jueves, 30 de diciembre de 2010

Él ríe de las faenas sexuales; salía de su último encuentro





Una calle tan infinita que el horizonte perdía su nombre
EXISTES
Un ladrón puso una navaja en su cuello
Su corazón latía, sus miembros temblaban
Recordó que estaba vivo... Que tenía cuerpo

1 comentario:

Vía Morouzos dijo...

Latidos, latidos acelerados...
Calle... Latidos, latidos acelerados... Glub... el filo en la garganta...

muchos no saben lo que tienen hasta que lo pierden...

¡¡Un besitoOOO ENOOORMEEE!!