Aquella noche, había perdido lo único que creía tener. Cerró los ojos y sin confiar ya en su destino se entrego a la oscuridad amiga de los párpados. Sentía que descendía por una escalera de caracol a un encuentro frontal con el final, sin embargo, la vida está llena de sorpresas como la muerte.
Por esa misma época las estrellas inhalaron tanto aire, que cuando él estaba a punto de darle un beso al inframundo, un aire con olor a constelación circundó el ambiente y lo absorbió al vacío. Aquellas noches negras que pases en vela, dedícaselas a las estrellas, ellas saben inhalar.
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2 comentarios:
Estimada Vicky:
Lo describe usted tan poéticamente que hasta le apetece a uno irse al otro barrio...
Un abrazo desde España
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