Sin saber a qué función asistía de "Indiebo", el festival de cine independiente de Bogotá, compré una boleta para una película que se llamaba "A River Below". Apenas la presentaron, indicaron que era un documental, un género con el que a menudo no me llevo muy bien, quizás por las obras de mala calidad que vi en mi niñez en los canales culturales.
La primera escena es un pescador, que atrapa lo que parece un delfín. Es aterrador intuirlo porque en mi imaginario, esa criatura ocupa un lugar muy especial. Desde los años noventa, los cuadernos "Norma" en Colombia, hacían un esfuerzo porque la gente se enterara que era una especie en extinsión.
Luego, la película mostraba el trabajo de Fernando Trujillo, quien monitorea la población de delfines en el río Amazonas. Por otro lado, surgía la historia de Richard, una estrella en Brasil, que revela que el video que hizo que se prohibiera el consumo y la distribución del piracatinga, fue gracias a su intervención.
Posteriormente, se entrevista a la población de pescadores que mató a un delfín rosado en estado de embarazo, lo cortó por la mitad, liberó al feto y usó la carne como cebo para pescar al piracatinga. La comunidad dice que fue arruinada por Richard y además, lo acusan de haberles pagado para ejecutar el procedimiento de asesinar al delfín rosado.
Fernado Trujillo, ha sido informado que los pescadores quieren su cabeza, después de revelar los alarmantes niveles de mercurio de algunas especies de consumo masivo. Richard, intenta negar su responsabilidad en el video, luego la reconoce y busca conciliar con la comunidad de pescadores.
Colombia ha permitido de manera indiscriminada la minería legal e ilegal. Especialmente la segunda ha llenado los ríos de mercurio. Y el Amazonas, desde que fue descrito por los españoles, ocupaba un lugar en la fantasía. Hace poco se descubrieron corales en él, algo completamente insólito. Tiene la particularidad de tener delfines; es el río más caudaloso del mundo y está inmerso en la selva tropical más extensa del planeta. Los delfines, ocupan un lugar especial en la cosmovisión de los pueblos indígenas de la zona. Su posición es comparada a la de otro humano. Pero el desarrollo de dichas zonas que son pobres y a menudo abandonadas, ha costado industrias de extracción de materias primas como el oro y los peces.
Salí de la sala algo aburrido. Comprobé lo que ya sé, el inmenso reto que implica la sostenibilidad, la perversidad del estado colombiano y la toxicidad de la sociedad que construimos. Hemos hecho la paz entre los colombianos pero no con la vida misma.
2 comentarios:
A mí me pasa algo distinto con los documentales en un cine.
Tengo asociado ese formato a la televisión y me cuesta mucho acudir a una sala de cine para verlos. Sé que los hay magníficos y alguno he visto en pantalla grande.
En cuanto a los delfines, sí, es un horror que alguien no sepa respetar su cercanía filogenética con los seres humanos, pero ya sabemos que hay quienes ni respetan a otros seres humanos. Lo que describes horroriza por su maldad, subscribo la palabra que usas: "asesinar".
El Amazonas es la Madre de media América y sus criaturas deberían ser tratadas como hermanos.
Me temo que la perversidad tiene pasaporte y es universal.
CrisC, es lamentable. Amazonas es la viva prueba de la fragilidad del mundo.
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