lunes, 23 de marzo de 2020

Astrotonterías

La astrología no es una ciencia, punto. Pero tiene apuntes interesantes. Uno de ellos es que Saturno entra acuario y la última vez que lo hizo fue en el período de 1991 a 1994. En Colombia el movimiento de la séptima papeleta logró consolidar una constitución que por lo menos sobre el pergamino, declaraba a todos los humanos iguales, reconocía al medio ambiente y buscaba el bienestar de las comunidades. Poco antes de la entrada a la década de los 90, caía el muro de Berlín en el 89. Simultáneamente, alrededor de los 90's se consolidaba el Internet en la sociedad, al punto de evolucionar a ser la herramienta que determina quién será presidente.

Ángela Merkel, que honra su identidad de alemana oriental con su excesiva compostura, dijo que el coronavirus no era comparable a la caída del muro de Berlín. En su lugar, lo equiparó a la segunda guerra mundial. Palabras de una mandataria que conoció uno de los episodios oscuros de la historia germánica. 

¿Qué significa el coronavirus en términos históricos? Es demasiado pronto para responder esta pregunta pero sin duda, los ciudadanos, voluntaria o involuntariamente han perdido su libertad. Y esta vez los plutócratas, revelan en sus rostros aturdidos, que también se ha tambaleado su mundo. Los ciudadanos muestran unidad pero yo sospecho que luego se mutará a la incredulidad.

Cuando en el auge de la revolución francesa, una turba de ciudadanos, pedía ayuda porque no tenían qué comer, la reina de Francia se bañaba en una tina de oro. Luego la encarcelaron y la decapitaron. Años antes, a su esposo le habían aconsejado incrementarle los impuestos a la monarquía para salvar al reino. Evidentemente, desoyó los consejos y sometió a los ciudadanos del común a tasas tributarias abusivas.

En los últimos años, han sonado las campanas para alertar de un incremento en la desigualdad de las sociedades. Inclusive naciones como Finlandia que se precian de distribuir más justamente sus recursos, han recibido malos resultados en esta materia. Y a diferencia de lo que se podría creer, respecto al siglo XX la brecha entre un jornalero y un multimillonario se ha incrementado a proporciones obscenas. 

Aquí es cuando los puntos se unen. Hay una sociedad desigual, con una catástrofe sanitaria que va a desmejorar la economía y a "aplastar" a los más débiles. En paralelo, hay unos plutócratas que fácilmente podrían mandar a construir una isla en medio del mar. Esos dos elementos, más la soberbia de los más poderosos que se van a negar a ser generosos en tiempos de crisis, van a estallar una reflexión social frente a las fantasías que vendía el actual sistema.


No, Ángela, no es la segunda guerra mundial. Es la revolución francesa.

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