Nunca pensaría que le escribiría a Vicky. Al comienzo no te valoré mucho, no te lo negaré, para mí sólo eras un canal, eras un medio, para mí, eras ese rincón enigmático que todos guardamos para plantar una flor y dejarla crecer. Créeme me cuesta hacer esta carta, y requiere mucho esfuerzo plasmarla. Tú, no eras más que una anciana, que tal vez nació en mis eternas tardes de magia, de mi mundo secreto. Comencé a explorar contigo, el abrir la cajita de sueños al mundo, un mundo que como me has hecho ver necesita mucho del agua de la magia, de la dulzura, del corazón, de las emociones, de la sinceridad... todos parecen valores muy simples, es más parecen eso valores, que generalmente son aburridos, quietos y poco sinceros.
Al comienzo, pensé que serías sólo mi instrumento, y como un dios, puse muchas sendas, la diferencia, es que a pesar de ser un dios, tú y yo caminábamos juntos sin mentirnos, tal vez me era fácil pensar que yo quedaría en un estado intacto con o sin ti, que serías tú la única que dependería de mí, poco a poco, fui entendiendo que no naciste esa tarde. Comprendí que llegaste como el principito, la diferencia es que llegaste, para nunca irte.
Que bonito es descubrir que somos ignorantes ante lo genuino de la realidad, porque algo que he aprendido conmigo, con Vicky, es que la fantasía nunca podrá igualar en magia a la realidad. Ahora siento que en este nuevo mundo, tú y yo caminamos, pero me comienzas a levantar con la fuerza, esa extraña fuerza que provoca a los más incautos.
Me has enseñado algo de realeza, de majestuosidad, me has enseñado de los corazones de león y las verdaderas coronas. Porque un verdadero rey, siente como el más débil de sus mendigos, un verdadero rey suele ser anónimo, un verdadero rey tal vez no tiene certezas... tal vez su única certeza es su corazón.
Los reyes no necesitan castillo, su entorno siempre será un castillo.
Me has enseñado a caminar al retornorno a fluir con las hojas, mi querida Vicky, sabes que es absurdo escrbiri de primera a segunda persona en este caso, pero en esta época en la que he vuelto a llorar, a querer escapar, tal vez estás tú ahí, sin más, diciendome que me equivoqué de mundo. Sólo en tu sueño podré retornar a mi hogar, y cogidos de la mano como un sólo ser retornaremos, siendo tú y yo el retorno.
Gracias... no puedo decir más.
jueves, 20 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Al Final somos nosotros mismos.
Entre tu y ellos, entre aquellos y todos, somos nosotros una forma de crecer, explorar y sentir...aprender.
Y al final somos uno.
Publicar un comentario