Ballad hate love

Últimamente me pregunto si quizás este sea mi lugar,la pregunbta prohibida lo sé, quizás sin respuesta alguna, temprana o tan siquiera fortuita. El primer día, pensé que sería un lugar genial, estaba acostumbrado a que me miraran mal pero nadie lo hizo, creí que mi vida tendría un giro de 180 grados sin embargo me doy cuenta que después de año y medio sigue siendo la misma bobada. 

Al comienzo, nadie me hablaba, pensé que sería ocasional, pero duró mucho más de lo que yo pensé. Creo que tengo problemas a la hora de relacionarme con los demás, especialmente cuando se trata de personas de mi edad. Quizás soy una persona demasiado aburrida, excéntrica, descuidada, salida de la realidad o simplemente, no llamo la atención. Debo reconocerlo, me dolió cuando vi fotos en facebook, con todos reunidos, todos se conocen, se hablan, se invitan y por qué no, se quieren. Soy víctima de mi forma de ser: orgullos, engreid y desastrosamente prevenid.

Por los motivos anteriores, escribo la balada que sigue, la balada del amor y el odio que le tengo a este lugar. No me siento a gusto... Para comenzar la insensibilidad al dolor animal es algo que poco me cabe en la cabeza, los académicos se la pasan buscando argumentos para eliminar una tendencia social que va en auge: el cuidado de los seres no humanos. Siempre he pensado que la grandeza del ser humano se resume en la manera en que trata a otros seres. No seremos "humanidad" hasta que estemos dispuestos a ser ultrahumanos.

Todo esto, para hablar mal de la clase de cierto personaje. Es un fastidio ¿cómo lo dejan decir tantas tonterías? Lo que más me duele es que a la gente le llama tanto la atención que el curso ya va en 500 personas. Las primeras ocasiones no me dolió, fingí indiferencia, pero poco a poco sustentaba crímenes de la humanidad contra los animales que sentí debía hablar. La discusión comenzó en el momento en que señaló cierto derecho como ridículo y absurdo. Una vez me llamó guerriller@, en otra ocasión, la última clase me trató bastante mal y todos se rieron. Me manda indirectas todo el tiempo, me pregunto dónde están mis ángeles, los que me aman ¿dónde? Y no es hasta que escribo este post que me doy cuenta que siempre fui salmón, he luchado toda una vida contra la corriente para encontrar mi origen, mi esencia, el lugar de las aguas perfectas donde fui concebid. 

Me da rabia que diga que los indígenas son unos asquerosos, más bien, que generalice en cuanto al sacrificio humano se refiere, que me envie como dije anteriormente, indirectas todo el tiempo. Sobre todo, lo que más me duele, es que me hiera, sus palabres son tan afiladas que podría traspasar la carne de un elefante. A veces no encuentro ningún argumento, usa la burla en mi contra, los insultos en tercera persona y su perfil académico para pasar por encima mío o eso creo yo. Tanta es la ira, que lo pienso todo el día a toda hora, al punto de necesitar escribir dos letreros con su nombre y ponerlos en la plantilla de mis zapatos. Ahí esta su nombre y soy conciente de que segundo a segundo, paso a paso, lo estoy pisando, pero con todo lo que hago, aun me siento pisoteado. Ira, rabia, como se le llama, poco a poco va surgiendo mi deseo de vengarme de ese pobre senil y hacer que lo echen como un perro asustado, pero una parte mía repara y sabe que no es la forma... No quiero ser el verdugo.

Este no es mi lugar, o por lo menos, no soy feliz aquí... tan excelente institución tan llena de edificaciones impersonales, profesores tiranos escudados en sus títulos y gente indiferente. Tal vez todo se resume en que soy asocial y me duele serlo, por tanto cualquier palabra me hiere más que a cualquier otro, porque son pocas las que recibo.