martes, 22 de febrero de 2011

¿a dónde van los muertos?

Se llenan los ojos de vacío y los estómagos de eco...
¿dónde están los enterrados?
¿En un cuerpo?
¿Acaso en la tierra?
¿Donde estás...?

Deambulan calmos por las calles los muertos con los otros muertos...
Se miran, se sienten, se aman.

Las ventanas se cargan de vibraciones silenciosas
¿dónde están los muertos?

A veces cruzan avenidas, a veces juegan con muñecos de la infancia... A veces se van juntos y no parecen volver.

¿dónde están?

Están en los funerales, no en el ataud sino como espectadores de la paranoia social

¿a dónde se van?

Laten en los rincones, susurran con el viento e invocan con la sonrisa...

Los muertos están en los sueños, en las bocas dispuestas... En la resurrección de la esperanza... Los muertos siempre están en los umbrales. En las miradas que esperan, en las brisas furtivas, en los nuevos... Los cargamos en cada paso matutino y cada suspiro nocturno.

Por una sencilla razón... No están muertos.

Están en la fuentes, en las celdas, en los recuerdos, están en la selva, en los abrazos, en las reuniones familiares.

No están muertos, nunca dejaron de estar... Sólo cambiaron de forma: escriben en libros, persiguen pasillos de amores adolescentes, entienden los miedos sexuales, comparten símbolos, cuentan historias están en las paredes...

AMAN

1 comentario:

Elena P.G. dijo...

Sí, no están muertos. Están en todas partes, aquí con nosotros.