Se trata de un libro inspirado en los relatos del mar. Si lo tuviera que describir, diría que es el intento de parir una mezcla entre el Aleph de Borges y Moby Dick de Herman Melville. Con un lenguaje trucado, típico de los primeros pasos de todo escritor, el texto adentra al lector a barcos, a la desesperación del naufragio, la soledad del mar y el poder de la mitología.
Es la compilación de 9 cuentos manchados de azul. El primer relato, rico en adjetivos, habla de un navegante frente al dilema del canibalismo propio de los marines cuando han perdido rumbo y raciones. A través del "Sermón de las Siete Palabras", Mendoza cuenta a través de sus personajes su concepción de la literatura: algo que no conoce puntos medios, por lo cual hay que sacrificar la felicidad.
Los cuentos son una forma de relatar, más o menos, lo que experimentó en el Oriente Medio: estar preso sin saber por qué.
La "Travesía del Vidente" fue Premio Nacional de Literatura del Instituto Distrital de Cultura y Turismo en 1996. Resulta elaborado, limpio y de manera transparente atravesado por la mitología católica. Habla de un miembro más en la barca de Noé, un vidente. Que en palabras del autor, daría origen a las artes.
Un libro de un joven que años más tardes retornaría a los videntes.
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