domingo, 5 de agosto de 2012

Nueva York

Poco a poco comprendí que tu magia no eran los edificios altos, o tus calles de anchos carriles.

Tu magia reside en que cualquier rascacielos es bueno para apuñalar a cupido.

3 comentarios:

Elena P.G. dijo...

Pues no sé yo si me gustaría mucho esa magia que dices. Cupido es Cupido. Aunque, bueno, a veces haya que cortarle las alas en seco.

Vía Morouzos dijo...

Guauuu... Un final contundente. Han venido a mi cabeza algunas de las agujas que coronan esos gigantes que clavan su acero en lo más alto, llegando donde solo lo hace aquel que vuela... Y tras esas comillas vi a alguien, a muchos alguienes, rodeados de un cielo roto...

Desconcierto dijo...

genial...

un saludo