domingo, 31 de marzo de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
La Fiebre
Ya había llegado la noche, la oscuridad rondaba mi habitación. Estaba cubierto con varias prendas y cobijas. El aire que exhalaba era caliente, mi cuerpo hervía, los escalofríos no tenían lugar en el horno donde reposaba mi diminuto cuerpo. Y me di cuenta que lo había logrado, volví a sentir esa sensación de absoluto calor, de absoluta protección que experimentaba cuando dormía en medio de mis papás. Mi cabello estaba empapado de sudor, pero algo en mí memoraba esos minutos de refugio... Ni mis muslos, ni mis pies, ni mis manos, ni mi cuello sentían una pizca de frío. Habitaba un huevo desde donde el mundo no me podría dañar.
lunes, 25 de marzo de 2013
Con los Ojos Abiertos
I
Me chocas como ola y te diluyes en mi piel para tatuarte indeleble
Divagas por mi poros como un murciélago hambriento de oscuridad
El susurro nos consume en una historia sin preludios
La luna es enorme en tus pupilas, la lluvia tu saliva.
II
Torrentes que corren entre los silencios plasmados
Vibran nuestras almas confinadas en la libertad del sonido de fondo
La piel nos desnuda el alma
Hemos deconstruido la teoría del amor
III
Salvajes aleteos de mi mariposa cautiva
Pobre sueño cardíaco que quiere salir con prisa de mi pecho
¿Qué será de mí? Reventaré de ilusiones y presiones multicolores
Los enamorados beben siempre el agua sin sed
Nunca
Nunca
Nunca
Se entregan a un mundo con límites
viernes, 22 de marzo de 2013
A Vicky
Vicky:
Hoy te agradecer por escucharme morir, dormir, llorar y sollozar. Por estar ahí cuando mis padres me dieron la espalda, una vez salí del clóset. Gracias por oír los alaridos de mi corazón y ver en mí algo más que un sujeto raro.
Eres grande, secaste mis lágrimas cuando los demás callaban y calmaste mi rabia, cuando los demás juzgaban. Eres perfecta, porque no existes, no lo serías si existieras. Eres perfecta porque eres yo sin serlo, porque si lo fueras completamente, no lo serías.
Eres poeta, cuentera, escritora, lo que se te antoje ser. Mi ventana para volar como bruja por entre las madreselvas que escalan en silencio las cortinas. Eres soñadora, amiga y confidente...
El dilema de la iguana
imagen tomada de: http://browse.deviantart.com/art/Water-210879994
Silente se percibe la vibración del agua, un lago inmenso aguarda la presencia del reptil. Cae la noche y las mariposas azules surcan los senderos insospechados de la brisa. Una iguana frente al espejo de agua se lamenta ¿quién la querrá? Pobre criatura, su fealdad le impide saber qué es la vida.
Oculta, siempre oculta entre ramas y hojas oscuras, mira con nostalgia la realidad que nunca fue suya. En silencio, en lo privado del canto taciturno de la cigarra se lamenta por ser cómo es. Pobre iguana que no toma café, que no le invitan café, que no llora café... Pobrecilla, ni siquiera el oso perezoso la lleva a cantar rondas de niños.
Sus ojos vidriosos por el llanto, evocan mil recuerdos y su infancia se reduce a segmentos de momentos cautivos en una red de desgracias. La soledad es del tamaño del océano que no conoce. Escucha susurros, aleteos, trances reproductivos que le son ajenos. No está invitada a la ceremonia de la vida. Sus marcas atestiguan un camino tortuoso, cual sol sin brillo, humareda de polvo en la periferia estelar.
¿Y qué será de ella cuando necesite de alguien? No habrá más que un terreno infértil dibujado en la piel virgen. Ángel caído, serpiente que tienta. Dignidad reducida... Personaje de historieta. Deseos, sólo deseos como burbujas salen de su boca. Corazones, cientos de corazones laten en una sabana verde noche... En un altiplano inexorable... Sola siempre sola, añora ser otra cosa... Añora ser quizás algún día, algo más que ella.
Pobre iguana...
lunes, 18 de marzo de 2013
Dulce Compañía-Laura Restrepo
imagen tomada de: http://ilfuneraledellasardina.blogspot.com/2006_10_01_archive.html
Una periodista de la revista Somos debe documentar la aparición de un ángel en el barrio Galilea. Se estrella con un mundo donde la distancia entre las creencias y los hechos no tiene una frontera clara. De la mano de Ara, la joven columnista desentraña un misterio que la consume hasta las fibra más profunda de su cuerpo.
Tras conocer al representante del altísimo, y casi caer en la tentación de creer, decide salvar a su ángel terreno: lo lleva donde una amiga suya, profesional en casos de locura. Este proceso la conduce a investigar el pasado del ser divino cuyos nombres son más de mil. Se involucra en una experiencia que hace temblar los cimientos de su pragmatismo.
Ningún ser divino es nuestro. El ángel sigue un camino inesperado, inclusive para aquellos que en algún momento decidieron amarlo.
Es una historia de barrios pobres, procesiones y milagros, amores divinos que se rompen en la carne. Una historia recomendada para todos los que han intentado amar ojos oscuros que miran el alma, cicatrices en una piel vibra y brillos que se desplazan ante la unión de dos ríos.
"Permaneces despierta en la oscuridad de una noche quieta de septiembre. Guardas silencio y aguzas el oído. ¿Alcanzas a escuchar? Un rumor de alas, apenas un roce de plumas... El aleteo que altera levemente el aire... Ésa es mi voz.
¿Te abraza un fulgor interno, tan tenue que apenas entibia tus entrañas? Es mi presencia diluida en éter, que atraviesa el olvido y llega hasta ti. Desde las sombras del destierro te habla el ángel proscrito; vengo a susrrarte la gesta de mis antiguas batallas."(Laura Restrepo, Dulce Compañía)
"Permaneces despierta en la oscuridad de una noche quieta de septiembre. Guardas silencio y aguzas el oído. ¿Alcanzas a escuchar? Un rumor de alas, apenas un roce de plumas... El aleteo que altera levemente el aire... Ésa es mi voz.
¿Te abraza un fulgor interno, tan tenue que apenas entibia tus entrañas? Es mi presencia diluida en éter, que atraviesa el olvido y llega hasta ti. Desde las sombras del destierro te habla el ángel proscrito; vengo a susrrarte la gesta de mis antiguas batallas."(Laura Restrepo, Dulce Compañía)
domingo, 17 de marzo de 2013
sábado, 16 de marzo de 2013
Recorrido
Mi amor será huellas en la playa las cuales evoquen un transeúnte solitario
De mi vida vibrarán los mil ocasos
Cada estigma de mi arena será borrado por tu mar
Tu inconsciencia y desconocimiento me harán un recuerdo difuso
Me alejaré como las palomas que migran
Mil heridas en la sábana celeste
La experiencia de un caído el cual le reclama a la mañana
La soledad de un gorrión que le canta notas tristes al roble amarillo
Ejército de miradas rojas
El vacío de mis brazos acompañado de nocturnas evocaciones
La memoria te ha hecho objeto de culto
Tu sonrisa es una apoteosis
Teología de las miradas
Corazón adolescente que no paras de vibrar
El juego del amor que nos arranca de raíz
El temor lúdico de una vida sin letreros
imagen tomada de:http://elsule.blogspot.com/
jueves, 14 de marzo de 2013
Ciudad
Ciudad de accidentados, de cóndores surcando tímidos los Andes. Caídos los mármoles, edificaciones olvidadas. Habitaciones solitarias. Urbe de cementerios enormes, de cabalgaduras policiales... Cosmopolita, plagada de almas colisionando en los nodos de las calles.
miércoles, 13 de marzo de 2013
martes, 12 de marzo de 2013
Decisiones
Decidí vivir una vida pequeña donde se pudiera contemplar lo grande: un nido en las nubes, desde el cual faltaba estirar un ala para comprender la inmensidad de la metrópoli del eterno devenir. Ruge el monstruo, lleno de saliva automotor y sueños gaseosos; ahuyenta todo rastro de vida, desarma el alma y descompone el corazón.
Al principio los humanos creían tener esta llanura que llaman ciudad, luego comprendieron que ella los tenía y no los soltaba: el destierro era un castigo reservado a los peores representantes de las leyes humanas ¿de qué sirve ser de carne y hueso? ¿De qué sirve soñar de mil colores? Si todo se reduce al veredicto de un juez.
Al principio los humanos creían tener esta llanura que llaman ciudad, luego comprendieron que ella los tenía y no los soltaba: el destierro era un castigo reservado a los peores representantes de las leyes humanas ¿de qué sirve ser de carne y hueso? ¿De qué sirve soñar de mil colores? Si todo se reduce al veredicto de un juez.
domingo, 10 de marzo de 2013
Anonimato
No es una forma de negar lo que somos, es una forma de decir lo que de otro modo callaríamos.
lunes, 4 de marzo de 2013
Amantes de tres segundos
Vienen y se van. Nos miran, se acercan, nos saludan. Quizás uno de ellos sea el indicado, sin embargo se va. Se marchan eternamente a una de las calles que habitan los ángeles suicidas, es decir los bogotanos.
Vienen y se van. Capturan nuestra atención, hacen deambular nuestros ojos y nuestros corazones palpitan. Y se largan, como las estrellas de la estación seca.
Vienen y se van. Nos enseñan algo de la vida con palabras contadas. Comparten nuestro anonimato, nos alteran las fibras, nos hacen vibrar uno por uno los órganos del cuerpo. cuando nos distraemos se desaparecen, se esfuman como el polvo taciturno.
Vienen y se van. Los amantes que no tocamos se refugian en la incógnita. Venidos de otra dimensión dejan caer un guiño en nuestros labios, nos ofenden con su compresión de lo no dicho. Y se esfuman, eclosionan en huevos invisibles rumbo a otro sol.
Vienen y se van. Perdidos, siempre perdidos; son abejas que devoran la miel de la ansiedad. Siembran deseo por doquier... Las eternas lagunas de las mañanas frías socavan lo no dicho. Los seguimos, los perseguimos... Queremos cambiar el destino.
Vienen y se van. Los eternos soldadores de universos... Se van en buses, bicicletas, naves espaciales, transbordadores y nos dejan con el corazón en la mano.
COLUMBAE
Caminaba por el bosque, entre los capullos de luciérnaga y los rastros de madreselva, se asomaba tímido un ser rojo. Sus ojos eran grandes, no por ello inexpertos; su actitud era temerosa, vacilante y tímida. Como los niños no pueden detenerse ante el deseo de lo inexplicable, Fernando se acercó y le preguntó: "¿cómo te llamas?".
El ser con una gran caperusa, entre movimientos torpes y miradas de desconfianza, con una voz chillona replicó: "me llamo Adrián y soy un hongo". De inmediato dos azulejos volaron a las copas circundantes, con una sonrisa lo escuchaban.
"Érase una vez un monstruo: grande, con piel de madera, ojos de esmeralda y sueños de petróleo. Se paseaba por los bosques, sobre todo en los pantanos, donde hubiera lugar para refugiarse. Su vida era monótona: del crujido de sus pasos, al ladrido antes de dormir, se la pasaba todo el día.
En una ocasión, una paloma cayó con un mensaje. Malherida y desesperada intentaba volar. El umúnculo, rechazado por la raza humana se desplazó y con una mirada cavernario fijó sus ojos sobre ese espíritu noble. Ella aletaba, cantaba... Intentaba por todos los medios escapar a otro lugar. El gigante con aliento a laguna gritó.
La paloma perpleja no gesticuló ningún movimiento. Su corazón quería escapar del pecho. El monstruo notó en la pata de la paloma, una nota en símbolos extraños: '...porque todo en la vida es leve y de la levedad sólo me quedas tú; eres veneno efímero...'. Una vez el ave estaba sanada la dejó en libertad, convencido que era un mensaje para él buscó sabios en la ciudad.
Entre edificios desbordados de almas sin propósito, notó que todos huían, los polícias disparaban, las luces cambiaban y los carros se estrellaban. Nadie quería hablar con él: era un monstruo en la ciudad. Una mujer se aventuró a leer la nota y en su pobre castello, creyó la había escrito la paloma. Desde entonces aprendió a escribir. Su caligrafía estaba plasmada en todas las rocas del pantano. Los enamorados se quedaban cortos en sus fugas poéticas... El compositor aprendió a amar la lengua en la que no fue amado.
Sin saberlo se sumergía en un amor no correspondido" relataba el hongo.
Fernando miró su reloj y supo que debía volver a la tierra de delfines... Porque en Bogotá todos somos delfines navegando en un mar negro.
Imágen
Gold, B., Schnell,
J., Spencer, P., & Rosenberg, R. (2002). Mushroom Neurotoxins. Atlas
of Clinical Neurology, 2.
sábado, 2 de marzo de 2013
Tú y yo, como un par de estrellas nítidas que constelan en la telaraña de redes inexhorables.
Tú y yo, buscando escaparnos de quiénes somos, mirándonos con reparo, con desesperación con asía.
Tú y yo, en la inmensidad del viento; en el espacio vacío que nos separa, en la tragedia hermosa que llamamos mundo.
Tú y yo, persiguiéndonos en el orgullo de no hablar, en la piel no tocada, en la vibración lejana.
Tú y yo, dos vidas dispares, mundos colisionando... Velocidades y palpitaciones.
¿Qué somos tú y yo?
Somos polvo en el océano, somos carros deportivos en las autopistas, somos golondrinas en la época de lluvias, cántaros en abril, soñadores de tiempo completo, navegantes del Magdalena, pescadores de cuentos, astros inencontrables, telescopios que no se tocan...
¿Qué somos tú y yo si no la lluvia que rosa la piel? ¿Qué somos sino la última palpitación? ¿Acaso el susurro del delfín? ¿El graznido del ganso? ¿Qué somos? Dime qué somos.
Tú y yo, buscando escaparnos de quiénes somos, mirándonos con reparo, con desesperación con asía.
Tú y yo, en la inmensidad del viento; en el espacio vacío que nos separa, en la tragedia hermosa que llamamos mundo.
Tú y yo, persiguiéndonos en el orgullo de no hablar, en la piel no tocada, en la vibración lejana.
Tú y yo, dos vidas dispares, mundos colisionando... Velocidades y palpitaciones.
¿Qué somos tú y yo?
Somos polvo en el océano, somos carros deportivos en las autopistas, somos golondrinas en la época de lluvias, cántaros en abril, soñadores de tiempo completo, navegantes del Magdalena, pescadores de cuentos, astros inencontrables, telescopios que no se tocan...
¿Qué somos tú y yo si no la lluvia que rosa la piel? ¿Qué somos sino la última palpitación? ¿Acaso el susurro del delfín? ¿El graznido del ganso? ¿Qué somos? Dime qué somos.
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