sábado, 1 de agosto de 2009

El camino del...

Cuando no te queda esperanza, cuando la vida hace los caminos cortos, cuando los cuentos de terror se vuelven profecía, cuando lo presientes, cuando tu corazón de cristal se rompe...

En esa ocasión cualquiera que viera vería a un niño mirando las nubes, nadie sabría que pasaba, ni siquiera estas palabras entenderían.

Y es hay historias que no se cuentan, que están al tacto, a un metro de distancia, que están en las paredes en los zapatos, que están en los caminos, que están en el aire, contaminado o no pero al fin y al cabo aire. Hay historias que no se preguntan, hay historias que se lloran con cobijas, hay historias donde se susurra, hay historias donde hay sueños, hay lágrimas que son verdaderas y hay gente que siente de verdad... parece que todos.

Esa tensión de vivir, esa locura que acompaña la frustración, la misma locura que acompaña a los fracasados, a los héroes, a los santos, a los atardeceres.

La vida, vida, vida y duele el corazón cuando dices esta palabra y simplemente callas, vida... duele tanto vivir. Duele sentir. Duele creer... pero que bien se siente, se siente tan bien a veces que en la mañanas frescas en las tardes tranquilas, acompañadas de una sonrisa reivindican tantos desastres.

El cansancio, y esa lucecita que como hada madrina, esa lucecita que te saca de tu espanto, que mientras lloras de fatiga en medio del bosque de la vida con una nota grave seduce tu escepticismo, seduce tus sentidos, y guía a un ciego... un ciego pastor que guía los pensamientos a través del aire, del mismo que devoró el tiempo, áquel que se llevó tantos suspiros, de repente miramos a nuestro alrededor y también hay historias, de odio, de amor, de lo que sea... al fin y al cabo historias, seres que existen que deambulan por las experiencias deslizándose en la vida, comiendo sus palabras, seres que escuchan, seres que tocan, seres simplemente viviendo.

De nuevo la locura, guía fiel del perdido... de nuevo el espanto, acompañante del destrozado, se devuelven a la tierra, se clavan hasta el alma, y susrran nuevos caminos. Caminos arrogantos, unos tantos prometedores, caminos, caminos que no terminan, interminables en sí mismos.

La luz se apaga, y el mismo ser que miraba a las nubes se apaga, ese suspenso que acompaña as malas noticias toma el estómago lo apuñala, lo devora, para luego dejarlo agonizar, agonizar un buen rato, para algunos les toma una vida. Pero hay esperanza... y en ella... por qué? por qué? algo de alegría... la vida y la muerte no se han dado cuenta que la ilusión les ganó la partida tanto que les da una eternidad de ventaja.

Ventaja, ventajas le has dado al cielo, para rendirte, hoy no, hoy no, sería algo impropio, no te levantarás, no caminarás, no hablarás, no escucharás, no sentirás, hoy te ahogarás en un tunel al fondo de este planeta llamado yo, lleno de dudas, lleno de certezas, que no son más que dudas.

La miel recorre cada grano de existencia, las huellas se llenan de neón, cada día te metes en lo más profundo de este aceite oscuro llamado decepción, no lo digas, sé que a veces duele el presente, duele un presente pasado, duele recordar, duele no hacerlo, duele llorar, duele no hacerlo, duele secarse, duele más no intentarlo, duele caer como hoja de otoño, pero duele más ser peremne.

Hoy las hojas caerán, hoy anochecerá, hoy habrá muerte, hoy habrá decepción. Ilusión sorprendida intentará ofrecerte todo, pero se acabó el mar está seco, seco porque alguien lo ha bebido para poder llorar, para poder volar... para poder con la dignidad del sacrificado, con la dignidad del sucio fuego que asota las calderas del alma.

Llamarán a tu puerta, el sabio y el mendigo, abrirá tu sombra, tal vez un relejo, tal vez un recuerdo ajeno. Abrirán la puerta quienes eras y nunca supiste ser... abrirán la puerta con benia llena de soledad y tristeza... como pavos reales entrarán todas las cosas de tu vida. Envolverán la habitación, y la mancha negra que eres se desplazará lejos, muy lejos, a un lugar llamado cercanía y en volúmenes de enciclopedia coserás tu nombre, reemplazarás la nada, y egoísta el todo sin comprenderte enviará jurados.

Todo está perdido, ni siquiera la muerte supera esto.

Llega la pequeña lucecita, con su nota grave... muy grave, merodeando por ahí, pareciera que somos su habitat... merodeando siempre. Contienes la respiración y no sabes, no entiendes... si traicionar lo que ahora eres... o de nuevo seguir...

1 comentario:

JP dijo...

La lucecita...

"Esperanza, fuente de la supervivencia humana y origen de sus peores males".