Cuando miro mi pasado descubro un montón de sueños y esperanzas acorraladas en un rincón. Ahora, en ese mismo lugar sólo hay un desierto con una aridez parecida a la duda. Cada vez me siento más humano y más fatigado. Me pregunto por qué la vida me pone pruebas a veces tan difíciles. El hastío ha llegado a minar inclusive mis deseos de escribir, algo impensable... Era en las depresiones cuando resultaba más productivo ¿a dónde va este tren? ¿Chocará un día por fin? ¿Inevitablemente caerá de un barranco? ¿Me moriré de cansancio antes de llegar? He llegado a mi punto de saturación y lo peor de todo es que no me importa.
sábado, 8 de febrero de 2014
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3 comentarios:
A mí sí me importa, y mucho.
Cada una de las palabras que escribes desprende una luz única y muy personal. La echaría en falta y no solo yo, créeme.
Un fuerte abrazo, Vicky.
Pasará, Vicky. Ya verás como pasará.
No te rindas:¡ te queremos!!!!
Buenas tardes... ¡Llegará!
libre de prejuicios,
importará... así vivirá.
Gracias
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