Yo soñé atardeceres, soñé amores. No imaginas cuantos soles heridos soñé destilando el rojo en las nubes, cuando moho en el cielo imaginé con la caída del sol, soñé de veras que lo hice.
Cosí alas para no sufrir con el suelo a veces pesado y agreste, las cosí con mis sueños rotos, con mis deseos.
Ahora que me ves caminando por la calle, ves a un personaje que en vez de ojos tiene botones, y ves mi rebelde cabello jugando con el viento, enamorándose de una fantasía, de un reloj...
No imaginas lo que este cabello color azabache ha tenido que recorrer. Esquinas que hice mías, a las que le puse experiencias mías para que no me olvidaran, para que las alcantarillas lloraran mi nombre, para que los robles atardecieran con mis pupilas. Para que los ojos color miel de los girasoles declinaran ante mis penas, me volví un dictador de emociones... llené de papeles viejos mi boca para poder soportar la soledad, avidrié mis ojos con retratos y vitrales eclesiásticos.
Puse formol a cada rincón de mi memoria para poder invocar a mis muertos, para hacer mitología con cada uno de los seres que me abandonó, hice de mí mismo una escultura de papel, para que cuando lloviera todo el piso llorara mi pena, llorara mi ser, para que los restos quedaran chorreados por charcos dignos de poemas eternos, charcos que en medio de ese gris muerte son capaces de reflejar el cielo y creer con amaneceres mortales.
Comencé a caminar recto, para no perderme en un mundo que abre la boca para devorarme, para hacerme etiqueta de sus células, un mundo que devora en bares y casas de la cultura.
Cuando sigas mis pasos, llenos de cuarzos y de símbolos extraños para ser un poco más feliz, mis memorias de niño delfín. Recuerdos con acercamientos ajenos, de una cámara ajena, con personajes terciarios que baticinan entre el odio y el estupor.
Hoy mi corazón ha cedido, y ha dejado que la vida crezca, las plantas crecen, mientras los suicidas diluvian de grandes monumentos a la sociedad, mientras yo diluvio entre pensamientos, tronantes y poco lógicos, pensamientos indignos de un botón de oro, de una rosa silvetre, pensamientos indignos del aroma de un manzano, de la sonrisa de un niño...
Los hombros se me han vuelto de piedra, y el mundo mi cabeza pesa, pesa mucho, tanto que se me tuerce y retuerce, como lámpara de lava caé en colores halógenos mientras la hierba lo disocia.
Estoy solo eso bien lo sé, estoy muy solo, soy un desconocido en un cuerpo conocido, un foráneo que pretende disfrazar con piel lo que construyó con huesos, un foráneo de siglos desconocidos, de viajes astrales de un ciego. Soy foráneo de caricias, de besos y de halagos. Personaje de cuento de hadas con sombrero de hongo, con sombrero de hongo negro, soy quizás o tal vez el que piensa en sí mismo, perfectamente calcinaría metal para erigir en el mundo un monumento a mi grandeza, grandeza que esconde mi falta de autoestima, mi rencor, mi envidia, mis celos, mis inseguridades, mi miedo a no ser suficiente... que esconde experiencias de la niñez que esconde peluches y profesores que odio, profesores que mi lado más oscuro apuñalaría sólo con la mirada, muñecos budú etiquetados en facebook, máquinas de contestar en msn...
Todo esto para decir que simplemente estoy triste, que cada vez que la vida avanza me saca las entrañas y las pone a secar, para luego cuando estén por dentro, con trocidos de cristal incrustados, tomar mucha agua para llorar y sacar volando las desgracias de los eternos veranos europeos, de las eternas primaveras tropicales, de los susurros cetáceos, de las miradas marítimas, de los sueños montañeros, de las águilas polares, para decir... que estoy muy triste y necesito que me abracen que me digan que no debo tener miedo, que me cuiden como a un niño pra que nada me pase, necesito un Dios que cuide el cosmos, necesito un guardian inter espacial, necesito saber que de nuevo como en la memoria lactante tal vez todo está bien y mirar a las estrellas no sea más que cuestión de suerte y casualidad, donde la luna se encante en velos santos y de nuevo me haga llorar y pensar que todo está bien...
Amor...
domingo, 12 de julio de 2009
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2 comentarios:
Vaya
Si esto lo hubiese escrito yo no me sentiria tan identificado.
Me deja ud sin palabras mi señora.
buenisimo , me ah encantado leer este pensamiento y me identifico con varias cosas , gracias por compartir tan lindas reflexiones ,
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