Me levanté y el mundo ya no era el de hace 15 años. Desaparecieron las estrellas trasparentes, los hombres y las mujeres olvidaron el hilo dorado que llevaba a su origen. Ya no ríen frente a lo obvio, prefieren lo extraordinario. No caminan por parques y senderos libres de nombre; están acostumbrados a la rutina taciturna de un viernes impersonal.
Me levanté y mi ciudad no era "la gris". Se despedazaba en un siglo que no supo darle la bienvenida. Inmóvil, en medio de la guerra no cambió su alma; conservó el odio y la soledad.
Me levanté y yo ya no era un niño. El mundo estaba plagado de ejecutivos y en reemplazo de los venados, había buses y smog en el corazón.
2 comentarios:
No me gusta ese descubrimiento: el cambio es para peor, da miedo.
Buenas tardes... La cruda realidad,
enredados entre los pensamientos,
simple anhelo de justicia,
vivir aun sin redimir la equidad.
Gracias
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