sábado, 23 de diciembre de 2017

Escrito en el Agua- Paula Hawkins (16/100)

Lena ha heredado de su madre Nel la belleza y la fuerza salvaje que la caracterizaba. Parece saber algo acerca de quién la asesinó o por qué se mató en el pozo de las ahogadas; sin embargo, se rehusa a hablar de ese suceso y del anterior, el suicidio de su amiga Katie. 

La hermana de Nel,la recuerda como un ser cruel del que tomó distancia. Que constantemente llamaba su atención y dejaba mensajes misteriosos para alterarla. Su llegada a Beckford para hacerse cargo de su sobrina, hace que reflexione sobre la verdadera historia de su hermana. Sobre una violación y sobre la asumida indolencia de Nel.

Un policía que no recuerda bien cómo murió su madre en el pozo de las ahogadas, una bruja a la que nadie escucha, una sargento recién trasladada y un profesor huyendo, hacen del libro tener un buen desarrollo en el género policial. Es decir, el lector está activamente generando hipótesis.

Pero es con su transfondo con lo que tengo inconvenientes. Me resulta maniqueísta una historia que se propone de manera tan ingenua con el objetivo de dejar una moraleja “a las mujeres siempre las culpan por los errores de los hombres” y “los hombres son unos menores de edad egocéntricos”. Inclsuvie la afirmación podría ser real y considero que hay un compromiso social en todo lo que hace un escritor pero resulta aburrido y predecible, utilizar tesis políticamente correctas para ganarse el aplauso público.

Me pareció casi ofensivo cuando uno de los personajes cita a Lolita de Vladimir Nabokov. Precisamente porque este autor calificaba de mediocre a Dostoievsky por asumir de manera prejuiciosa que una prostituta era un ser manchado sólo por prostituta. Decía que un artista tiene un compromiso con aproximarse de maneras un poco más transparentes a la realidad.

A la autora le haría mucho bien leer un poco más a Nabokov. Lolita invoca a un pedófilo del cual es inevitable vislumbrar humanidad, otros de sus libros representan asesinos ciegos, burlados y desesperados. Hermanos incestuosos que en su ignorancia viven en el paraíso. Un preso y una araña que se hacen compañía mientras llega el día de la ejecución. Un ajedrecista obseso que confunde una ventana con una tabla de ajdedrez y hace su último movimiento.

La moral es inevitable y palpable en la vida diaria. Pero hacer de la ficción un espacio para que los elementos coincidan con los estándares de una sociedad, es a menudo desconocer la realidad en la que vivimos.

El feminismo ha sido la forma más vibrante del humanismo en los últimos años pero de ninguna forma, su aplicación al arte, justifica la mediocridad.

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