Colombia es un país donde las madres cabeza de familia son una porción importante del tejido social. A menudo en los juzgados se decía que la madre tenía la prioridad al asignar la custodia de un niño. A tal punto que una de las obras insignes del teatro colombiano de los años noventa, indica en las primeras páginas que madre sólo hay una y padre puede ser cualquier hijueputa.
En contraparte, mi padre nunca ha huido. Ni el suyo lo hizo. Por citar a un autor que defiende ese rol debilitado, Faciolince afirma que cuando lo pusieron a elegir entre Dios o su papá, eligió al segundo, aunque eso significara irse al infierno.
Más allá de las relaciones idílicas, el amor se alimenta de la realidad hostil y profunda. Ayer me sentí especialmente conmovido con algunas de las escenas de Fallen Angels: un jovencito birracial, mudo a causa de haber comido una lata vencida de piña, vive con su padre y comienza a grabarlo. Lo sigue al baño, lo captura cuando cocina y deja la cámara encendida mientras los dos duermen con sus cabezas juntas. Por alguna razón, el papá ve a escondidas el video y no puede parar de divertirse. Cumple sesenta años y fallece. Entonces el chico que se ha dedicado a vivir sin rumbo, recoge su ropa, en silencio absoluto y comprende, que se ha comenzado a volver un adulto. Me fue inevitable contener las lágrimas. Feliz día, a todos los que no huyeron.
2 comentarios:
Me hablaron hace años de Venezuela y algún que otro país americano en el que era relativamente frecuente esa “materpaternidad” que refieres.
Criar a un hijo y hacerlo bien requiere mucho esfuerzo, más, esfuerzos. Y nunca está de más un padre y una madre. Imagino la dificultad de tener que hacerlo a solas. Ambas figuras son necesarias en la maduración de un individuo.
Comprendo la secuencia que describes muy bien.
CrisC, no sé por qué la relación con los padres, a menudo es más laberíntica en el caso de los hombres. Y sí, amo a mi padre pero de una manera similar a la del chico del video. Es una forma de compañía, de contrariedad, no sé si lo has sentido. Lo veo mayor y a veces temo que se vaya.
Un abrazo.
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