Venta

A veces vendemos el alma a una sociedad, por un plato de comida o lo que sea, al final... vendidos somos. Decía Saint Pierre que comportarse como adulto es una vergüenza, no entiendo por qué tantos lo intentan. Me ha llegado la hora de crecer, tengo miedo lo sé pero crecer de verdad, no para ser banquero o notario. Es el momento de abrir los ojos y besarme con mis ángeles negros. Ahora es el instante de conocer el infierno con el que llevo cargando, descubrir esos miedos que me atormentan a media noche, es aquí, es ahora... Tengo mil recuerdos, seguramente a pocos le importan. En mi corazón me levanto una y otra vez, a veces con horario de asalariado, otros con jornada de emperador... Simplemente descubro que es por ell@s por quienes me levanto. No tengo ni una ética, ni una moral definida, ustedes, ell@s, los seres que amo son mi principio fundamental, donde resposa mi lenguaje y mis preocupaciones.

Me entristece lo que sucede en este invierno. Me siento tan culpable por lo que le sucede a mi país. Me da rabia porque sé que se puede prevenir. Unos cuantos burócratas que no saben nada de nada, creen que es suficiente con ayudar cuando ya hay una catástrofe, uno de mis profesores decía: "la llanura fluvial es del río, no del humano"; es cierto, somos dueños de la técnica, del conocimiento que eventualmente el acuífero se desborda pero no de la vida. Mis mayores condolencias a ustedes los que sufren este azote del cielo. Me pregunto por qué... Me siento muy culpable de estar aquí sentad, frente a un computador, con alimento, abrigo y gente que me adora, gente que me ama de una manera que pocos aman... de una forma infinitamente trasparente. Me siento amad, feliz, culpable... Quisiera darles algo más, hacer algo por ustedes.

Desde mi corazón les doy lo poco que tengo, mis mejores deseos, mis fuerzas, mis formas de soñar, un futuro de inundaciones que sean para jugar en la lluvia y no llorar muertos, sea esta la tierra de las hermosas inundaciones.