miércoles, 4 de mayo de 2011

CÓMO ME IMPACTA. Como me impacta que la muerte, la guerra, la sangre derramada y el dolor sean algo de celebrar; cuando era niño, quería tener pistolas de agua como todos los demás... Mi mami siempre que las veía las botaba en la basura. Cualquier clase de armamento estaba rotundamente prohibido, al punto de ser necesario esconderlo bajo la almohada. No tuve pistolas de agua; su postura siempre me pareció exagerada e inflexible, pero ahora que veo cómo reacciona mi sociedad antes las muertes... Ésas muertes donde se muestran sesos, cuerpos calcinados, en general cualquier clase de miembro expuesto para festín del occidente... Me asusto. Si la guerra se volvió una fiesta, si la muerte es una máxima, si el dolor es cosa de engrandecer, si los grupos armados (legales y/o ilegales) son heroicos, no me queda más que decir:"ella tenía razón". La violencia no es un juego... El dolor, el asesinato, la manipulación mediática, la legitimación de la violencia y la prevalecencia de estructuras del odio sólo conducirán al fin. Si son o no son terroristas, si son o no son armados, si son o no son santos... Lo que en realidad me aterra es que las personas que no empuñan armas, que no son asesino@s, llenen su corazón de una demencia eufórica hacia cualquier acto de guerra.

Gandhi decía: no violencia... Procuraba no meter el concepto paz porque quizás era demasiado avanzado para los escépticos de corazón; más de una cátedra en la universidad está cargada de ese occidentalismo que celebra las intervenciones de las fuerzas militares en pro de la seguridad. Cambiamos la paz por la seguridad pero una seguridad que se sustenta en las armas, que genera odios y dolores profundos, que "engaña", que es tramposa y sucia no es seguridad de nadie. Me opongo a que los hijos de mis hijos, si es que tengo, lleguen a ver un mundo donde sean entrenados para pensar y amar los noticieros cargados de minas y conquistas. Me opongo a un mañana donde el amanecer sea rojo y el hombre coma de las entrañas del hombre, donde los tesoros más valiosos de la humanidad: las miradas, sean saqueados por los intereses de los que asesinan, me opongo a que el mañana sea de no perdón, de ceguera, de lo vacuo en la sonrisa... Si "los sabios de nuestra humanidad" nos guían hacia la guerra, la justifican y la promueven... Esos sabios quizás perezcan en su sabia ley. Paz, Paz, Paz, Paz, Paz, Paz, Paz... En el planeta tierra y en el cosmos.

1 comentario:

Vía Morouzos dijo...

yo también he alucinado, y mucho, estos últimos días... semanas... años...

un beso, Vicky!