Pensar que Leonardo y yo nos conocimos en plena adolescencia.
Que le aconsejé seguir su corazón y se fue a EEUU.
Asimilar que se casó y que tiene una relación hermosa.
Que alguna vez vivimos en la misma ciudad.
Es increíble como pasa el tiempo, Leo casado,
Andrés arquitecto, Andre independizada...
Me pregunto qué será de mí...
Siento que mi vida ha cambiado muy poco,
que sigo teniéndole miedo al frío,
que no he arriesgado la vida para vivir.
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3 comentarios:
Nunca es tarde, Vicky... Te lo recomiendo, pero alcanzando equilibrio entre cabeza y corazón... Un fortísimo abrazo. PD: perdona si no estoy tan constante últimamente, es que estoy sin Internet y voy escribiendo a medida que me hago con conexión en alguna parte, jejeje ;-) ¡MuuuAcs!
La pelota está en tu tejado... decimos por aquí para indicar que es tu turno, el de vivir.
Y eso no se hace sin algún peligro, más aún, no vivir peligrosamente quizás no sea vivir.
Luz, no te preocupes. Eres bienvenida en la medida que la realidad te lo permita. Recuerda que es un sueño. Y tienes razón, debe haber equilibrio.
CrisC, es cierto. Es mi turno de jugar, aunque me he tomado la vida tan en serio que temo dar un paso fuera de la línea.
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