Claman los colegios campestres las historias sobre la hierba.
Risas y tristezas, solitarios, apáticos, caminantes de travesías de vida
El destino de música sencilla, fácil de entender;
Días soleados de videos en youtube.
Se ahogan en charcos los que saltan, saltan los de primaria.
A lo lejos aquel o aquella pintan corazones en el cuaderno
El gay enamorado mira desde la ventana, escucha susurros de su crimen.
Preciosas enemistades, rupturas, novios compartidos y experiencias primericias.
Se cruzan, se hablan, sus cuerpos cambian… adolescentes en nirvana se besan tras los muros.
Escritores tras la sombra construyen nidos en la copa de la estación seca de Bogotá.
Caen las hojas creyendo en los otoños, en una esquina un árbol florece mientras otro se seca, como sólo ocurren en los trópicos anónimos.
Las celdas convectivas de vientos traen palomas que comen los restos del bullicio estudiantil
Boronitas de historias hacen camino a los niños perdidos,
En las fuentes juegan ángeles, dichosos de la eternidad chispotean profesores.
Fiestas de amistades eternas, pijamadas, secretos…
Pupitres de ideologías amorosas, manga y esferno negro
Sueñan en los baños mujeres y hombres… sueñan con ser perfectos.
Fútbol de gladiadores, intrigas, años perdidos, tristezas, notalgias, lágrimas, risas, humillaciones y ensueño.
La nostalgia eterna de ese paraíso que con los años se aleja.
2 comentarios:
El colegio
Para quienes vivimos un diamante puliendo nuestra personalidad... entre mas lejos estén esas épocas, mejor.
Mmmmm jejeje mi diario vivir.
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