No pierdas la locura, ni el sigilo del cual dota la adrenalina
No pierdas el áurea esperanza que recorre las miradas brillantes
No olvides la mirada pura, la mirada dulce...
No pases derecho el atardecer púrpura, el placer anaranjado.
Siquiera intentes dejar ir en el susurro el pensamiento dulce, la ternura, la inocencia...
Aún cuando las estrellas constelan, no pierdas el lenguaje del silencio, el cabello, la cabeza...
Permea superficies capilares, como aceite; dulce néctar, pájaro voraz.
Espera, no digas no, no olvides la sonrisa, no pierdas el horizonte, el infinito.
Espera, no pierdas los disfraces, el deseo de volar, y los opositores, todos los enormes edificios, ejecutivos y banqueros irán en contra, cual fracaso más mordaz el que han vivido éstos, olvidaron llorar...
Conserva la humedad en los ojos, la suavidad en la palabra, la inocencia en la caricia, la humanidad en la acción. Conserva la animalidad en los afectos, el férreo valor que da la locura, la eternidad, el cielo y la verdad. Haz eterno el sueño, el despierto sueño de viajar entre mil densidades, busca en los rincones, carritos o muñecas, peces, dragones o aviones. Busca en la esencia lo sutil, lo obvio, lo tangible, lo etéreo, conserva hasta el final el deseo de amar, eso te da vida, eso te hace feliz... tal vez más que el deseo, tal vez más que desear, tal vez en el fondo, lo que te hace héroe, dios y nube es el amar, ama para siempre, ama hasta el final.
2 comentarios:
Amo.
Shhh... Silencio.
Las hojas caen, el otoño llega.
¡Un abrazoOO!
Ahhh que texto tan sobrio y tranquilo, un buen mensaje para estos dias de tantas cuestiones.
Saludos.
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