martes, 28 de junio de 2011

Entrada número 300

Gracias a quienes me acompañan en el blog. Esta entrada tiene un significado especial porque el número tres siempre significó mucho para mí. Si bien es cierto que no siempre escribo para ser leido, es cierto que he encontrado amigos y amigas. Gente que en palabras abre el corazón y te hace sentir que el mundo está lleno de pasadizos secretos. He estado estos meses rodeado en el blog de gente que ha sabido ser cálida, tierna y cariñosa conmigo. Les debo bastante... Ojalá pudiera estar a la alturo de muchos y "regalarles sueños" pero a veces la realidad me vence y me veo en los más teatrales papeles quijotescos.




Este post es para ustedes, mis compañerso de camino, que a veces ignoro quizás porque soy ciego. O quizás... Simplemente uno reconoce la importancia de las personas hasta que se ven ausentes. Lamento si en algún momento las herí y de todo corazón... Les repito: esta entrada es para ustedes. Hace poco, cuando una amiga blogger se despedía "de manera indefinida", descubrí que sin quererlo, comenzaron a significar algo, más que algo, mucho. Se podría decir que con ustedes comparto esta esquina de mi cuarto. En este recorrido por mi catarsis silenciosa he conocido: hombres hermosos que se disfrazan de frívolos, seres con experiencia que destilan ternura y humildad, mujeres fuertes, dueñas de su destino; artistas increibles que a veces me hacen llorar con palabras; escritores eclipsados por horarios, poetas de fondo blanco; ángeles negros con lágrimas blancas; entusiastas; enfermos del cuerpo y maestros de alma... En general, gente que ama, gente que vive.




Hoy en la calle (y no es por deprimirlos) vi un perrito desnutrido. Entonces me pregunté ¿alguien lo cuidará del frío?¿Alguien lo abrazará en la noche?¿Cuánto tiempo durará vivo? La verdad es que cada respuesta me torturaba más el alma. Este mundo a veces pesa, todos lo sabemos, cómo me gustaría que los niños y niñas del futuro, vieran perros en la calle jugando... Presos de diversión y cariño. Cómo me gustaría una ciudad llena de árboles... Con ríos puros y cascadas que deleitaran el alma. Quizás una ciudad con poco que envidiarle a los proyectos de conservación de Nueva Zelanda, consciente de la potencia hídrica que posee. A lo mejor y en un futuro, ese paraíso que pintaron los judíos se haga realidad: el niño metiendo la mano en el hoyo, sin que la serpiente lo muerta; el león abrazado del hombre... En fin, algunos como Estanislao Zuleta dirán que soy un mediocre por soñar paraisos. Yo les digo a ellos... Ustedes están destinados a ser llamados pasado. No se puede soñar lo mismo una eternidad, menos si se trata de esta pesadilla de vida que les tocó a los colombianos.




Ese gran paréntesis que está en el párrafo anterior, espero no los desanime amigos y amigas. A lo mejor, simplemente necesitaba dejar una pequeñita gotita de tristeza en este post. En fin... No pongo nombres porque quizás me olvide de uno. Eso no quiere decir que no los recuerde a todos. Gracias por acompañarme en este camino, espero sus vidas estén plagadas de iluminaciones, recuerdos felices, descubrimientos insólitos, universos paralelos, caricias de transeuntes, abrazos casi eternos... Cariño fraterno, en general... Amor del bueno.




Pdta: te voy a extrañar mucho Clotho... Pero sigue adelante. Despídete del blog si es necesario y dale bienvenida a la vida. Muchas aventuras, cada vez más divertidas te esperan en la vida real, donde quizás un día cercano o lejano, nos volvamos a encontrar.

domingo, 26 de junio de 2011

Mereces

Mereces que te hagan el amor, hasta que sientas que te vas a morir. Mereces que te carguen al umbral, que te abran puertas a otros mundos mientras cierras los ojos. Tienes derecho a que te abracen cuando tienes frío, a que te cuiden cuando tienes miedo a que te envuelvan en una sonrisa cuando la ira te cubre. Mereces creer en paraísos que parecen lejanos... Así como palabras que te dejen sin nada que responder. Es tu legítimo derecho que el corazón te lata a mil por segundo, que cada uno de tus pasos, en general... Todo tu pasado sea reconocido y aceptado. Tienes derecho a mirar en el espejo a la persona más sexy que haya tenido el planeta tierra, a mirar en el reflejo del agua una apoteosis a la belleza, un diluvio de sentimientos. Tienes derecho a que te amen con o sin ropa... A que te miren los ojos penetrándote el alma. Tienes derecho a sentir que te falta el aire de la emoción... A que te den regalos increíbles: un trébol de cuatro hojas. Tienes derecho a que te manden mensajitos de texto, de ser necesario que te busquen hasta el final del mundo, inclusive si huyes. Tienes derecho a tener miedo, a sentirte solo, a sentir rabia... Inclusive a experimentar el desamor y aún así... Estar segur@ de que alguien te ama de una manera insólita en la vida. Tienes derecho a ser narciso. Mereces abrir la ventana y jurar que es el más magnífico rincón del mundo. Tienes derecho a oler a un perfume ajeno que te traiga hermosos recuerdos, a recibir cartas secretas, a declaraciones públicas... Tienes derecho a amar y a que te amen como nunca se ha escrito... Mereces ser feliz.

viernes, 24 de junio de 2011

La madre saltamontes

Entre los matorrales lloraba desconsolada la niña bajo el hechizo de las estrellas, cuando de repente, entre el titilar de los astros y la suave caricia del viento, habló la madre saltamontes:



"lo que te voy a decir, probablemente no te lo enseñen en un colegio, o quizás... En ninguna institución educativa. Parece paradógico pero aún falta tiempo para que el humano 'estudie la vida'. Me haré un poco más cerca de ti, para que puedas sentir mi voz... Entonces, entonces... Entonces no estarás sola.



Sé que lloras porque no hay otra salida, porque cuando alguien muere es como si toda la luz del mundo hubiera sido devorada por un espíritu malévolo. Es cuando tu barriguita se llena de sensaciones de angustia, tu corazón quebrado y tus mejillas húmedas. Y tienes razón en pensar que todo se acabó, después de todo ¿dónde quedaron esas caricias que nos dio nuestro ser amado? ¿Dónde se esconden esas sonrisas y esa mirada llena de amor? Te sientes abandonada... Pero el mensaje que te vengo a dar es tan sencillo y al mismo tiempo tan difícil de entender: no estás sola.



Allá, muy arriba donde titilan las estrellas, también hay seres que 'desaparecen', quizás así es como la especie humana está acostumbrada a llamar al cambio de forma. Sin embargo, si pusieran más atención (y sé que es difícil hacerlo) se darían cuenta que las palabras correctas tal vez sean: cambio o transición; muerte y nacimiento son sustantivos que acompañan sus vidas, que los atormentan en su adolescencia, que los torturan en la noche y mira... Los hacen llorar sin consuelo. Por eso yo, un simple saltamontes soy tan grande... Porque he comprendido algo inmensamente fuerte: la vida nunca acaba.



¿Has notado las miradas en esos retratos?¿Las mariposas azules?¿Las cautivadoras señales que acechan en silencio? Como te dije, cambia todo pero nunca muere, esa palabra es absurda inclusive para aquellos que ustedes denominan 'físicos'; en las noches, cuando paras de llorar y un aroma cautivador entra a tu habitación, sientes como un calor recorre tu mejilla... Entonces en el fondo sabes que es ese ser que hasta hace poco llorabas. Sin embargo, la sociedad de las verdades absolutas y de científicos adorables, pero no por ello menos inmaduros, te ha impuesto pedir pruebas. Mi consejo es diferente: escucha a tu corazón. Bien sé que este discurso está plagado de frases de cajón... Pero si no escuchas a las fibras de tu ser te será difícil comprender que lo que no vemos, oímos, tocamos, saboreamos u olemos puede existir.



Mi amada niña... Naciste para ser feliz, lo quieras o no comprender, te lo permitas o no... A lo mejor y pasarán algunas vidas antes de que eniendas que esta experiencia como humana precisamente la elegiste porque era 'exitante'. En lo íntimo de tu escondite, más allá de la mirada matutina que tienes que fingir a los adultos... Más allá del comportamiento pulcro que tienes que desempeñar en las aulas de clase... Está la caricia de la vida, el susurro de los que ustedes llaman muertos. Se necesita ser muy importante para comprender lo obvio... Lo obvio es que hay cosas que se sienten por el corazón y que los seres desencarnados o muertos aún están vivos... Esperando, guiándonos, inclusive ¿por qué no? Consiguiéndonos novi@. Mi más querida hija... El conocimiento de esta noche te hará grande: eres inmortal."



Acercose la madre saltamontes a la niña... Notó que dormía con calma. A la mañana siguiente... Nacía una inmortal.



jueves, 23 de junio de 2011

Destinos

Están destinados a recordarse mutuamente a media noche. A hacer de las esquinas un mural de besos. Están destinados a tomar café, hasta saciar el hambre de aventuras. Están destinados a mirar la luna con nostalgia y hacer como si nada pasara. Les tocará caminar como humanos comunes y corrientes, escondiendo debajo de la piel los recuerdos de alguien más. Muchos semáforos y cebras, mucha gente, muchos despertadores, y el silencio... Les tocó aceptar el mundo.

Les tocará escribir cartas que nunca llegarán, como las de un náufrago. Están marcados, es el castigo por no estar uno al lado del otro. Sus ojos brillarán con nostalgia cuando las nubes doradas de la tarde se devoren mutuamente y hagan de la soledad un lienzo. Vivirán la vida como cualquier otro: estudio, trabajo, muertes, nacimientos, reproducción... Sin embargo, el titilar de las estrellas les preguntará noche tras noche por su memoria.

Mirarán desde telescopios lo que no tuvieron: el universo. Se acostarán en camas frías y abrazarán una almohada. Leerán libros y suspirarán, siempre el cuarto se sentirá más vacío. Pintarán personajes taciturnos, con leves tintes de la pintura metafísica. Verán desde la ventana los carros pasar a toda velocidad, a las familias que parecen felices y en las tardes de lluvia repararán en las gotas que caen en la ventana. Su consuelo será el helado de chocolate con fresas. Pasará la vida y habrán vivido como humanos comunes y corrientes "que esconden un amor bajo piel" y su consuelo, seguirá siendo el helado de chocolate con fresas.

Se extrañarán... Y morirán como cualquier amor imposible.

martes, 21 de junio de 2011

Embarazo mental

Días como hoy me acuerdo de mi profesora de química enseñándonos el modelo de Rutherford: un núcleo con varios electrones en diferentes orbitales, precisamente, rodeando el núcleo hasta que en un descuido caían al núcleo. Es un modelo actualmente considerado obsoleto, precisamente por esa decadencia... Sin embargo su belleza visual hace que recurrentemente aparezca en los textos de física o química. Aquí es cuando me pregunto ¿no hemos sentido todos un momento de profunda decadencia en la vida? Me siento así, cada vez que escribo en este blog lo hago de una manera más oscura... Más desanimante. Pero no puedo mentir, he ahí el asunto, quizás por eso no soy una persona divertida. Y es que últimamente siento que todo me sale al revés, o que simplemente el pedacito de vida que me tocó no me llena del todo. A veces quisiera salir corriendo, conocer el espacio sideral, otra cultura, no tener que voltear mi rostro a todas las fuentes que salvajemente amenazan con devorar el poco de tierra firme que me queda. Pero quizás ese modelo tenía/tiene una profunda enseñanza para todos, por ñoño que suene: "en el momento de mayor decadencia es cuando conoces el centro". Así es, estoy conociendo el centro.

¿qué le pasa al blog?

Intento ponerle las letras de colores y no me lo permite ¿lenguaje universal? ¿O simple capricho del PC?

domingo, 19 de junio de 2011

SB

En medio de la niebla te sientes perdido; respiras y parece que el infinito llena tus pulmones: nunca habías respirado un aire tan puro. Escuchas las cascadas y pareces encantado en la belleza de este santuario, este elogio a la intimidad, a la belleza de las pequeñas y grandes cosas. Es un sueño invisible como los que acontecen cuando besas un elfo. Avanzas desprevenido hacia la ciudad, en principio parecerá fea: llena de edificios, carros, humo... Un elogio al color gris. Sin embargo, con atención si te unes a los citadinos es probables que distingas la alquimia de la vida.

A lo lejos, justo cuando atardece, la gente trabaja, excepto tú... Se pueden ver las primeras estrellas, la temperatura de la ciudad es perfecta para soñar universos imposibles. Te relajas, la piel se vuelve mella en el cosmos y ves los carros pasar. A medida que fijas tu mirada en el oriente, los edificios que alguna vez quisieron imitar a Nueva York se iluminan con el fuego naranja. Los carros que pasan por la circunvalar se ven perfectamente, inspiración del recolector de historias mínimas. El verde esmeralda de los cerros, se vuelve azul a la distancia, la cordillera brama en lenguas precolombinas la poesía de los equinoccios y los dorados en lagunas.

Los árboles, titanes del tiempo, circunda de punta a punta este milagro que se llama realidad. Los jazmines cerca a la séptima, las palmeras, el frío tórrido del cerro... El eje ambiental cargado de árboles con hojas diminutas. Las calles con charcos en los huecos, reflejo de un cielo que ya no ve. La rebeca clamándole a los obreros que paren, las filas en el transmilenio y el cansancio estudiantil.

Más allá de la primavera, más allá del verano se encuentra el trópico. En una ciudad, en medio de las montañas, con poco que envidiarle a un pueblo y mucho que decir sobre las esquinas... Cuenta historias de pajaritos y de monalisas. Esas hojas amarillas en el piso, cubriendo de gloria la conciencia otoñal. Las torcasas, las hermosísimas torcasas que todos confunden con las palomas de Lourdes. Sagrados animales de mirada hermosa, perfecta.

Profesor: quizás usted tenga razón al afirmar que el futuro sería mejor con muchas industrias, llenas de humo y químicos de colores sicodélicos. Tal vez algún día nos parezcamos a Los Ángeles o a Nueva York, quizás podamos tener la infraestructura de Pretoria, los edificios de Kwait... A lo mejor y logremos la tecnología del Japón, las calles de Berlín. Con suerte tendríamos barrios similares a los de Estocolmo, a lo mejor y un día... Las industrias nos hagan felices, podría ser que Lourdes se pareciera a "Notre-Damme", seguramente los cerros del oriente se asemejen algún día a los acentamientos costeros de California... Tal vez algún día tengamos un estadio como el de China, un PIB como el de EEUU... Quizás ya no haya enfermedades, ni gente triste, ni gente pobre, ni gente con hambre... Pero para serle honesto, no creo que eso suceda, y me daría muchísima tristeza ver marchitarse a los jazmines, hacer de las torcasas un deleite de los reconstructores del pasado... Volver los cerros un recuerdo bonito de los bosques inmensos, quizás un árbol no vale nada y la poesía es basura para cerdos. A mí sí me dolería, no sólo porque los quiera y los considere importantes, sino porque ya hacen todas las cosas que le mencioné, parte de mi ser.

viernes, 17 de junio de 2011

Lo triste del asunto no es descubrir que te has equivocado en las relaciones, lo verdaderamente deprimente, es descubrir que ellos nunca fueron tus amigos. Lo verdaderamente deprimente es que en los momentos más difíciles estuviste completamente solo, lo que es completamente desastroso es que a pesar de que los quieras, ellos no van a cambiar, son así y parte de aceptar tu destino y madurar consiste en entender la soledad. Es parte de ti... Fuiste creado, para disfrutarla o soportarla... Sin nadie, como siempre.


lunes, 13 de junio de 2011

Madera

Érase una vez un muñeco de madera. Su fragilidad, o simplemente cuestiones de la vida lo llevaban a romperse una y otra vez. Reconstruirse, una y otra vez.

jueves, 2 de junio de 2011

A veces tengo sed de tu odio, porque si me amas como creo seré esclavo de tu mirada por mucho tiempo. Vivo en la prisión de los recuerdos y las nubes se abarrotan en la sinfonía de la vida, teletransportándome a cien lugares, en los cuales el punto común eres tú. Las hiedras y heroínas se sumergen en el mar de luna de plata ¿habrá un lugar donde no te haya recordado desde que te conocí? No, no es una declaración de amor, ni una despedida, aprendí que los destinos se ligan y que el olvido es una enfermedad que no quiero sufrir.

Los cabellos y caballos se agitan, cuántas ausencias debo a tu espalda. Quisiera recobrar mi nombre y posar en la paloma un mensaje que te llegue al corazón, pero ya vez, sólo sé escribir; cuán corta es la palabra ante el respirar ajeno. Soy ciego en algunas ocasiones, quizás porque no sé qué camino negar ni que verdad ocultar, estoy desnudo, de una forma tan desnuda, que soy más frágil que las hojas ante el viento de agosto. Soy un jazmín bogotano floreciendo en cualquier esquina y preguntándole a la vida por qué le tocó una vida tan dura. Quizás era tu sonrisa, quizás tu mirada o mi imaginado mundo lo que me hacía pensar que un abrazo era recompensa suficiente para mi biografía. Pero las ventanas aún se empañan y las miradas se llenan de esa agua bimodal, la que acaricia la urbe de cuando vez hasta inundar el alma entera.

Cargo peces en mi corazón, dos bailarinas y una beluga. La tercera me mantiene vivo, una de las bailarinas dice tu nombre y lo escribe en cada servilleta o dedicatoria de cóctel. Miro al horizonte, como los rayos del sol, los mismos neutrinos, atraviesan esa cordillera sin piedad. Soy una bailarina atómica que cualquier cambio la motiva a acercarse a ti ¿cuándo hemos de colisionar? ¿Cuándo las disculpas serán suficientes para que tú y yo vivamos libres? ¿Es acaso el ocaso tan fuerte para librarme de las lunas oscuras donde reposa mi manera de quejarme? No lo sé tampoco tú.

He intentado liberarte de todas las maneras posibles, en parte para librarme a mí también de cualquier cadena pero las notas de los pianos del destino no son tan benévolas y me falta saltar de do en do para llegar a ese estado. Vi siempre tan lejanos nuestros destinos, en parte porque me parecías inalcanzable... O quizás, quizás, yo era el inalcanzable ¿qué más da? Si para sembrar un girasol sólo se necesita decisión. Y tú y yo somos dos barcos, en mi caso provisto de naufragios anteriores. Mi pecado fue intentar reivindicar en tu rostro todas mis heridas, echarme, jugar al muerto contigo, a ver si me amabas tanto y me dabas alas que todos envidiaran. Quizás, quizás, me librarías de la soledad con la escribo frecuentemente, a lo mejor me entenderías mejor que nadie, o quizás nunca me conociste y duele decirlo, insinuar siquiera con los labios que yo para ti no existí más que como la silueta ornamental de la misma vida.

Estos son mis labios, estos son mis ojos, este es mi cuerpo, ni más, ni menos que el aire que respiraron los compositores. No negaré mis deseos, ni tan siquiera aquellas cosas que me avergüenzan y tal vez nunca reconozca. A lo mejor, mi desnudez no fue más que desarrollo del ambiente para ti. Fue un ritual mío para ocultarme. Siempre, casi siempre, dudaré que recuerdes mi nombre, o tan siquiera, que algún día lo hayas sabido, porque este es el diario del erotomaniaco que se te cruzó en la vida.

Dulce erotomanía, tan mía, tan tuya... tú, yo...¿Quién?

Abrazando camisetas

Ese gusano rojo, repleto de sardinas, avanza furioso en la ciudad. Una historia diferente se teje, mientras la araña del destino sigue sus invocaciones en secreto. Mujeres con grandes bolsas, embarazadas que pelean por un puesto, los estudiantes que miran al vacío, los conductores anónimos, los ejecutivos, los que quieren ser ejecutivos, las amas de casa, los pensionados... Cuántas historias en una cuadra. Se estrellan, se odian, dignos ejemplares del caminar (correr) bogotano: caminar, mirar al frente y el mundo no existe. Letreros que se inmolan ante la limpieza nocturna, declaraciones de amor y de odio... Todas las biografías a más de 50km/h. Viajando entre prostíbulos, lugares de comercio, hasta el parque de las monarquías ocultas... Hasta los barrios de vacaciones en Europa y Tailandia... Hasta las mansiones de arquitectos reconocidos... Hasta esos lugares llega. Inclusive, si se tiene suerte, llega al corazón humano. De un momento a otro frena, cual injusticia humana ese medio metro cuadrado por persona, como partículas elementales colisionan las personas ante un aumento de temperatura. Los olores: desde las legumbres hasta los perfumes de casas reconocidas. Un niño impregnado de la hierba del parque, con ese retazo a jazmín que queda impoluto. Las sombrillas se abren, mientras la típica lluvia enternece la textura de la ropa. Misioneros ocultos, trajes de monjes y va y venes de un enamorado. Todo se teje en esas miradas que no veo... En esas ciudades que no conozco.