jueves, 14 de mayo de 2015



Las islas de Homero,
el cielo de los católicos,
la vista para Sócrates,
las mariposas de Nabokov.

Acompáñame 1000 leguas submarinas,
a chapotear sobre mundos planos...
Lejos de esta ciudad que intoxica.
Alternancias, climas e ironía.

Descubrirás el origen de la vista,
del arcoiris.

Los monstruos serán trofeos de turistas,
de ese mundo extraño detrás de las montañas.
Atrévete a descubrir el rostro sonrojado,
las piernas que tiemblan,
el sudor en las manos.

El sendero no será tal en la memoria,
no hay diccionarios para los signos del mundo,
recuerda...
Los espejos no congelan la mirada,
recuerda...

Habrán arqueros que serán otros cuando acierten.

Al final seremos sonidos misteriosos sobre el mármol,
historias contadas en presente.
Verbos sin pretérito.

2 comentarios:

CrisC dijo...

Quizás un aleph podría contenerlo todo, serlo todo y el mármol en que resonará el eco de nuestra sombra para siempre.

Vicky dijo...

El Aleph que lo contenía todo tiene una historia triste. Se lo regaló Borges a su amada, quien ante una necesidad económica lo vendión. Ni siquiera el todo se salva de la dicotomía y el absurdo humano. Saludos.