viernes, 3 de febrero de 2012

Cuida de ti


Degas, Edgar. Tras el baño, mujer desnuda secándose la nuca. Musée D'Orsay, París.

Lo que más me gusta de Degas son los cuadros que pintó al final de su vida. Algunos lo acusaron de misógeno y machista, en el fondo creo que su feminismo, o mejor dicho, defensa de la mujer, iba a límites que los demás no entendían. Con el paso de los años he comprendido que tardar unos minutos más en la cama, dejar que el agua tibia recorra el cuerpo, o simplemente consentir el alma, es un acto simple y valioso.

Reconocer el cuerpo, con todo lo que la sociedad ha decidido llamar vergonzoso o inaceptable, es una muestra de madurez y respeto a la propia existencia. Dotar de inocencia al placer que explora y experimentam es un grito de libertad. Recorrer con las manos los poros, examinar los rincones y llenar recuerdos y soledades con una pequeña brisa... Es un acto de grandeza.


2 comentarios:

Elena P.G. dijo...

Precioso cuadro, para mí en el museo más bonito de París.
Degás es de una delicadeza especial, demuestra amor y respeto hacia la mujer y su cuerpo.
Y lo que dices, dedicarle un tiempito a lo nuestro, es tan reconfortante como bello.

Blackmount dijo...

muy interesante reflexion, coincido con la opinion de que los trabajos de la última parte de la vida de Degas son los mejores. Posiblemente debido a su carácter huraño (siempre dijo que un pintor serio no debería tener vida personal) que se agudizó con el abierto antisemitismo que empezó a manifestar a raíz de la controversia del caso Dreyfuss, se fué quedando solo pues sus amigos se retiraron paulatinamente, inclusive Renoir, que fué su amigo mas antiguo y cercano. Creo que esta soledad que le imposibilitaba de manifestar sus sentimientos verbalmente fué lo que causó que en este periodo toda su carga emocional se volcara en la pintura