miércoles, 7 de mayo de 2014

Sé que ellos se aman... Lo supe desde que noté el vertiginoso vacío que distanciaba sus pieles. Se extrañan, se hablan como amigos de bachillerato pero se extrañan. Sobretodo se extrañan cuando percatan la ausencia, cuando se descubren incompletos; la herida duele y se buscan con frenesí. Se disuelven en esas palmaditas en el hombro, en esas pequeñas escapadas que hemos inventado los homosexuales para evadir el mundo y sus controles.

2 comentarios:

Elena P.G. dijo...

Un mundo...

Anónimo dijo...

No deberían existir esos controles ni un mundo llamado Mundo que renegara del Amor. Ojalá pronto puedan encontrarse sus pieles.