A M
Recorremos el piso,
somos sombras que se sobrelapan
y se unen y se separan
y se buscan y se pierden
y se extrañan.
Un reflejo de venado
nos recuerda silencioso
que en la noche hay inocencia,
claroscuras nuestras almas.
Recorremos el piso
como ingenuos que se creen eternamente juntos
y hablamos entre baldosas:
separadas por la inevitable
erosión del tiempo.
Nos separa la erosión del tiempo
y el miedo al pasado recorrido.
La nostalgia siempre es privada
y el amor siempre es intenso.
Los charcos reflejan los espectros
que fuimos mientras caminábamos.
Y las amibas citadinas extrañan
nuestros pasos que pesan como la memoria.
¿En qué charco de tu vida ocultas mi historia?
¿Cuál de las calles de tu alma lleva mi nombre?
Entre sábanas anda impregnado un olor de venado
y te juro que no soy yo.
Te juro que mi sombra no se ha deslizado a tu cama,
que no ha besado tus labios,
que no te dicho "te quiero".
Mi sombra no,
tal vez mi nostalgia.
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