domingo, 27 de febrero de 2011

La huella del recorrido de una oruga a lo largo del desierto...
Contemplan los transeuntes las dunas, el cielo es más azul, los escorpiones huelen a brisa.
Se mueve con lentitud el explorador, ha llegado lejos, cualquiero ruido perturba, excepto aquéllos latentes: el corazón, el mar, el viento, la voz del infinito...
Dar un paso al horizonte, saltar al vacío.
Nostalgia por el pasado, por lo que fuimos, por lo que amamos.
Desintegrándonos en coloides aceptamos el destino
Trascender...
Trascender...
Trascender...
Un sonido despierta al soñador,
Las figuras geométricas penetran el habla,
Los párpados invocan otras realidades.

Se revientan las matrices...
La mariposa vuela más allá de un mundo lineal
Sobrepasa la matemática.

Se va... Y al mismo tiempo está por primera vez.
Aturde al hablar su relato, habla con las alas.
Confunde al volar, sus alas suenan
Más allá, en plena soledad, ve, ve, es...
Y nosotros sólo contemplamos su expresión.
Vemos... Es.

sábado, 26 de febrero de 2011

Máximos

Siento que estoy comenzando a conocer la felicidad. Si hay algo llamado alegría, algo llamado paz, creo que he comenzado a vivirlo; después de tantos años, de prejuicios, de obstáculos... Finalmente estoy conociendo un estado de conciencia nuevo. No necesito más, no necesito menos, lo tengo todo... lo tengo todo. La vida es hermosa, después de transitar oscuros túneles, después de viajar a altas velocidades por los edificios naranjas, después de llorar, el sol es tan intenso, tan delicado como una tarde de verano en el prado.

Estoy feliz...

miércoles, 23 de febrero de 2011

Ya no habrá sed

Para cuando sientas mi respiración, ya no habrá sed ni vacío... sólo certezas, las que buscaste por años se reducirán a un latido en la penumbra que ilumina tu camino y conjura los lutos absurdos. Los abismos serán simples sedas dibujadas y no tendrás miedo, ni siquiera a la muerte. Mi aliento será el tuyo, los sarcófagos y el sepulcro serán bromas del recuerdo. Tu dolor se reducirá a comedia y la palabra a silencio.

Para cuando me oigas, sabrás que he observado en la sombra, pero como las olas del mar o el latido del corazón, mi sonido es sonido de ambiente. Las noches en vela, el titilar de los objetos, la incertidumbre... Todo será innecesario, el enigma ahora es el infinito, la persecución del horizonte y la conquista del vacío. Escuchar... simplemente deslizarse en los sonidos que sutiles se reparten entre los demás, como si fuese suficiente, como si la aurora encarara definitivamente a la noche en una batalla por la realidad. Dando pasos de monje en el más allá, la palabra trascender significará menos por lo lejos y más por lo amplio.

Cuando me oigas, cuando me sientas, cuando me veas, cuando me veas y no huyas habremos concluido las transiciones del alma. No habrá más lluvia azul... porque yo estaré ahí.

Dedicado a todos los "muertos" que quieren ser oidos.

martes, 22 de febrero de 2011

¿a dónde van los muertos?

Se llenan los ojos de vacío y los estómagos de eco...
¿dónde están los enterrados?
¿En un cuerpo?
¿Acaso en la tierra?
¿Donde estás...?

Deambulan calmos por las calles los muertos con los otros muertos...
Se miran, se sienten, se aman.

Las ventanas se cargan de vibraciones silenciosas
¿dónde están los muertos?

A veces cruzan avenidas, a veces juegan con muñecos de la infancia... A veces se van juntos y no parecen volver.

¿dónde están?

Están en los funerales, no en el ataud sino como espectadores de la paranoia social

¿a dónde se van?

Laten en los rincones, susurran con el viento e invocan con la sonrisa...

Los muertos están en los sueños, en las bocas dispuestas... En la resurrección de la esperanza... Los muertos siempre están en los umbrales. En las miradas que esperan, en las brisas furtivas, en los nuevos... Los cargamos en cada paso matutino y cada suspiro nocturno.

Por una sencilla razón... No están muertos.

Están en la fuentes, en las celdas, en los recuerdos, están en la selva, en los abrazos, en las reuniones familiares.

No están muertos, nunca dejaron de estar... Sólo cambiaron de forma: escriben en libros, persiguen pasillos de amores adolescentes, entienden los miedos sexuales, comparten símbolos, cuentan historias están en las paredes...

AMAN

sábado, 19 de febrero de 2011

El camino sin lucha

"recuerdo que iba en mi carro, de un momento a otro giré y aplasté un pollo"-en ese preciso instante los aproximadamente cien estudiantes que estaban alrededor mío, empezaron a reirse sin parar. Yo por mi parte me sentí indignado, indignado como pocas veces, por el sinismo que esas palabras cargaban.
No me gusta hablar de este tema porque me toca las fibras y si me dicen radical, fundamentalista, religioso o cualquier adjetivo quasi-peyorativo, no me queda más que sentir un gran honor. Si defender la vida de otro ser implica cargar con una etiqueta o un estigma social, creo que no soy la primera persona en aceptarlo.
Quise dejar la carne desde muy temprana edad, mis papás no me lo permitían, no fue hasta que tuve 14 años que decidí alejarme por completo. Una vez recaí, me volví omnivoro de nuevo, resistí sólo tres meses, la culpa que sembraba en mí meterme a la cocina y pensar en que otros seres eran torturados, asesinados, separados, me dejaba en un estado con pocas salidas. Poco a poco me fui dando cuenta que los alcances del maltrato humano eran únicamente posibles en un medio que negaba e invisivilizaba. Si hay un argumento para matar, torturar y maltratar, es precisamente el entendimiento del otro como inferior, inexistente, insensible... sin alma.
El panorama con el que me encontré no era muy favorable, debo decir que no se me persiguió activamente, es más, la sociedad era muy comprensiva con mi punto de vista, sin embargo ¿debía ser yo tolerante con sus formas de vivir (de comer)? Pienso que con el tiempo he llegado a la conclusión de que no se debe, ni se puede permitir el dolor, sólo porque esté de moda. El régimen nazi fue exaltado democráticamente, apoyado y avalado por las mayorías, se cometieron crímenes que son una herida en nuestra memoria colectiva ¿por qué nadie protestaba? ¿Por qué esas protestas no tenían repercusión? Por las mismas razones por las cuales hoy nadie se da cuenta que aunque antigua y tradicional, la costumbre de comer animales causa "dolor", "sufrimiento", "separación" y "desaparición".
Crecí comiendo carve, comiendo productos de soya, almorzando pan en los pueblos, comiendo aire en los matrimonios y en general tolerando a una sociedad profundamente "carnívora". La sorpresa mía sobrevino cuando llegué al medio universitario, donde estos estilos de vida vegetarianos eran profundamente cuestionados, especialmente y para mi sorpresa, por profesionales del medio ambiente, eminencias que saben mucho más que yo, hablan mucho mejor que yo... Y por supuesto... son mucho más ciegos que un niño. He tenido que soportar burlas públicas por defender mi punto de vista... Inclusive ofensas directas, ver cómo se acusa injustamente la mayoría de veces a algunos por el hecho de decir algo que es apenas visibile "este estilo de vida que avala la muerte y el dolor es repugnante y completamente antiparalelo a las utopías de occidente".
¿Cómo no sentir ira hacia mi propia especie? La mayoría de personas con las que toco el tema me salen con argumentos desde lo más básico hasta lo más elaborado, parten de estadísticas y terminan en disertaciones filosóficas tales como ¿cuántas aves son un niño humano? En el fondo sólo me han convencido con mucha más fuerza que el camino por el que me dirijo me place ¿acaso se puede sustentar la matanza? Pueda que me quede callado, inclusive, que no tenga referencias precisas, exactas, ni un sistema de argumentación lo suficentemente desarrollado como para derrocar a los ancianos de su pedestal pero la pregunta aquí es ¿se requiere de argumentos para ser consciente de las consecuencias de comer carne? ¿Es necesario sustentar que siento compasión?¿Necesito leer mucho para entender algo tan básico como que me parece sínico por parte de algunos profesionales "el sustentar su estilo de vida"? Y es que de eso es lo que me he dado cuenta, nos creemos inmutables, tenemos la certeza de que siempre saldrá el sol y de que aquel hombre o aquella mujer en el espejo es la misma. Los razonamientos defendiendo la ingestión de seres sometidos a la tortura no se basan en otra cosa más que en el deseo de preservar una forma de comer. A nadie le gusta que le digan qué hacer y cómo, mucho menos si se trata de una actividad tan íntima como lo es comer. Después de todo, lo que comemos es lo que somos... Por lo menos físicamente y aunque les duela... Esas células con las que hablan para decir "tengo ganas de comerme una vaca" son constituidas precisamente por el animal de sacrificio.
No pretendo convencer al mundo de que la mejor forma de vivir es "no comiendo carne" ni decir que soy mejor o que duermo en paz por el hecho de tener este estilo de vida. Simplemente les tengo un reto a todos aquellos que defienden con premura su alimento (cadáver): diríjanse a un matadero y miren el proceso... Es fácil defender algo que nunca se ha visto, sentido, olido, tocado... un proceso del cuál sólo se conoce el sabor, lo difícil viene cuando los otros sentidos se activan. De ser muy difícil el primero les propongo un segundo: diríjanse a zoonosis... es fácil decir "los animales no tienen derechos" pero es bastante difícil apreciar el proceso de agonía. En caso de ser imposible... De ser demasiado para la conciencia humana, le propongo un tercero, adopte a un perro callejero. Si hay algo poderoso en esta vida... Es la mirada... Los perros tienen unos ojos que a leguas dicen "estoy vivo y siento"... Aquí no se trata de decirle a las personas los motivos por los cuales deben parar... Se trata de sentido común. Quiero volver a citar al profesor... El hombre que a mi parecer, sustentaba su incapacidad argumentativa, su ignorancia en una "risa intelectual": "la naturaleza sí puede y nosotros no, la naturaleza es un asco" lo gracioso del asunto es que es pagado por estudiarla... Ni un sólo grano en su plato es completamente artificial, esa corbata y esa quincena se las debe principalmente a pretender entender la naturaleza.
"la verdad es la geometría del alma, el que miente... Se engaña"

jueves, 17 de febrero de 2011

Cuando no hay luz

Cuando no hay luz las sombras son reales y el pasado virtual. Los senderos de tinta se riegan por los tobillos dibujando un paisaje de niebla. Se enclavan los picos de las aves al aire y la retina se cierra, ciega ante la almohada, el autor llora. El amparo de los buenos y la astucia de los malos es lo mismo antre las olas pacíficas que azotan el alma con dulce calma. Cuentos de infancia y retoños del alba desdibujan en espinas, como cuchillas, atraviesan la mañana.

Cuando no hay luz, los barcos se pierden, las fotos duelen y... y... Los amantes se aman. Entre recuerdos y memorias... Memorias que no fueron mías, que sólo fueron de otros, pasados prestados e historias inconclusas; se levanta del silencio el agente, el actor y vuelve a interpretar el papel de los desaparecidos. Eligen los bustos de la ciudad llover en lágrimas, como tren que va al infinito, rojo fuego... Duele no volar.

Cuando no hay luz... Hay madrigueras. Se dibujan en la pared la honestidad y la verdad, es en el fondo donde las grietas reusan su camino. Escuchan los dioses la voz del barítono y de nuevo, en los rincones de la ciudad reencuentras aquello que llamabas... que llamabas felicidad.

Viva la vida.

lunes, 14 de febrero de 2011

Take on me

Ese aparecido de mirada conmovedora paró de besarlo y puso su nariz en el cuello de David. Respiró una bocanada de aire... y cerró los ojos con naturalidad mientras lo abrazaba. Por su lado David se le venían un millón de imágenes: su vida de ejecutivo, su estabilidad financiera, su mundo calculado, su supuesta madurez y finalmente sucumbió diciéndole a su compañero
- tengo miedo que esto llegue lejos- mientras lo abrazaba con fuerza.

Las autopistas parecían poseer autos aún más rápidos... La ciudad que de madrugada es azul, esta vez cantaba una canción inesperada.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Si escucharas...

Si escucharas sabrías que adoro el choclate... Las figuras en el aire,
Si lo intentaras, siquiera pudieras. Pero no puedes...
Soy difícil de entender.
Pero si escucharas sabrías que los atardeceres me hacen inmensamente feliz,
sabrías que disfruto de la verdadera compañía, sabrías que en medio de la oscuridad jamás me bajaría del barco cuando no haya llegado el momento, o eso creo...
Si supieras ver... Verías a alguien que entiende las esquinas y los pequeños espacios iluminados por el sol en las tardes de la ciudad.
Sabrías que me asesina una corbata, que me duele un cargo y me atormentan algunas industrias...
Si me escucharas, sabrías que no soy de aquí.

domingo, 6 de febrero de 2011