viernes, 5 de noviembre de 2010

JS

Siempre pensé que cuando fuera a escribir sobre ti, seria un día especial, solo, con la daga en el corazón. Me duele abrir el corazón, es algo que nunca supe hacer, nunca lo aprendí y me cuesta inclusive a unas cuantas de tu universidad escribir de ti, como si no leyeras y no supieras que mi mirada aún brilla cuando nos cruzamos. Sólo fuiste una víctima de mi enfermedad mental, para quien no sabe, qué diablos, me voy a dejar de secretos, sufro de erotomanía. No es una metáfora literaria la que cito, ni un simila, ni nada que se le parezca, soy erotomaníaco, sufro de amor. Esta enfermedad consiste en enamorarse de completos desconocidos, personas con las que tienes escasos contactos, inclusive ninguno y a partir de sucesos creas historias completamente distorsionados, al puntode jurar que son verdad. Yo me enamoré de ti, amado desconocido. Si mal no recuerdo por esa época mi hermano era amigo tuyo... Siento que me desnudo con estos datos, tengo miedo que descubras mi secreto, quien soy yo, me da pavor que sepas lo obvio, que te amé o te amo, la verdad no lo sé ni me interesa. Tus ojos eran de ese café casi violeta, tu tez de un claro como la luna y tu cabello castaño.
Cada vez que cruzabas mi camino o siquiera te me acercabas, si tan solo me mirabas salía corriendo; no sé amar, cuando lo hago me siento tan feliz que huyo. Lo sé, es incomprensible la intensisdad con la que vivo las cosas. No elegí ser el ser llorón que soy, ni el ser apasionado, mucho menos las cien locuras que padece esta alma. Hasta hay romance en mis patologías mentales, ya ves, me trajo hasta ti.
Hace poco vi tu mirada y recordé algo, lo había enterrado en lo profundo de mi piel para que ningún salvaje pensamiento lo desenterrara y volviera añicos. Intenté superarte en dos años, qué ignorancia poseo, olvido no es sinónimo de tiempo, ni razón sinónimo de amor. La locura permanente y la cualidad de eternidad circundan lo que estoy destinado a sentir. Me duele el pecho mientras escribo, dos años me pesan, dos años y medio, es el mismo dolor que sentí cuando te fuiste. Estaba rodeado de mis compañeros y al darme cuenta que no estabas por un instante sentí ese agudo bruto que suena cuando las cuerdas del violín se rompen. Un dolor recorría mi cuerpo, quise llorar, llorar mucho, pero ante dos mil personas eso es pecado, o te habilita a ser víctima de chismes. Preferí llegar a mi casa, llorar entre las sábanas de la cama de mami, lloré todo lo que pude. No aceptaba tu partida, nunca creo que la acepte y mi condena es pretender un futuro cuando mi origen es el pasado, la sonrisa y la fantasía. No quiero seguir escribiendo, espero entiendas. Destilo mis penas en las letras y ahora te decanto a ti. Quiero paz, quiero abrir el corazón, sé que no te puedo olvidar, sin embargo no te pretendo peremne en el estado de abandono en el que me sentí (siento). Fuiste o eres, uno de los amores de mi vida y duele decirlo, pero es probable que en mis huellas haya algo de ti, inclusive mi biografía se plague de mis obsesivos intentos por encontrarte en sueños. Creo que no eres de mi equipo, eso es lo más gracioso, juraba que me amabas cuando sólo una vez nos saludamos. Algo no cuadra, insisto algo no cuadra. No lo contaré, es la única esperanza de que tu amor, no fue sólo ilusión. Hasta la próxima, hasta cuando tenga derecho a escribir de ti... Hasta que yo decida renacer.

2 comentarios:

Lidia San Emeterio Arroyo dijo...

Gracias por dejar costancia de tu visita en mi Palacio de Cristal; me alegro que te gustase lo que leíste. Creo que a lo largo de los otros blogs que aparecen en mi perfil (especialmente Continuidad Discontinua) mantuve los mismos patrones literarios que en el Palacio; quizás te gusten también. Te dejo en este link un regalo, es cierto que parece algo fantástico pero en realidad es uno de esos lugares que cobra esa mágica dimensión de noche, en este caso el lugar es el Parque Güell de Barcelona :)

Pircamita dijo...

Plasmar estas letras siempre me refieren a la pequeña cicatriz que nunca nos permitimos tener, a veces con el tiempo todo se va camuflando... solo con el tiempo, pero es verdad que por mas que intentemos ser algo en un futuro existen cosas del pasado que nunca se podrán superar.

Que texto tan lindo, verdad que es muy buen texto.