viernes, 8 de junio de 2012

¿Y qué importa la realidad?

Escribe una carta con tinta y somnolencia, que al otro lado de la orilla espera un caracol con los colores del arcoiris. Náufrag@ en tu vida, lanza una botella al paraíso, que entre los verdugos de la vida y sus víctimas, reposa la dicha de quienes se unen ¿qué carajos importa si la existencia es corta y los sueños demasiado grandes? ¿No es acaso suficiente con levitar por unos segundos sobre esa fantasía? Sodomiza a los sensatos y cuelga sus certeza en un cayo, lo que aprendiste no te sirve, yo soy un camino sin señales.

Te invito a mi mundo, donde la arena se arrastra dorada hasta alcanzar al pájaro de oro, o al ruiseñor del sol... Un lugar donde los centauros hacen poesía y los guerreros son desempleados. Te invito a un mundo de ilusiones, donde los amantes no tienen miedo de amar y los gigantes, no tienen miedo de crecer... Y los genios, no tienen miedo de aprender... Y los niños, ya no lloran al nacer.

Lanza una carta a la centrífuga que forman mis palabras en el océano: tifón de éxtasis, relegado humildemente al último rincón de la memoria. Es deber de los ciudadanos querer a su imaginación tanto como a sus autos, rezará la nueva Carta Magna y los abogados diseñarán viajes a la luna. De nuevo esa utopía que violeta envolvía nuestros cabellos, en aquellos romances febriles de adolescencia, nos tornará morados... Nos tornará enamorados. Desde entonces los hombres de saturno, elogiados por su pragmatismo, serán encarcelados... Y los habitantes asiduos de manicomios, quizás los nombremos  presidentes.

Te invito a un carnaval en la laguna... A nadar con delfines de aguas quietas, con los espíritus que no sufren, con los ángeles que hacen el amor y los indocumentados. Te quiero traer, a este lugar que reposa entre nuestros dedos, en nuestra consciencia oxidada, en el faro de la gloria: casi inalcanzable al adulto. Trae contigo todas tus fijaciones y celebremos que tenemos cuerpo. Que si reencarnamos no importa, la vida se debe vivir como si fuera sólo una, porque como ésta... Sólo una.


3 comentarios:

Elena P.G. dijo...

¿Quién podría resistirse a una invitación así?

Garsil dijo...

Buenas tardes... En este túnel,
dónde al fondo vemos una salida,
detrás la entrada...
Profusas angustias del futuro,
tristezas del pasado,
ahí estamos en la autodescrición,
daños irreverentes,
riesgo y oportunidad.

Garsil dijo...

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