lunes, 30 de agosto de 2010

Filosofía del ruego....

Llorar, para no claudicar ante el caballero elocuente.
Las masas se abarrotan buscando luz en la sonrisa.
Miente... reir no es ser feliz y llorar no es estar triste,
Llorar, para no claudicar ante el emperador de lo masculino
Sociedad de expertos me llenas de preguntas inexpertas
¿Todo para qué?
Para que aprenda a llorar.

Ríe Dios, ríe la humanidad...
Juntos gozan los velorios y la superioridad,
Soñar para morir y llorar para ser libre.

Explotar y estallar, esvásticas en la frente llenan de sueños negros de esquizofrenía el último mandamiento.

Llorar es llover, purificar, aclarar, aguas mansas... en un océano de turbulencia.

La amargura está en la risa, no en las lágrimas.

martes, 24 de agosto de 2010

Ballena azul.

Melodías que lloran la infancia recorren los ultrasonidos del mar. A lo lejos una sombra gigante lucha contra la espuma por valer un poco más. Los cardúmenes y el plancton, azul verdosos, naranjas, rosados, blancos y plateados, dibujan en la profundidad un arcoiris sin lluvia. Recorriendo por calor y frío, por tristeza y soledad, las inaudibles, las gigantes hablan sobre historias del océano. En las academias gritan los hombres de gran prestigios, superiores según ellos, en todo sentido. Sus voces retumban entre parqueaderos y salones ¿sabrán ellos cantar como las azules? Entre tanto se agita la tormenta, persigue noches plagadas de la luna de plata. Reflejos cantarinos, voces del sarcófago de dioses olvidados susurra a la existencia un poco de paz. Mientras las grandes ciudades se agitan, los teléfonos suenan, el transmilenio estalla en kilómetros por hora, ellas, sí ellas, cantan...
Madre e hij@ han recorrido este mundo mejor que un globo atmosférico y hoy cuentan historias incognoscibles para la mente humana. No saben hablar, sólo cantar y el canto, para lástima de los salones y pupitres viejos, no es ciencia. Cantan a lo lejos, cantan de día y de noche, la lírica llena los abismos cordilleros del pacífico y mientras todos viven, ellas cantan.
A lo lejos una madre y una hija, atraviesan el sepulcro. La paz del océano celeste llena sus corazones. La intimidad del mar de las ballenas, no la tiene casi ningún ser humano. Por eso a veces mientras susurro, canto.

martes, 17 de agosto de 2010

Diario de una ola.

Del profundo sueño de los azules y las rocas, transmigro la quietud y la enfrento a los vientos. Nazco, como nacen los conflictos. A estrellones... surge mi cuerpo glorioso ante el paso del tiempo. Se agita aquello que soy y que no soy, no suspiro, no susurro, simplemente choco y dejo de chocar... me uno delicadamente y me difumino en la matriz de la existencia.

Mi vida es par segundos, no puedo llamarme yo, antes de saber que existo. Persigo la velocidad de la casualidad, mis piernas son inmensidad y mi frente tormenta. En un segundo, tan sólo uno, dependiendo de mi tamaño soy consciente del cielo, consciente del soplar del otro mundo. Existo en otra realidad, en otra densidad. Persigo mi origen, pero antes, antes de morir miro el cielo y sé que hay algo más. Poco a poco y con la ráfaga de la gravedad desciendo a mi nacimiento, a la misma muerte, pero no soy el agua de antes, ahora sé que existe algo más.

lunes, 16 de agosto de 2010

Nereida

Vio como las alcantarillas se llenaban del color salmón del cielo. Las ratas y animales casi nocturnos vivían en una danza simultánea con la civilización. Un edificio enorme y moderno, con preciosas ventanas de cristal tenía un enorme letrero que decía: no entre. Como todo los mortales quiso retar al destino y penetrar por un segundo ese edificio, pasó por portales igualmente de cristal, rocas arquetípicas anunciaban una revelación. Posó sus manos sobre la roca del centro y cada imagen lo llevaba a la historia de otro. Espirales en el espacio y el tiempo le hicieron descubrir a un anciano, sesenta años antes, un sabio quizás, caminando agitado ante la turba. Su pasado, incierto. Ya lejos de las enfurecidas multitudes, aquél hombre que había amado, entregado, llorado, soñado, el que se había equivocado... ése mismo, con todo lo que su vida le hubo enseñado escribió en una roca. Corrió hacia las fauces de la tierra, buscando esconder con el mayor esmero sus únicas y últimas letras. La primera vez que un sabio se atrevió a escribir. Sintiendo los latidos de su corazón más débiles salió de la grandísima caverna y aquellas letras quedaron estacadas en el tiempo, destinadas a nunca ser leídas, hasta hoy. Atardecía por aquél instante cuando este curioso hombre volvió en sí. El impacto era enorme, pocas veces se viven episodios de sicometría. La puerta que dejó abierta dejó colar los rayos verdes del sol, esos vespertinos que se roban los amantes para prometer la eternidad. Tocó el verde neón la roca llena de letras antiguas y la humedad hizo un lago, el lago un hábitat y de este surgió una nereida, esbelta, con cabellos azules y goteando la pureza de lo escrito. Quizás lo que no se lee, lo íntimo de la palabra, es lo que más poder tiene.

viernes, 13 de agosto de 2010

sábado, 7 de agosto de 2010

Lo siento

Pido disculpas a los que leen este blog, me retiro por un tiempo; necesito pensar y resolver cosas de mi vida, algunas requieren tanta energía mía que tengo que partir por un tiempo de este espacio sin embargo sepan que a pesar de nunca haber visto a la cara a ninguno, ya los llevo en el corazón.

martes, 3 de agosto de 2010

L of Loser.

Un post me busqué o quizás yo lo encontré a él. Decía algo así como: "¿tu camino tiene corazón?" La respuesta me ha hecho pensar muchísimo, me sumergió en una profunda tristeza, ahora en las clases pongo mi cabeza sobre el pupitre y escribo esa frase... un camino con corazón.

Ha sido tanto pero tanto lo que he recorrido en mis pocos años de vida, o quizás demasiado poco, eso explica mi inmadurez; muchos de los caminos que he tomado ha sido por miedo y ahora quisiera salir corriendo a un bosque de robles en medio de la ciudad a jugar con las siluetas de mis manos, a contemplar sólo un segundo esas cosas que me hacen sentir con vida. Tengo un destino asintomático, me levanto y vuelvo a clavarme en mi cuerpo, a mi realidad y ahora a diferencia veo mi mirada cansada, quizás de buscar.
Por esa pequeñita ventana todos los días me asomo a ver el esplendor aureo. Creo que esta infelicidad que me circunda ha de ser otra de esas pataletas, que me hacen mover el barco y volver al mismo lugar. Suelo gritar que me ahogo, quizás para llamar la atención o tal vez porque no encuentro la llave.
Con el tiempo me he dado cuenta que aquello que le comentaba a un amigo era verdad: "mi blog es como el diario de una quinceañera sin rumbo". Nunca he tenido certezas, tal vez por eso, esos pequeñitos momentos donde se atraviesa una mariposa, un niño o un atardecer, soy feliz. Siento que se desborona todo, tengo éxito en casi todos los aspectos de mi vida, no me hace falta nada en apariencia pero todo es ilusión. Esa pregunta de si mi camino tenía corazón me hizo descubrir que estaba perdiendo mi vida, muriendo lentamente por un enorme miedo a seguir mi propia senda.
Lo que pase de aquí en adelante no puedo pronosticarlo, sólo me queda darles gracias a todos los que acompañan y acompañaron este blog, fue mi forma de descubrir la honestidad y por qué no, aunque suene pretencioso: la verdad. Dudo que deje de escribir, se ha convertido en mi forma de expresar lo inexpresable, con una escritura poco estilizada, de poco recorrido y un tanto poco procesada. Gracias... el camino del amor, lleva al infinito.

lunes, 2 de agosto de 2010

Claman los colegios campestres las historias sobre la hierba.

Risas y tristezas, solitarios, apáticos, caminantes de travesías de vida

El destino de música sencilla, fácil de entender;

Días soleados de videos en youtube.

Se ahogan en charcos los que saltan, saltan los de primaria.

A lo lejos aquel o aquella pintan corazones en el cuaderno

El gay enamorado mira desde la ventana, escucha susurros de su crimen.

Preciosas enemistades, rupturas, novios compartidos y experiencias primericias.

Se cruzan, se hablan, sus cuerpos cambian… adolescentes en nirvana se besan tras los muros.

Escritores tras la sombra construyen nidos en la copa de la estación seca de Bogotá.

Caen las hojas creyendo en los otoños, en una esquina un árbol florece mientras otro se seca, como sólo ocurren en los trópicos anónimos.

Las celdas convectivas de vientos traen palomas que comen los restos del bullicio estudiantil

Boronitas de historias hacen camino a los niños perdidos,

En las fuentes juegan ángeles, dichosos de la eternidad chispotean profesores.

Fiestas de amistades eternas, pijamadas, secretos…

Pupitres de ideologías amorosas, manga y esferno negro

Sueñan en los baños mujeres y hombres… sueñan con ser perfectos.

Fútbol de gladiadores, intrigas, años perdidos, tristezas, notalgias, lágrimas, risas, humillaciones y ensueño.

La nostalgia eterna de ese paraíso que con los años se aleja.

domingo, 1 de agosto de 2010

Húmedos.

Estaba en una llana mesa... no me habían querido atender, tenía algo de afán. A lo lejos me percaté de alguien, más bien de ella. Parecía un ángel, un cabello que parecía el resultado de un dulce verano, ojos claros y suaves que expresaban dulzura. Cuando se percató de mi mirada se detuvo un instante y sonrió, mi visión la siguió y ella quiso jugar escondidas. De un momento a otro su inocencia me conmovió y los ojos se me aguaron. No quiero olvidar esa parte de mí que le gusta jugar a las escondidas, que huye de las miradas y no teme sonreir; también tuve niñez y muy en lo profundo de las tribulaciones a mar abierto se esconde esa mirada que quiere volver a creer.