que usan camisetas quizás son los que más aportan al ambiente cálido, y de pronto los más despistados (habrá quien vea en esto algo erótico) sin embargo esa tarde me tocó el sillón... el comodísimo sillón que perseguí toda mi adolescencia y que tiempo después justo cuando me di cuenta que andaba solo comencé a perder a propósito, venía un señor con bolsas-tome señor mi silla- una mujer enmbarazada- señora tome mi asiento, -un niño- chiquito toma esta silla-... un señor con una billetera-señor el asiento...- las excusas resultban cada vez más absurdas, hasta que por fin decidí reconocerlo... me gustaba estar fuera del sillón, y fue un lunes, día de la luna, que me decidí a no dar excusas y simplemente me quedé parado, fue una victoria... de esas donde nadie te juzga como a los heroes y puedes respirar.
Me fui a trabajar donde siempre lo hago, como profesional tuve varias oportunidades de ejercer como psicólogo, sin embargo, los lugares dejan en mí muchas marcas... y al saber que quizás en un club me reencontraría con mi niñez acepté de inmediato.
El gabán siempre que tiene contacto con el suelo se moja, porque estamos en la bellísima época de lluvias. Y ahí estaba yo, como todas las mañanas respirando ese aire limpio y puro, esa tranquilidad que da mamá tierra. Las nubes siempre saben impactar, lo saben hacer. Lo hacen.
Me esperaban en las piscinas para asesorar a los deportistas para su próxima competencia, pero ese ambiente y su exagerado recuerdo, me llevaba de forma soberbia, dulce, casi exitante hacia ese lugar la zona de patinaje.
Entré y de nuevo estaba ese eco, el mismo que acompaña mis memorias.
Un niño descendía.
Y salió.
De un momento a otro, sólo luces y recuerdos, los patinadores, las historias escondidas, los amantes perdidos, los amigos... vi toda su historia. Veía como se ponían los primeros cimientos en un lugar lleno de preciosa hierba. Los ángeles caminando como si nada, esferas de colores. Los niños, las selecciones los entrenamientos. Y de repente todo el recorrido histórico por ese lugar (estaba impactado) se volvió lento para que viera como desde la corniza un ser de otoño, blanco de unos 15 centímetros decía: nunca te olvidé... se marchó como si fueran sus últimas palabras... era brillante... bello. Y de repente el tiempo fue hacia atrás, una semana aproximadamente y me vi a mí mirando por la ventana justo abajo de la corniza.
Uno de los que patinaba era conocido mío, ya sabes los niños conocen muchos niños. Y ese día mi mamá me había dicho que esperara allí, recuerdo que vi un ser blanco esconderse el cual miraba a este niño, su nombre era Miguel, como el arcángel.
Es cierto yo había olvidado al ser blanco... pero no creo que se refiriera a mí, por un amigo tres meses después supe que Miguel se había retirado de la selección de patinaje, una semana después de mi partida (me iba definitavmente el día que vi a ese ser) y ahora todo comenzaba a ser intrigante para mí.
No sabía nada de Miguel y dejé la duda de la identidad de ese ser y ahora en pleno apogeo de la juventud quería recontruir la historia que se tejió detrás de mí, como si se hubieran escrito vidas en el aire que nunca conocí, hasta ahora.
Volví en mí, a mi presente, estaba botado en el suelo, era por la tarde, calculo que fue a las cuatro cuando me levanté, tenía pequeñas gotas de sangre en la nariz, muy leves. Miré la corniza detenidamente, la luz intermitente rodeaba cada espacio... amada tarde. Sin ebargo nada se asomó, por otro lado fui deprisa donde el entrenador. Pero sólo estaban las mujeres encargadas de la limpieza. Me llevé un alivio cuando me dijeron que todo se había cancelado porque el entrenador había tenido una lesión. Miré al cielo y agradecí, dudo a qué, pero lo hice.
"jóven, el entrandor tuvo que cancelarlo todo porque esta mañana como que se le partió un pie".
Perfecto, pobre él, lo iría a visitar, no creo que fuera muy grave.
Ahora tenía en el corazón la famosa duda, y yo tenía que buscar a pesar de los ridículos que tendría que hacer, era hora de voler atrás, era lo único que por el momento tenía en mi vida.
¿Qué habra pasado con Miguel?, ¿quien era este ser?, ¿por que vi esto?, ¿que fue eso?
Y se abrió el hueco de las preguntas en mi estómago.

5 comentarios:

Arquitecturibe dijo...

wow... quisiera que ese "porqué" mediante el cual llegaste a mi lejana galaxia sea una excusa perfecta del destino para ponerme en contacto con alguien que hace un trabajo tan genial. Genial en mi vocabulario es mucho, porque tambien me considero genio... y recorro algunos planetas por el cyberespacio, pero pocos me llaman la atencion para comentar... o para regresar.
El tuyo es digno de ambas cosas... de comentar y de regresar a fisgonear un poco mas.... a robar emociones.
My galaxia... no, no es la via lactea, esa es la de los humanos... yo decidí crear la mía propia...la de los seres incorregibles y soñadores... la de los pesimistas y los adictos al chocolate... la de los buenos lectores enamorados del cine.... mi galaxia es algo diferente y lejana... pero siempre, siempre tendras una bienvenida en ella.
saludos.... un placer poder encontrarte

Katty ♥ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Quike dijo...

Hola, escribes espectacular. Te retorno la visita y te prometo leerte seguido.

Un abrazo

Quike

Arquitecturibe dijo...

Pasé a ver que tenias de nuevo
un abrazo desde mi lejana galaxia

Arquitecturibe dijo...

volvi a pasar... esta vez para dejarte un saludito....
Lástima que no podemos estar cerca para repartir abrazos a granel pero en esta navidad, como en todas las ocasiones, nuestros corazones se alegran de celebrar juntos una fecha tan bonita.
¡FELICES FIESTAS TE DESEO DESDE MI LEJANA GALAXIA!