domingo, 7 de noviembre de 2010

Fuego en la linterna

Casi siempre que veo a los demás me frustro, su capacidad para socializar, para divertirse, en fin.. para vivir, me hace sentir que no soy suficiente. A veces creo que quisiera aprovechar la vida, tener un poco más de ellos sin embargo caigo en cuenta que la verdad, no me gustaría para nada ser como ellos. Fotos burbujeantes me demuestran la fuerza de una sociedad, ellos sí pueden, yo no. Ellos pueden fácilmente hacer amigos, en cambio yo... poseo tanta timidez, tanta inseguridad, me sudan las manos cuando alguien nuevo me habla, me avergüenza que alguien me mire, me tiembla el mundo cuando se fija en mí. Procuro no destacar, el silencio reina en mi vida, me río poco, gusto de las cosas cosas extrambóticas. He descubierto que nunca seré como ellos, por fortuna o desgracia, jamás podré hablar sin que algo dentro de mí tiemble, mi risa sale algunas ocasiones pero como un maremoto que no para. Mi forma de caminar es algo graciosa y afanada, me gusta ser exageradamente la sincerdad y la amistad verdadera. Mi timidez, mi silencio, mi seriedad, todo eso hace parte de lo que cargo, pero también de lo que amo cuando me miro al espejo, amo al que se refleja en la vitrina, al que usa colores poco comunes, al que le gusta llamar la atención de maneras poco usuales, al que no le da pena estar solo, amo a ese ser que con talento vive una vida que a pesar de que a veces sea asfixiante, es única.

1 comentario:

Vía Morouzos dijo...

Eres maravillosa :-)

¡¡Un besoooOO GRANDE, GRAAAANDEEE!!

¡¡MMUUUAAAAA!!