Ella, recién salida del turno de enfermería.
Él, de su trabajo.
Un bus atravesaba
como Quijote la ciudad.
Ella, del centro,
él del sur.
Y las miradas se cruzaron.
Él, nieto de un militar,
ella, tataranieta de un esclavo.
Y las miradas se cruzaron.
Él, hijo de un rico,
ella, hija de la poesía.
Y las miradas se cruzaron.
Para querer o para sufrir.
viernes, 1 de mayo de 2020
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