Los ejecutivos expelen su sudor, que es el baúl de sus profundas angustias. Los ciudadanos acostumbrados a ser eternos cuervos, deciden por fin enrollar sus abrigos y meterlos en un cajón. La tierra usualmente negra o café, se torna de un color grisáceo. Y la piel sucumbe a los estímulos del aire.
Las montañas gritan a la vida con su acostumbrado verde esmeralda. Las empolvadas camisas cortas vuelven a salir del clóset. Los uniformados se asfixian en sus coberturas pesadas e imposibles. La ciudad iluminada y el mundo se ve distinto.
25.1º C es una temperatura récord y hoy se alcanzó en Bogotá. Así las cabezas de los ciudadanos se calientan, la muchedumbre se agolpa en las estaciones y el cielo profundamente azul mira con serenidad una metrópolis que poco a poco renuncia a su pasado de niebla y patos virreinales.
2 comentarios:
25'1º C son aquí en el Mediterráneo una temperatura paradisiaca que desconoce la regulación homeostática de los cuerpos y olvidó la niebla en viejas novelas escritas con dedos de frío y nieve.
CrisC, tienes razón en bendecir los calores después del invierno. Los bogotanos estamos acostumbrados a que la temperatura oscile alrededor de los 15ºC. Hace poco se disparó y nuestros maltratados cuerpos sintieron el cambio.
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