Se levantó temprano alzó la cabeza y su reloj sonó... como burla o maldición. Caminó hacia el baño, se miró al espejo: su cuerpo estaba caído. En un ataque de inconsciencia, de estupidez quizás, golpeó el cristal y logró ver volar pedacitos. A través de las grietas alcanzó a leer: "Kafka".
Se levantó tarde, bajo la cabeza y el reloj no sonó. Era sábado. Caminó hacia el baño, se miró al espejo: su cuerpo estaba viejo. En un ataque de locura, de somnolencia quizás, golpeó el espejismo y logró ver pedacitos con reflejos amarillos volar. A través de las líneas negras alcanzó a leer: "García Márquez".
Se levantó en un hotel de Berlín, el reloj sonó, tambaleó y cayó. Caminó hacia el baño cuya puerta dejaba ver una tina de porcelana. La tetilla derecha de su cuerpo estaba inflamada. Observó el espejo, su reflejo se quebró tras un golpe vigoroso. A través de las grietas, le leía un cuento Nabokov.
jueves, 31 de julio de 2014
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3 comentarios:
Dicen que Leonardo Da Vinci recomendaba observar las grietas de las paredes para avivar la creatidad... ¡Cuánta magia guardan las líneas fragmentadas!
PD: La CREATIVIDAD, no la creatidad... Jajaja... ;-)
Un texto impresionante, Vicky.
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