lunes, 26 de abril de 2010

Me equivoqué.

La palabra error nos duele profundo cuando hemos sido verdugos infames de un alma noble. Hay cosas difìciles de perdonar, el mundo está lleno de oportunidades, aunque sea cinco minuticos antes de volar.

La mañana se cargó con limbos y espirales de luz, por un instante vi tus ojos y eran hermosos, quizás sean tus gafas o mi cegera las que no me dejaron ver el brillo intermitente de tu mirada. Siempre te vi como alguien perverso, siempre quise vengarme de ti y sacar provecho. Como si tanto veneno fuera a sanar una herida que llevo clavada en el verso y destilando en la prosa.

Pensé que sería libre el día que te perdonara, de nuevo me equivoqué, creo que ese día sabría que en realidad te quería, que te amaba. Te negué por un buen tiempo el derecho a mis abarazos, a mis confidencias, en general al mundo que llevo dentro y que comparto con la gente especial, me agradaba ver cómo pagabas tu maltrato pero hoy, por hoy, y por el eterno presente creo que entendí que me equivoqué... mucho.

Papá, papi ¿dònde dejamos esa complicidad que nos ligaba?¿dónde está el cordón umbilical que hacía que la brisa de la playa fuera enormemente larga para ligar los continentes? Me duele decirlo pero lo diré: lo siento.

Me di cuenta tarde de cuánto te amaba, y por cruel, o inmaduro que hayas sido, creo que tomé ventaja de tus errores y clave piedras en tu camino. Hay cosas tuyas que guardo en el corazón, ésas que en los momentos que peleamos quiero esconder para no sentir que me haces falta, que me gusta tu forma de abrazar, cosas como tu mirada, como tu ternura... como tu nobleza y aquì entre nos hay un punto en el cual tu presencia imponente y práctica me parece romántica.

Tendré yagas de tus manos, como tú tendrás las que hice yo, sin embargo, como en las películas que los intelectuales les disgustan tanto, podamos abrazarnos y tener un final feliz, o quizás un comienzo feliz.

Tengo grabado con pluma de paloma en la frágil y adolirida carne de mi corazón tu amor de hombre y en especial aquella palabra que me escribiste... que tal vez nunca olvide: "eres el sol que ilumina mi camino".

1 comentario:

JP dijo...

Coloridas tus palabras, hablan del color con que has llenado a tu creatividad...la vida que te abochorna en medio de los millones de gotitas que caen en el centro de la ciudad, centro que comparto como el mejor de los copropietarios de este mundo.