martes, 24 de junio de 2014

El Parque de los Hippies



Los ves recostados en el parque de los hippies,
se arrancan los piojos y vociferan que la ciudad es puta.
Leen a Borges, creen el amor y lo disfrutan.

Se han tatuado en el brazo la biografía,
su herencia de anarquistas bogotanos.
Pieles de ciudad entintadas con su caligrafía,
corazón de románticos, cuerpos de gitanos.

Se rompe una cuerda,
amanecen cuerpos viriles enredados.
Una vida incierta,
de vínculos y amores sosegados.

La velocidad de la séptima los ha drogado,
duermen sobre la equimosis de un amante olvidado.
La soledad en la avenida los ha desolado,
se ciernen sobre un rastro de pecho remendado.

lunes, 23 de junio de 2014

La Búsqueda de la Verdad Mediante la Luz Natural- René Descartes (12/50)

En un lugar plácido de se reunen Poliandro, Eudoxo y Epistemón. Hablan sobre las cuestiones filosóficos que habían atormentado y siguen atormentando a la humanidad.

Eudoxo es un hombre estudiado, parido en las academias y heredero de la escolástica. Poliandro y Epistemón son hombres sencillos. Este último, resulta ser escéptico y cuestionar los principios de la academia.

Durante la definición del hombre, Poliandro sucumbe ante una descripción que sería examinada con lupa por Eudoxo, quien tiene prejuicios frente a Epistemón. Sin embargo, Epistemón logra demostrar que la academia, a pesar de sus métodos para dudar, incurre en errores aparente imperdonables, como dejar en un salón oscuro la definición de "duda" que se supone faculta a conocer con certeza que pensamos y existimos. 

Poliandro es mediador, Eudoxo prudente y Epistemón terco. Los tres concretan una batalla que libraría con antifaz el pobre René. Después de todo, no es fácil enfrentarse a la puta, la Puta de Babilonia.

domingo, 22 de junio de 2014

Cuentos Antes del Alba (1/7)

Eduardo era como una palabra la cual conoces pero no logras recordar. Su rostro tenía una familiaridad alegre, quizás de la época de loncheras, escarapelas y sábados en el parque Jaime Duque. Al lado de la autopista en horas de la aterradora madrugada, prefería asumir que no lo conocía y presentarme, que intentar desbaratar mis memorias de niñez, titubear y hacerle preguntas triviales e incómodas.

Tomé los horarios de natación de las 6 de la mañana porque tengo que trabajar como los otros 7 millones de habitantes de la ciudad. Soy cajero del turno de las 8, si tomo cinco minutos de más en la cama e ignoro la última advertencia del reloj despertador, fácilmente la fila se alargaría hasta llegar a la oficina de gerencia; el gerente me llamaría, sonreiría, me expondría a su aroma ártico y diría con una voz solemne: "puede pasar mañana por su liquidación".

Cuando voy a la oficina suelo pensar en cosas insignificantes. Me gusta dudar de la existencia de las personas como el panadero, el policía o el bombero. Suelo imaginar cómo sería la calle, mi apartamento o la tienda en la que desayuno si yo no viviera ¿a qué huelen las sábanas sin mí? Últimamente, cuando voy en el destartalado bus hacia el banco, veo una estrella en el oriente, grande y luminosa, quizás sea venus que mira con compasión a los que contamos dinero; debe mirar con lástima maternal a los que cuentan dinero.

Al principio no me adaptaba a la nueva rutina deportiva. Mis lentes se llenaban de agua y se empañaban, los otros nadadores no me saludaban y la profesora me trataba con la cautela reservada a los desconocidos: "¿cómo es que te llamas?" me decía durante las primeras clases. Mi nivel en el agua era muy alto comparado al de los compañeros del grupo. En una ocasión tras nadar a mi ritmo, choqué a un venezolano de tez marrón que se creía el dueño de la piscina; no dudó en liberar su rabia acumulada por los frustrados intentos de sobrepasarme con su estilo plano y rudimentario. Usó reclamos y groserías con semánticas orientales: "a mí me respetas, carajito".

Volví un par de veces a la piscina. Me desvestía y recordaba mis 18 años: era alto y apuesto en esa época... Mi madre decía que el azul de mis ojos era marino, me recuerdo como un mejor nadador y con sueños más divertidos ¿en qué momento se le refunde a uno la vida en empleos fracasados y aspiraciones salariales? ¿Cuándo abandonamos el colegio donde nos enseñan los planetas? ¿Cuándo comienza a ser más importante el flujo de caja libre?

Yo abandoné la natación a los 19. Una mañana de mi adolescencia, atontado por pensamientos largos y depresivos, víctima de la soledad y del aburrimiento, sentí frío al borde de la piscina. Era el mismo frío asesino que se me había acumulado en el pecho durante los años de infancia. En ese momento me mataba el frío gélido de la ciudad; esa sensación de congelamiento y humedad, a veces hace que uno se quiera desvanecer en una mañana de agosto o volver a la cama y no respirar jamás. A los 19 me arañó con desesperación, me gritó a modo de reclamo que yo no era feliz, como una esposa histérica. Ese fue mi último día en el deporte que quizás, me pudo hacer exitoso.

Con los pies en el agua y contabilizando el tiempo para que el banco no colapsara, sentí el mismo escalofrío que sentí aquella vez: me vi como un hombre sin propósito en la vida, sentado frente a un vapor de piscina que distorsionaba los rostros y las figuras. Me he hecho de indecisiones y tras buscar en el mar del pensamiento unos pobres alivios esotéricos, sólo pude capitular sueños clausurados.

Me vestí, salí a la calle y respiré. Veía carros pasar como venados en cacería. Sonreí y se me ocurrió que todos estamos perdidos. Una voz me sacó del ensimismamiento -¿la vida lo perturba?- dijo un hombre sentado a dos metros. Al mirar sus ojos risueños, su barba poblada y su sonrisa amplia, no pude evitar devolverle el gesto alegre, a pesar de tratarse de un entrometido.

Hablamos del clima, de los carros, del alcalde y otros temas comunes a nuestra especie de civilizados chimpancés. Debo reconocer por el nerviosismo de la novedad yo sentía un calor en los muslos que me obligaba a chocar alegremente las rodillas. Me señaló el lucero del oriente, lo observé con nostalgia y atención infantil. Sentí los imponentes labios de Eduardo hacerse dueños de los míos y ansiosos rodearme con una risa infantil.

Cuando le pedí su celular alejó sus ojos y ocultó su rostro. Lo intenté convencer que todos tenemos un secreto o algo vergenzoso entre el pecho y la espalda. Le dije que era posible querer sin prejuicios y la luz azul de la mañana iluminaba nuestros rostros. 

-A mí no me da miedo declararme jodido: tengo VIH- susurré, con un nudo en la garganta.
-Me gustan las mujeres- dijo Eduardo con las mejillas rojas, confundido y aliviado.

Caminamos calle abajo, antes de que saliera el sol. Hablamos de fútbol, de la mejor cerveza, de las portadas de revistas. Parecíamos amigos con el pequeño derecho infantil al erotismo.

Ya Somos el Olvido-Jorge Luis Borges

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y los que seremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el fin, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá quien fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo.

Bajo la Misma Estrella (The Fault in Our Stars)


Dirigida por Josh Boone, es inspirada en el libro con el mismo nombre de la película, relata la historia de Hazel, quien ha sufrido cáncer de pulmón. En un grupo de apoyo, con un fuerte trasfondo cristiano, conoce a Gus, un adolescente dos años mayor con el mismo encanto y galantería de cualquiera de su edad.

Atravesada por la carga del cáncer, la película cuenta con un tono sarcástico, es fácil de interpretar y acude a clichés americanos (como cuando aplaude la gente después del gran beso de la pareja protagonista). Sin embargo, humaniza. No edita, ni disminuye la mutilación que ha sufrido Gus, después de sufrir un osteosarcoma. 

Hazel quiere conocer al autor de su libro favorito "Un Dolor Imperial". Debido a que su residencia es en Ámsterdam, su sueño queda frustrado hasta que Gus como un típico héroe de novela romántica logra cumplírselo. 

No pude evitar llorar (lloro con todas las películas, buenas o malas). En más de una ocasión palpé mis extremidades para constatar que estuvieran ahí y pensé por un instante cómo se sentiría estar amenazado por la parca a los 17 o 19 años.

Este es la segunda obra que he visto en los últimos días que habla de la memoria, el olvido y la muerte ¿se trata de una anticipación?

Cien Años de Soledad - Gabriel García Márquez (12/50)

Gabriel García Márquez nació en Aracataca el 6 de marzo de 1927 y murió el 17 de abril de 2014, como Úrsula, un jueves santo. Nieto de un coronel liberal y reacio a callar sobre la masacre de las bananeras, sus libros reposan en bajo una luz autobiográfica; o como mencionarían tras su muerte, fue el gran biógrafo de Colombia, salvo que su pluma a  menudo es clasificada de universal.

Cien Años de Soledad comienza con la travesía de José Arcadio Buendía, lejanamente emparentado con Úrsula. Ésta conservaría hasta el término de sus días el temor de concebir descendientes con cola de marrano, debido a la historia de uno de sus familiares.

A través de un largo y amplio árbol genealógico se mezclan la poesía, la historia y la literatura. La poesía es un elemento que se refugia en la metáfora, en el mar que llevaría a la ciencia, en los gitanos que traían esteras voladoras, en las mariposas amarillas y las sentencias sobre el tiempo circular que mencionaría Marta Traba en sus análisis sobre Alejandro Obregón y García Márquez.

El lugar donde se desarrolla la historia es Macondo, un pueblo cerca a la cierra, cerca a la ciénaga y cerca al mar; sin embargo, remoto. José Arcadio emprendió sus esfuerzos por encontrar el paraíso de la ciencia y el conocimiento, sin embargo remontó únicamente a un mar interminable. 

Durante muchos eslabones del árbol genealógico los nombres, atados de los destinos, se repiten. Los José Arcadio, tienden a tener un espíritu abierto y explorador. Los Aurelianos poseen miradas clarividentes, obsesión por el conocimiento que se refugia en el cuarto de Melquíades y en algún momento de su vida, un levantamiento insurgente y liberal contra algún sistema corrupto u opresor.

El pueblo es universal, concentra las problemáticas humanas en la Guajira colombiana, sobretodo el dilema entre el tiempo y el olvido. Úrsula gritaría en el libro: "Es como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio". O Pilar Ternera cuando le pronosticó al penúltimo Buendía su destino.

La historia se hace sólida cuando se habla sobre la masacre de las bananeras. Un olvido que somos. El país centralizado ignoró y sepultó una de las más atroces matanzas cometidas por el estado en contubernio con la "United Fruit Company". El liberalismo de Aureliano Buendía es un elemento que cualquier colombiano que se precie de conocer levemente su historia, asociará a las encarnizadas batallas ideológicas entre conservadores y liberales. El machismo y el tesón de las mujeres, es un elemento verosímil en todo pueblo de la nación donde mi alma decidió nacer.

Con el ánimo de hacer la reseña personal, quisiera meditar sobre el libro no como "realismo mágico" sino como un esfuerzo enorme del autor por mostrar un pueblo colombiano verosímil. Me retracto cuando afirmé que el medio de la poesía era la metáfora, en Colombia se viven las experiencias del libro en el día a día. Hace poco mi cuñada me contó que una de sus amigas fue operada por un médico invisible, de los ojos para ser más preciso. Uno de mis amigos de infancia, en una ocasión se desapareció en el Valle de los Perdidos del parque de los nevados, se sospecha que se fue a militar con las guerrillas izquierdistas. Sé de familiares que en momentos esporádicos se han entregado a la pasión loca de la endogamia. Mi padre le vendió un computador con un sistema que escribía lo que el autor le dictaba oralmente a Gabriel García Márquez. Cuando mi amigo de infancia desapareció, por razones que desconozco, comencé a notar las mariposas naranjas que llenan la ciudad a mediados de año...



miércoles, 18 de junio de 2014

Speak, Memory-Vladimir Nabokov(11/50)

Vladimir Nabokov was born in St Petesburg in 1899 before the Bolshevik claim for power. Born in an aristocratic family, he had to escape to Crimea in order to avoid the "revolutionary" forces. He lived in London, then in Berlin after finishing his studies in Trinity College, Cambridge. He wrote in Russian and in English; he also domained French. He published novels, translated books; he was professor and one of the greatest writers of XX century. His brother was a great shadow, sometimes the reason to call Vladimir a homophobic great writer.

"Speak, Memory" is a book about the memories of Vladimir Nabokov. The first part is focused on rebuilt images, the strong presence of his mother and the gifts she gave him when he was a child. He describes a powerful family, in a powerful Russia. There is a space of intimacy between Vladimir and his mother, even in hallucinations caused by sounds in which both may give the same descriptions.

In spite of the democratic spirit of Nabokov's father, his feelings towards revolution are related with nostalgia, the sensation of having lost a wonderful world, the nostalgia and "the memory". The author describes how he started to develop a morning passion for hunting and clasifing butterflies.

Nobokov's father was a strong influence. The author describes how they enjoyed chess, their personal jokes, the admiration he had for that respectable character, member of the circles of forense law.Once, the writer believed by mistake his father was going to have a duel, something that broke the beloved boy into tears.

When the story advances, it is described how the Nabokov family must leave Russia, escape to Crimea and then live en Europe. He describes his first adventures of love and his passion for butterflies. However, when he speaks about Sergei, someone who lived a life very similar to Vladimir's, the author tends to take distance and talk from the point of compassion.

When you read it, you do understand why the author felt so sure while living in a Tsarist Russia, even if you firmly defend left wing.

sábado, 14 de junio de 2014

El Mundo Adulto: Una Odisea.

Hace algunos meses me comenzaron a dar la bienvenida al mundo adulto: debes hacer las cosas por ti mismo; sin embargo, no me advirtieron los percances que podría llegar a contener el proceso. Salí de la universidad con un amor por el deporte, por la naturaleza, por la compasión y por lo maravilloso. Entré al mundo laboral y de inmediato reconocí el origen de las miradas obtusas, los vestidos grises y la falta de horizontes.

Pasé de mi realismo mágico a un realismo tozudo y vigoroso... Gigante y monocromático. Recuerdo con fuerza las sensaciones, las calles y los nombres, mi obsesión por la música. Me vi a mí mismo resolviendo cosas para las que no me sentía preparado, iniciando mi proceso rumbo a una alienación absurda ¿dónde quedamos los individuos?

Salgo de la oficina cansado, con un sueldo por el que debería sentirme agradecido (si considero las miserias que ganan algunos colegas) y me encuentro con la rutina de novelas de mala calidad. El pensamiento se limita a los pocos libros que alcanzo a leer, la libertad del viento y la ciudad que me cuestionaba se enmarca en la noche, si se considera que durante el día debo estar concentrado en procesos con nombre propios de la entomología.

Me aterra el mundo adulto, su falta de humor y su raíz imbécil cuya esencia es la búsqueda de estómagos llenos y espíritus vacíos.