miércoles, 7 de septiembre de 2011

Quisiera poder decir algún día que viví al máximo, fui al máximo, amé al máximo, me creé... Al máximo.
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Luciérnaga ya no tiene nada qué decir,
nada hay que callar.
Camina sin hablar,

Luciérnaga ya no llora en las noches,
No extraña tapices mojados, ni ojos que no ven,
pequeño insecto vuela, lento y sin parar.

Luciérnaga no teme,
Se levantó sin terror
Las pesadillas se fueron
Levedad e inspiración

Luciérnaga no camina perdida por la 26,
No correr por cuerdas de violín,
Cambió la velocidad por este instante de paz.

Ya luciérnaga no tiene inspiración,
Tampoco es infeliz,
Ella se iluminó...
Parece otro mortal

1 comentario:

Elena P.G. dijo...

Aunque correr por cuerdas de violín sea hermoso, quizás esta tranquilidad de la que ahora goza le compense. Y está bien ese descanso para cuando vuelvan tiempos más agitados, si han de tornar.De todas formas, lleva un buen bagaje de experiencias...