En Chapinero hay casas que compiten con edificios. Ejecutivos que suman y
restan. Ingenieros que diseñan y Gabriel, que mira por la ventana. Desde un 5
piso los transeúntes parecen una diáspora de puntitos en múltiples vectores. Erráticos
y nerviosos. Entre callejones de cristal están su mirada y la de ella. Una
mujer elegante y siempre con labial, finalmente le escribe “¿nos conocemos?”. Él
baja la mirada y se marcha. En la calle y mojados por la lluvia, ella se atreve
a preguntarle “¿qué hay de malo contigo?”. -Hay que mirar adentro- le responde él.
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