miércoles, 12 de octubre de 2011

Average...

Aprendí que ser como los demás, normal, un promedio insignificante colisionado entre miles de partículas, también tiene un encanto. Esos pequeños detalles que rodean la vida de un humano común, cobran una profundidad y una simpleza que cualquier espectador desprevenido podría ignorar. Hay belleza en lo cotidiano, en lo que se hace ver como "no extraordinario", en las conversaciones pasajaras, en las risas... En las escenas que normalmente cortarían en una película. Comprendí, que de los demás... Tenía mucho que aprender. Es entonces cuando recuerdo a Ozu y sus películas sobre conversaciones cotidianas, con un sonido de fondo no diferente al llamado "sonido latente" de los músicos experimentales.


2 comentarios:

Elena P.G. dijo...

La belleza de lo cotidiano, de lo que tenemos al alcance porque nos rodea, nos hace parte de un todo extraordinario.

Vía Morouzos dijo...

El "sonido latente"... maravilloso...