Quisiera saber qué amo hacer para hacerlo sin parar. Es entonces cuando recuerdo ese sueño en el cual era una mujer que estaba en la cocina. Frente de mí los girasoles, cientos de ellos iluminados por rayos indomables de luz solar. Yo sonreía y era feliz. Qué difícil ha sido encontrar esa paz en esta encarnación; tal parece que a medida que nos civilizamos perdemos más derechos individuales, por lo menos el derecho a disfrutar de la vida.
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2 comentarios:
El derecho a disfrutar de la vida... Imprescindible... Y, ¡mira que se empeñan algunos en hacer que lo olvidemos!
A pesar de lo difícil que pueda ser esta reencarnación para tí, como tú dices, tienes que encontrar esas cosas que te producen felicidad y hacerlas, disfrutarlas.
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