Las nubes amarillentas cercanas a los cerros del oriente, inspiraban a Catalina a dejar volar una cometa. Brandy, corría tras las mariposas y Marcela miraba absorta las líneas del metro. Tubos de color blanquecino atravesaban la fría ciudad. El viento parecía soplar cada vez con mayor intensidad, de repente, una ráfaga tiró de la cometa y la sumergió en nada más y nada menos que el núcleo azul; los nervios se hacían evidentes en su tiritar, simultáneo al temblor de sus rodillas... Parecía un mal sueño, quizás ese tipo de cosas que nos suceden de adolescentes y nos cambian para siempre.
Brandy, que nunca perdía ninguna pertenencia, corrió tras la cometa, escabulléndose en los árboles color esmeralda. Catalina dudaba si dar el primer paso, pero un amigo es un amigo y dejar ir a su compañero, sería perderlo. Marcela, que nada tenía que ver, llena de furia y con mil reclamos por hacer, no le quedaba mayor escapatoria que ir tras el perrito, Catalina y la cometa. Se enfrentaban a fuerzas inusuales, acababan de retar a las fuerzas armadas de la ciudad. La cometa para su mala suerte se deslizó por entre los canales bioeléctricos de comunicación, los encargados de conectar las tres esferas de tamaños titánicos que brillaban. Eran visibles desde cualquier lugar y a menudo la prensa les ponía el adjetivo de: "corazón de la ciudad"; imposible explicar cómo pero el animalito violó las barreras de seguridad, había pasado a la policía especial, las grandes compuertas, las cámaras, las alarmas, entre otros tantos sistemas diseñados para que nadie osara destruir semejante obra de infraestructura humana. A un paso de la cometa, el canino tíró de la Pita, para mala suerte de las niñas, la cometa estaba ligada a una palanca de regulación de presiones, de nada más y nada menos que de los canales de conexión mencionados. La ciudad quedó completamente a oscuras y una de las esferas titilaba como si fuese a morir. La ansiedad hizo colapsar las calles, los restaurantes, los centros comerciales y cualquier actividad humana se llenó del miedo que cargaban por años: "estar sin energía".
Algunos y algunas lloraban, oraban y rogaban porque nada le pasara a Blue Energy Plant (BEP) sin embargo la mayor ansiedad la tenían este par de amigas al ver que Brandy era seguido por las fuerzas especiales; un silencio descomunal se sentía en el metro de la ciudad, que seguía andando con la energía de reserva, el cual parecía un gusano brillante en medio de la oscuridad; el corazón latía similar al ritmo de un violinista que pierde una cuerda, corriendo, sin pensaro, recojieron al perrito,
se tomaron de la mano y se fugaron. Las alertas de la urbe se habían activado y la prensa ya anunciaba el famoso terrorismo energético que tanto desvelaba a políticos, famosos y militares. Con cada paso que oían, se encontraban pasos más cerca a la muerte o a prisión. Los robots de registro aéreo, paseaban desesperados buscando a l@s culpables. Uno de ellos, color blanco, con mirada despiada las logró encontrar. Posó su mirada sobre el perrito y disparó. Catalina en un momento de valor se lanzó al piso y Marcela, muy a su estilo, golpeó a la máquina con una vara de madera. Se refugiaron en una cueva, quizás donde nunca las encontrarían y vieron a los soldados en su locura disparar al horizonte. La vista que tenían desde la cueva, era hermosa, aunque por verguenza, ninguna de las dos lo manifestaría. Era la gran barrera de plomo en la zona occidental hacia donde veían. Las nubes rojas en la punta parecían arrancando versos a la fuerza de la boca de alguien pero no era lícito hablar de ese lugar.
Por su lado los medios hacían hincapié en hechos similares ocurridos casi medio siglo atrás, llamado por los habitantes de la época "apagón". Algunos lo recordaban, claro que en el nuevo contexto, eran vistos como veteranos de guerra, memorando las injusticias de la vida. Carlitos, el hermano de Marcela veía con extrañeza la tranquilidad de su abuelo.
-¿por qué no estás asustado como mi mami?- le preguntó
-porque soy de otra época- le respondió con cierto sarcasmo.
El niño se conformó con esas frases, creyendo que sería otra locura senil de aquél hombre pálido. Lo cierto es que su época fue otra.
A medida que la noche perseguía el cielo, los vivos y vivas, los muertos y muertas, miraban el cielo con una ternura, una pasión, un romance casi extraño, se fijaron que había nubes de colores y por alguna extraña razón, sintieron pasión. Los ancianos, los pocos que quedaba, sentían miedo. Y los políticos, sabían que tendrían que tomar acciones, algo similar no podría suceder, nunca jamás. Detenidos en el tiempo, el cielo fue el protagonista, l@s espectador@s adoraban con su silencio aquellas manchas que pretendían simular ese extraño fenómeno que los mayores llamaban arcoiris.
Cogidas de la mano, en la cueva, con el corazón de Brandy a mil, la cometa, el perro y las dos niñas, sentían que no podía haber nada mejor que la dulce oscuridad, ésa que daba paso al extraño fenómeno, más intensamente marcado al occidente. No entendían mucho, pero la barrera de ese lugar, la de plomo, cobró protagonismo, pues era donde se encontraban las nubes rojas.
Desesperado el presidente anunció la calma y al parecer, había más dudas, preguntas e inspiración que ganas de tranqulidad. Desesperados, congresistas, senadores y otros tantos políticos como los dos ministros de de defensa (defensa magnética y nuclear) y el de medio ambiente, tendrían que tomar "más acciones".
2 comentarios:
Para mi eres el jardin donde mi fantasia encuentra espacio para jugar.
Tus dos mas recientes post me lo hacen confirmar, me encanta leerte, perderme en tus letras...que avivan mis fantasías.
Como pocos me ayudas a confirmar que ya no soy gota... ya soy rio, mar...océano... aunque no lo comprenda del todo.
Un relato magnífico... La cometa... El aire... Los sueños... Mmm... ¡Qué hermoso! Me gusta, me gusta, me gusta muchooOO!! Me encanta cómo está hilado todo, me encanta el contenido y la reflexión que hay detrás de cada palabra. Magnífico.
Un abrazoOooo!! MMUUAAA!!
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