viernes, 30 de abril de 2021

Háblales en Alemán

Te diría que les hables en alemán. Ojalá más o menos fluido. Son distintos cuando el herraje pesado del idioma se ha cruzado.

De hecho, su manera tosca y poco diplomática de hablar en inglés, se torna suave y amable con un "schönen Tag" o un "schönes Wochenende".

Y su distancia, estereotipo agrio del occidente, se vuelve no muy diferente a la de un bogotano. Hay que conocerlos. También hacen sarcasmos, también disfrutan la ironía. Inclusive, algunos también se burlan del sistema.

En las oficinas públicas nunca le colaboran a las personas que hablan inglés. Tomé unos meses en entender que en el fondo les apena no hablarlo. Diría que les desespera. Creen que deben hablarlo pero no lograrlo, los hace sentir expuestos. Háblales en alemán. Ellos también son humanos.

A veces hacen comentarios graciosos y pasados de moda sobre las etnias y el color de piel. Pero también lo hacían mis tías, que vivían en una de las zonas tradicionalmente más indígenas del país. De manera que no te lo tomes personal. Ríete con ellos. También tienen derecho a ser estúpidos, como los tuyos.



lunes, 12 de abril de 2021

Grosshesselohr Brücke

Esperaba a Kevin en el Grosshesselohr Brücke,
una suerte de puente doble que a una altura considerable de un río,
tiene rieles en la parte superior y un sendero peatonal abajo.

Miré hacia el río y luego noté candados frente a mí.
Candados con corazones, fechas y nombres.

Cuando vivía en Bogotá, pensaba que sería lindo
tener un candado con alguien más.

Ahora pienso que habría sido una tragedia.
Los candados son para asegurar cadenas
y el amor está lejos de serlo.

viernes, 9 de abril de 2021

Kafka

Esta noche pensé en Kafka

y en la sensación que tuve cuando vi su casa.

Era pequeñita, con lo necesario y a unos metros de una inmensa catedral.

Allí, en una habitación pequeña, un hombre pudo describir la modernidad.


Estaba oyendo Fernando Molano

e imaginé a todos mis amigos

y sus parejas.


Sus cuartos chiquiticos,

sus relaciones abiertas,

sus penas.


Imaginé ciudades grandes,

afectadas por pequeñas firmas.


Y recordé a Kafka,

comprimiendo un mundo grande,

en una cucharacha.