sábado, 29 de diciembre de 2012

De fuegos sin luz

Las caricias y los besos que acompañan camas huecas, cargados de frialdad en pasiones ajenas ¿a qué sabe una piel de hielo? A esqueleto, sabe a una tiesa y dura membrana que se rompe con los días inciertos. Le pregunté a la luna por aquellos períodos que vivimos sin amor, aun cuando se supone es un plan perfecto y sólo me respondió que la noche es hermosa, que los faroles brillan en silencio.
 
Extraño las épocas cuando creía, extraño cuando existía esperanza.

2 comentarios:

Elena P.G. dijo...

Quizás haya que probar la piel de hielo para saber distinguirla de la de fuego. Tal vez haya que vivir épocas sin amor para disfrutar más de las que están cargadas de amor. No sé. Pero todo es cíclico (la luna lo sabe) y el amor volverá, más temprano que tarde.

Desconcierto dijo...

precioso texto...